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Persiste el “caos” en la Ramblita de Piriápolis: "Vivimos con miedo", denuncian los vecinos

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En la madrugada del pasado domingo la rambla de los Ingleses fue escenario de disturbios y peleas entre jóvenes. Foto: imagen video

MALDONADO

En la madrugada del pasado domingo varias personas protagonizaron una pelea que incluyó el uso de botellas, golpes de puño y patadas.

La rambla de Los Ingleses (conocida como “Ramblita”) fue nuevamente escenario de violencia y de caos. En la madrugada del pasado domingo varias personas protagonizaron una pelea que incluyó el uso de botellas, golpes de puño y patadas.

El pasado 6 de enero los vecinos de esa zona de Piriápolis (Maldonado) convocaron a El País a una reunión virtual para hablar sobre la problemática que, dicen, viven desde hace muchos años. Pero a más de un mes de aquel encuentro, insisten en que la situación se mantiene: “Vivimos con miedo”, repiten.

Javier (no es su nombre real) se refirió ahora a lo que ocurrió en la madrugada del pasado domingo, incidentes que culminaron con una persona detenida. “Se tiraron con botellas, se pegaron patadas, piñas (...) se nockearon. Uno fue a un auto a buscar botellas, las rompió contra el cordón de la vereda y se encaminó hacia la pelea con la botella rota”, cuenta.

Según dijo Alfonso, otro vecino, esta fue una situación más de las que tienen que “soportar” los que viven en esa parte de la costa de Piriápolis.

Ruidos molestos, picadas de autos y motos sin matrícula, música y descontrol hasta altas horas de la madrugada, basura y vandalismo: así resumen los vecinos los problemas diarios, que se agravan durante el fin de semana. “Se juntan cientos de personas sin tapabocas. No hay higiene y el distanciamiento social no existe”, repite con voz cansada Alfonso. Germán, otro de los afectados, hace hincapié en el “vandalismo”.

“Se fue agravando y bastante el problema en este último mes. Nos preocupa el vandalismo en las luminarias, en las barandas de la rambla, en los bancos, toda la infraestructura urbana y también en nuestras propiedades”, explica. Los vecinos coinciden en otra frase recurrente: “Estamos sufriendo”.

Una luz de esperanza.

El País informó en enero pasado que el grupo de vecinos aquejado por la situación de la Ramblita pidió una reunión con el alcalde de Piriápolis. El encuentro, cuentan hoy, sucedió hace unas tres semanas y también participó una autoridad de Tránsito. “Nosotros expresamos todos los problemas, ellos los aceptaron, y dijeron que eran conscientes de lo que estaba ocurriendo pero que no tenían suficiente personal”, dice una vecino que estuvo en esa reunión. En el transcurso del encuentro, según relata, la solución que aportaron las autoridades municipales fue “ensayar” que la Ramblita se convirtiera, de viernes a domingo, en una zona peatonal para evitar que autos y motos acudieran a ese lugar durante el fin de semana.

“Estamos esperando, eso aún no se concretó. Fue hace tres semanas y todavía no probaron. La idea era cerrar las cinco entradas que tiene la Ramblita y que pudieran acceder propietarios y proveedores”, explica.

El grupo de vecinos dice que se “hace imposible convivir” en esa zona. “Para dormir hay que empastillarse y uno igual vive con temor”, dice un comerciante y agrega que hay grupos de adolescentes “que son muy agresivos”.

“Estamos muy temerosos porque ni siquiera podemos hacer una denuncia personal. Ni a la Policía ni a la alcaldía, por temor a represalias”, dice Alfonso. Otro vecino, en tanto, cuenta que ha tenido varios problemas con los adolescentes que se juntan en la Ramblita. “Me han amenazado, escupido y me han rotos cosas. En la noche te bajan cuatro o cinco veces la llave de luz y así se han quemado las cámaras que tengo. Ellos quieren guerra y demostrar que en banda no le tienen miedo a nada”, sostiene.

En la tarde del pasado martes los vecinos se juntaron con una autoridad policial de Piriápolis. En dicho encuentro, contaron, el jerarca se comprometió a buscar una solución rápidamente en lo que refiere a la Policía. Muchas de sus denuncias competen a la Intendencia de Maldonado.

“Ayer de noche ya hubo operativos y se empezó a cumplir con lo que hablamos”, indica Alfonso, para quien se encendió una luz de esperanza. Si la situación no cambia, anunciaron, harán llegar el malestar a los ministerios correspondientes.

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