Con información de La Nación
El brote de casos de encefalomielitis equina en Argentina despertó varias alarmas en ese país y también en Uruguay con algunos casos sospechosos en Río Negro, Salto y Paysandú. La encefalomielitis es una enfermedad viral, que se transmite de las aves a los mosquitos y éstos infectan equinos y también seres humanos. No hay contagio directo entre animales ni entre animales y personas, ya que quienes transmiten la enfermedad son los mosquitos.

Hay tres variantes de la enfermedad. La variante Este genera fiebre y tiene una tasa de letalidad del 90 %, mientras que con la variante Oeste sólo entre un 20 a 30 % puede llegar a morir, pero en la mayoría de los casos quedan convalecientes y algunos con secuelas. Finalmente la variante Venezuela, que nunca se vio en países de la región, tiene una tasa de mortalidad que varía entre el 40 y 90% y los caballos supervivientes también pueden quedar con secuelas.

Hace unas semanas que los criadores de caballos en Santa Fe y Corrientes comenzaron a detectar comportamientos extraños en los caballos. Los animales presentaban falta de movilidad, estaban descoordinados y tristes al andar, según publica La Nación. Uno de los primeros en enviar una grabación de los animales fue César Sagario que, desde Malvinas, en el departamento de Esquina, mostró un potrillo gateado que se movía de manera rara. Sagario es productor argentino y además administra varios campos de la zona. Desde chico que es un amante de los caballos y en los establecimientos familiares tiene alrededor de 800. En su mayoría son de la raza criolla pero también cría cuarto de milla, árabe, mestizos para trabajo, hasta burros y mulas.

“En una recorrida, días atrás, un peón vio que un gateado de tres años se comportaba de manera poco habitual y caminaba con mucha dificultad. Enseguida lo llevamos a la manga y le sacamos sangre para descartar el virus que al final dio negativo. Sin embargo, en otros lotes comenzaron a aparecer otros caballos con los mismos síntomas y ahí nos empezamos a preocupar”, dijo al suplemento Campo de La Nación días atrás.

Video La Nación GDA

Según contó, ya lleva 20 caballos muertos y muchos otros están con diferentes tratamientos. “En el grupo compartimos nuestras experiencias, cómo los animales responden a la dexametasona, a los antibióticos y a otras drogas. Hacemos lo que podemos pero es difícil porque no hay disponibles vacunas específicas y las pocas que hay salen más de $9000 (pesos argentinos) la dosis la importada, imposible de costearlo. Sobre todo cuando no sabemos qué cepa es la que se transmite. Mirá si gastamos esa plata y resulta que es otra variante de la enfermedad, es dinero tirado a la basura ¿Quién te garantiza que se salven los animales? Es un costo muy alto. En la desesperación, uno quiere vacunar pero no tenemos un diagnóstico claro de cuál es la cepa”, detalló.

En Uruguay, las autoridades se pusieron en alerta tras la aparición de casos confirmados en Argentina. También recibieron muestras, cuyo diagnóstico aún no ha sido confirmado, de caballos que presentaron síntomas nerviosa y/o respiratoria.