EN PRIMERA PERSONA

Juan Bernardoni es sordo, intérprete y músico y se encarga de derribar el prejuicio de que las personas sordas no pueden adentrarse en el mundo de la música. Forma parte de una banda en la que canta en lengua de señas. Conocé su historia en la Semana Internacional de la Persona Sorda.

Faltaba poco para que el show de la banda Hijos de la Alquimia comenzara y los integrantesestaban algo nerviosos. Juan Bernardoni, que iba a tener su debut frente al público esa noche en Bluzz Live, fue el encargado de tranquilizar al resto de los miembros. "Yo ya tenía una experiencia previa, el año pasado en el toque de La Vela Puerca me invitaron a participar y fue algo muy importante, eran 20 años (festejo de cumpleaños de la banda en el Velódromo) y yo estuve ahí", cuenta Bernardoni.

Pero el toque en Bluzz junto a su banda, más allá del debut de "Juanchi" y otra presentación del resto ante el público, tenía otra particularidad: sería el primero con un intérprete. Bernardoni es sordo, músico e intérprete y se sumó a la banda como una apuesta a la accesibilidad. Mediante lengua de señas canta todas las canciones que componen el repertorio del show (actualmente ocho), para que las personas sordas puedan disfrutar del espectáculo.

Uruguay, al igual que la mayoría de los países a nivel mundial, tiene problemas en cuanto a accesibilidad y se refleja en el lema de la Semana Internacional de la Persona Sorda, que se desarrolla desde el 18 al 24 de septiembre: "Inclusión Plena con la Lengua de Señas".

 "Cuando yo era chico no escuchaba nada, luego me implantaron (posee un implante coclear) y empecé con un poco de audición. En mi familia son todos músicos, mi padre todos los días pone algún CD y me empezó a interesar", cuenta "Juanchi". A los 12 años comenzó a formarse en instrumentos y aprendió a tocar la guitarra y el tambor, entre otros.

Las personas sordas y la música pueden relacionarse, al contrario de algunos prejuicios que existen en la sociedad. "Falta abrir la cabeza y demostrar que la música es un lenguaje universal, que todos podemos aprender de ella y no importa si escuchamos o si lo sentimos por las vibraciones, genera un sentimiento para todos, así sean sordos o no", cree Bernardoni.

En Uruguay la relación con la música, en especial en los espectáculos en vivo, es bastante complicada. "Acá es muy difícil encontrar accesibilidad. A las personas sordas le tendrían que dar algo para que puedan sentir más las vibraciones, un globo por ejemplo, y también tener información acerca de lo que están cantando, lo que dicen las letras", analiza.

Hay algunas bandas que han tomado medidas para generar mayor inclusión. Juan ha sido intérprete en shows en vivo de La Vela Puerca y de Papina de Palma.

"La música me da felicidad, me tranquiliza, me desestresa. La disfruto mucho", cuenta Bernardoni, en algo que queda más claro cuando toma la guitarra o cuando canta en lengua de señas alguna de las canciones de su banda. Este jueves, esta vez en BJ, tendrá la oportunidad de derribar prejuicios y dar otro espectáculo más accesible que los cotidianos.