INFORME

Uno de cada cuatro estudiantes de la enseñanza media probó alguna vez en su vida la marihuana. Además, el 19% de los alumnos entre 13 a 17 años la consumió en 2021. Así lo indica la última Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas en Estudiantes de Enseñanza Media, que incluye datos sobre otras sustancias como cocaína, alcohol, alucinógenos y éxtasis, y trata el impacto del involucramiento de los padres en los menores y de la exposición de consumo en el hogar.

Los datos fueron presentados ayer por el prosecretario de Presidencia, Rodrigo Ferrés, y el secretario general de la Junta Nacional de Drogas, Daniel Radío, entre otras autoridades. Quien estuvo a cargo de la explicación de los datos fue Jessica Ramírez, investigadora del Observatorio Uruguayo de Drogas.

“El consumo de marihuana se mantuvo estable en la población adolescente desde 2016 a 2021”, indicó Ramírez. No obstante, señaló como “interesante” ver cómo varió el “comportamiento” de varones y mujeres a lo largo del tiempo, porque hubo una “inversión”. Desde 2003 a 2014 los hombres tuvieron una mayor predominancia de consumo. Después, en 2016 y 2018, quedaron al mismo nivel. Por último, en 2021, las mujeres estuvieron por arriba.

También se presentaron datos sobre el consumo de alcohol. Ocho de cada 10 estudiantes de la enseñanza media tomó alguna vez en su vida. Además, se registró un hecho inédito en 2021: por primera vez, también, se constató que la ingesta es mayor en mujeres que varones.

Otro dato es que el consumo abusivo del alcohol es “algo mayor” en el interior del país en comparación a Montevideo.

Ramírez explicó que, entre los estudiantes que consumieron alcohol en el último mes, seis de cada 10 tuvieron “por lo menos” un episodio en el que tomaron por encima de lo que implica una intoxicación.

En lo que respecta al tabaco, el 9% fumó en el último mes y, según señala el estudio, el indicador volvió a “mostrar un descenso luego de un periodo de estabilidad entre 2016-2018”.

Asimismo, las mujeres utilizaron el tabaco en mayor medida que los varones en 2021: la prevalencia del consumo en el primer grupo es de 18,2% mientras que en el segundo es de 12,1%.

Otra droga que incluye el estudio son los tranquilizantes. En 2021 el 24% de los estudiantes los tomó sin prescripción médica. Ahora, ¿cómo los obtienen? Hay un 30% que declaró que sus padres se las dan, y 40% lo agarran en sus casas sin permiso.

A lo largo del tiempo hubo un aumento en el uso de tranquilizantes indicado por profesionales y sin prescripción médica. Al diferenciar por sexo, desde el año 2003, cuando se inició el monitoreo, “siempre el consumo es mayor en mujeres que en lo varones”, comentó Ramírez.

Sobre la cocaína, el estudio indica que el 2,6% de los estudiantes la probó al menos alguna vez en su vida. Ramírez, sin embargo, explicó que “hay un descenso entre 2018 y 2021 marcado prácticamente por una caída en el consumo de los varones”.

Por otra parte, el 3,3% probó los alucinógenos, y “la experimentación con drogas de síntesis, entre ellas el éxtasis, es declarado por el 2,7%”, dice el estudio.

Y por último, el 0,7% de esta población consumió pasta base, “lo que mantiene la estabilidad registrada desde 2011 y confirma el uso marginal de esta sustancia en educación media”.

Los consumos que se inician más temprano son los de energizantes, alcohol y tranquilizantes sin prescripción médica. Los menores empiezan a tomar esas drogas a los 13 años. En cuanto a las primeras dos sustancias hay una diferencia por sexos, ya que hay un comienzo “algo más temprano” en los varones.

La investigadora indicó que “no hay sorpresas en cuanto a la oferta de drogas ni en la disponibilidad percibida”, ya que ambos indicadores se mantuvieron constantes. El año pasado, el 36,2% de los liceales respondió que recibieron alguna oferta de cannabis. De cocaína la tuvo el 6%, de pasta base el 2,8%, de éxtasis 3,5%, de metanfetaminas 1,9% y de alucinógenos 5,7%.

El informe también habla sobre la relación entre el consumo y el nivel de involucramiento de los padres. Concluye que, cuando la presencia de los adultos es baja, hay un uso de drogas más alto. En el caso de la marihuana, ejemplificó Ramírez, se reduce a la mitad.

También se presentó información sobre el impacto de la tolerancia y la permisividad de los padres. A los estudiantes se les preguntó cómo reaccionan los adultos responsables ante determinados consumos. Se pasa de un 53% de consumo ocasional de marihuana cuando los dos padres lo toleran a un 12,3% cuando esta tolerancia no existe.

La probabilidad de uso de drogas en adolescentes “aumenta” si hay consumo en sus casas. El porcentaje de estudiantes que fumó tabaco en el último año crece de 11,6% a 20,8% cuando en sus viviendas hay personas que utilizan cigarros. Algo similar sucede con el alcohol, que registra un crecimiento de 50,3% a 77,4%.

La encuesta que se presentó ayer fue a adolescentes de 13 a 17 años escolarizados en ciudades de 10.000 habitantes. “Se realizó un muestreo por conglomerados obteniéndose una muestra representativa a nivel nacional de 5.096 estudiantes distribuidos en 104 centros educativos y 297 clases de centros de enseñanza públicos, privados y de educación técnica. El trabajo de campo se desarrolló entre el 24 de setiembre y el 5 de noviembre de 2021”, dice el informe.