Redacción El País
La Cámara de Casación resolvió en una fallo particularmente duro que Cristina Kirchner se mantenga con tobillera electrónica en su lugar de detención, el departamento de San José 1111, y que continúe con el actual régimen de visitas restringido.
La defensa de la expresidenta había pedido quitársela y el fiscal ante la Cámara de Casación, Mario Villar, había reclamado que se modificara el domicilio en aras de su seguridad y la tranquilidad de los vecinos.
Los jueces de la Casación Gustavo Hornos y Diego Barroetaveña, por mayoría, son quienes decidieron mantener sus condiciones de detención en ese lugar, controlada por una tobillera electrónica y con el actual régimen de visitas limitado.
“La gravedad institucional de los hechos, el rol funcional y simbólico que tuvo la condenada en la maniobra defraudatoria, el monto colosal del perjuicio ocasionado al erario público, y el impacto que ello ha tenido sobre la legitimidad democrática y la confianza ciudadana en sus instituciones, imponen un estándar más exigente en términos de ejecución”, dijo el juez Hornos.
El juez Mariano Borinsky, en disidencia, votó por sacarle la tobillera electrónica que controla sus movimientos y flexibilizar las visitas.
El fallo tiene 137 páginas a lo largo de las cuales Hornos por ejemplo consideró que “cualquier flexibilización indebida del régimen de cumplimiento, o la omisión de condiciones básicas de control en la modalidad domiciliaria, podría debilitar la expresión pública de la condena, especialmente en casos que involucran hechos de alto impacto institucional”.
Los jueces analizaron los dos recursos del abogado de Cristina Kirchner, Alberto Beraldi, que en una audiencia el lunes pasado pidió que le saquen la tobillera electrónica y flexibilicen el régimen de visitas, que exige que autorización previa para visitas no incluidas en una nómina de familiares y allegados.
Los jueces también se pronunciaron sobre el recurso presentado por el fiscal Mario Villar, que había sugerido un cambio en el lugar de detención y mantener el actual régimen de prisión domiciliaria.
El juez Gustavo Hornos, quien votó en primer término, rechazó los planteos de Cristina Kirchner y sostuvo la validez del uso de la tobillera electrónica de vigilancia y de la obligación de solicitar autorización judicial para visitas fuera de la nómina original. Hornos dijo que “este tipo de maniobras constituye un atentado contra el sistema democrático” y que “la corrupción, como delito doloso contra el Estado que conlleva enriquecimiento ilícito, ha sido reconocida como una de las formas más graves de ataque a las instituciones republicanas”. Hernán Cappiello / La Nación (GDA)