Abandonar la vivienda por inundación, temporal o racha de viento muy fuerte es una realidad frecuente para algunos y algo impensado para otros. No solo depende de en qué zona se vive del país —lo que puede ser un factor determinante, sobre todo por los márgenes de ríos y arroyos— sino que también hay una cuota de suerte —porque se pueden dar infortunios como la caída de un árbol que rompe un techo. ¿Pero cuál es el número real de afectados? De 2018 a 2023 hubo 32.899 viviendas en las que alguna persona debió abandonarlas por dichas inclemencias climáticas.

La respuesta surge de los datos del Censo 2023 procesados por El País, los que muestran que la realidad —como es de esperar— varía en cada departamento. El Instituto Nacional de Estadística realizó esta consulta en el cuestionario en las viviendas particulares ocupadas con residentes. A nivel nacional, hay 1.238.589 viviendas sobre las que se contestó a la duda de si alguien debió evacuar (incluidas las respuestas afirmativas, las negativas y las de “no sabe”).

Del total de viviendas sobre las que se tiene datos, el 2,66% a nivel nacional debió ser abandonada por motivo de inundaciones y/o por temporales o rachas de viento muy fuertes. En tanto, de la gran mayoría (94,66%) no necesitó retirarse nadie en esos cinco años. En el caso de otro 2,68% de las viviendas los encuestados respondieron que no sabían si hubo evacuaciones en ese periodo.

Al analizar cada departamento, se visualiza que en Durazno se evacuaron el 5,37% de las viviendas en los últimos cinco años, que son 1.102 de las 20.534 de las que el INE recabó esta información. Se dio una realidad que se repite en los otros departamentos: la mayor parte se produjo por solo inundaciones (1.011) mientras que en un número menor (73) por temporales o vientos muy fuertes —y hubo 18 de las que se debieron ir por ambos motivos.

Desde Durazno, su intendente Carmelo Vidalín explicó que las crecidas del río Yí produjeron dos inundaciones importantes en 2019. Una, en enero, cuando el río llegó a la altura de 10,15 metros, lo que provocó 3.969 personas evacuadas y autoevaluadas. La otra, en junio, fue aún mayor: el pico máximo fue de 11,9 metros, dejando a 6.890 desplazados.

Vidalín, además, contó que el departamento tiene prohibido construir en la zona inundable, por lo que deben tener policía territorial que haga cumplir la normativa. Se ha avanzado en Durazno —indicó— porque antes se producían los primeros evacuados a los 3,3 metros, cuando ahora es a los 8,4 metros. En esa línea, el jefe municipal aseguró que no es hasta que se supera los 9,6 o 10 metros que se “abarca zonas de la ciudad mucho más importantes”.

En Artigas, en tanto, se debió evacuar el 5,27% de las viviendas, que son 1.268 de las 24.045 de las que el INE obtuvo datos en el departamento. ¿Cuáles fueron los motivos de los desplazamientos? En 1.095 fue por inundaciones, en 125 por temporales o viento muy fuerte, y en 48 por ambos.

Desde Artigas, el coordinador del Cecoed, Adolfo Cuello, contó que son pocas las personas que suelen ser desplazadas ante la crecida del río Cuareim, y se da debido a que en sus márgenes se asentaron con “construcciones precarias” en zonas inundables. Sucede lo mismo —indicó a El País— en Bella Unión en los márgenes principalmente del río Uruguay.

Pero, al mismo tiempo, señaló que hay casas que, por su precariedad, se ven afectadas con inundaciones por “distintos factores como enchorradas cuando llueve mucho o distintos temas de pluviales”. En esa línea, marcó que hay algunas que, además, se "hacen en las zonas de los drenajes (en los cerros), por donde corre el agua”.

En Paysandú , el porcentaje de viviendas evacuadas es menor: 4,48%. Fueron 1.793 viviendas de las 39.994, de las cuales 959 se abandonaron por inundación, 681 por temporales o vientos fuertes, y 153 por ambos motivos. El exintendente sanducero Nicolás Olivera explicó que la crecida del río Uruguay genera evacuaciones, por un lado, para personas que se instalaron en zonas no aptas, pero también en quienes viven en zonas urbanas consolidadas como la del puerto de Paysandú.

Además del río Uruguay, se producen “desbordes” de algunos otros arroyos e “inundaciones con turbonadas”, y, según indicó el nacionalista, se ha trabajado —y avanzado— y se trabaja para reducir la cantidad de desplazados en cada uno de los eventos.

Por otra parte, en Rocha se debieron abandonar un 4,17% de las viviendas de las que se tienen datos del departamento, que son 30.593. Aunque el porcentaje es alto, se debe tener en cuenta que fueron 1.275 las viviendas afectadas (856 por inundaciones, 289 por temporales o vientos muy fuertes, y 130 por ambos).

Sucede que en Rocha tiene tres puntos críticos donde se dan inundaciones cuando hay grandes lluvias: el río Cebollatí, el río San Luis y el arroyo Rocha. Así lo explicó el ex intendente de Rocha, Alejo Umpiérrez, quien añadió que en la zona norte puede llegar a haber 300.000 hectáreas bajo agua, lo que hace que se deban desplazar muchas personas o que queden aislados y asistidos por helicóptero. Hay zonas que son inundables, además, que no son asentamientos irregulares —continuó en diálogo con El País— sino que fraccionamientos urbanos que se transformaron mediante el cambio climático.

(Procesamiento: Florencia Flores y Faustina Bartaburu)