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Ante el frío polar, Mides suma 200 plazas para asistir a personas que viven en la calle

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Hombre que junta una bolsa que tiene ropa. Foto: Estefanía Leal.
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“NI UNO POR PERDIDO”

“Tenemos dos objetivos: dar cobertura a todo el que necesite resguardo y trabajar sobre las causas que llevan a que esa persona termine en la calle”, dijo directora de Protección Social.

Faltan 22 días para el inicio del invierno y ya hay pronosticadas jornadas con temperaturas por debajo de cero grado. Es que esta semana el país atraviesa una ola de frío polar intensa, la que desafía al Ministerio de Desarrollo Social (Mides), que deberá dar especial asistencia a las personas en situación de calle.

El ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, resolvió ampliar la red de contención en refugios y paradores nocturnos. “No queremos dar ni una persona por perdida. Es una actitud que tenemos que tener a diario, sabiendo la complejidad que tiene el tema”, comentó a El País.

Muchos de los que viven en las calles se resisten a concurrir a los refugios y por eso están más expuestos a los fríos intensos. Lema comentó que se diseñó una red donde actúan distintas instituciones para dar refugio y al mismo tiempo dar atención a las razones que llevan a esas personas a estar en la calle, pues el frío intenso -dijo el jerarca- obliga a dar mayores respuestas. La exposición a enfermedades es más grande estando en la calle, y las consecuencias que pueden traer las bajas temperaturas pueden llegar a terminar en muerte por hipotermia.

Ante esto, Lema dijo que el Estado tiene la responsabilidad de garantizar la salud de la gente. “Con quien se niega (a asistir a un refugio), hay que valorar si esas personas tienen riesgo de salud severo o riesgo de muerte. Si se dan estas situaciones, a partir de una ley de 2011, que recién se empezó a hacer cumplir el año pasado, se puede actuar independiente de la voluntad” y sacarla de la calle, explicó. El ministro aseguró que todas estas decisiones son garantizadas por personal de la salud y del Ministerio del Interior, así como personal del Mides. Según informó La Diaria ayer, van nueve intervenciones de este tipo en poco menos de un año.

En tanto, la directora nacional de Protección Social, Fernanda Auersperg, dijo a El País que actualmente cuentan con unas 4.000 plazas para atender a quienes viven en la calle. La jerarca aseguró que en el próximo mes abrirán nuevos cupos para alcanzar las 4.215 plazas en todo el territorio nacional.

“Tenemos dos objetivos en este invierno. El central es dar cobertura a todo el que necesite resguardo. En paralelo, el segundo objetivo es trabajar sobre las causas que llevan a que esa persona termine en la calle”, explicó.

Las causas

El Mides tiene detectado que las tres razones centrales son el consumo problemático de adicciones, la salida de la cárcel -cuando la persona tiene perdidos los vínculos afectivos y familiares- y los problemas de salud mental. En muchos casos estos tres factores están combinados.

En esa línea, una de las políticas centrales apuesta a frenar y terminar con la llamada “puerta giratoria”, ya que muchas de las personas que están en la calle son ex presos que salen de la prisión y por falta de vínculos sociales o de empleo terminan viviendo en la calle, y a veces reincidiendo.

Auersperg dijo que para eso se está trabajando muy coordinadamente con la Dirección Nacional de Apoyo al Liberado (Dinali), para poder adelantarse a la salida de estas personas y ofrecerles contención. “Dar acompañamiento, herramientas psicoeducativas, y apoyar la reinserción laboral con pasantías. Esto es clave. Y evitar que salgan solo con un la plata para un boleto y nada más”, explicó la jerarca.

Paradores nocturnos y las nuevas herramientas

Las autoridades del Mides definieron diversificar las herramientas y opciones de contención para poder lograr abarcar a más personas que estén viviendo a la intemperie.

El último censo de personas que viven en la calle es de junio del año pasado y marcó que eran 3.907 en todo el país. Con la apertura de paradores nocturnos, el Mides busca flexibilizar el sistema de contención y seducir a aquellas personas que se niegan a ingresar a un refugio, para que puedan tener un techo donde pasar las noches de frío. En la experiencia piloto del año pasado, el 46% de las personas que asistieron nunca antes habían ingresado a refugios del Mides u otro dispositivo del Estado. “Así podemos llegar a más gente”, comentó la directora nacional de Protección Social, Fernanda Auersperg.

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