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SITUACIÓN

El 60% de los argentinos que se desempeña en las TIC se vendría a vivir a Uruguay

Santiago Risso, de Uruguay XXI, dice que los extranjeros se ven atraídos por la estabilidad, pero al mismo tiempo sienten que es elevado el costo de vida.

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Persona con una computadora
Persona con una computadora.
Foto: Agencias.

Uruguay atraviesa por un momento de contracaras desde el punto de vista económico y comercial, con advertencias y señales de crecimiento o prosperidad que llegan al mismo tiempo y que hacen que Sebastián Risso, el abogado al frente de la agencia estatal Uruguay XXI, tenga buenas y malas noticias sobre la realidad del mercadonacional y las oportunidades de desarrollo para el mediano plazo.

Las buenas noticias, que más que eso son señales prometedoras para el sector de servicios y tecnología -ese que el presidente Luis Lacalle Pou ha destacado en reiteradas oportunidades como un potencial uruguayo-, hacen referencia a indicios cada vez más claros sobre la eventual profundización de la migración de argentinos a Uruguay.

Y esto es algo también buscado desde un inicio por el primer mandatario, que ha apuntado a buscar los mecanismos que atraigan a los argentinos que buscan nuevos horizontes para sus empresas e inversiones.

Fue, de hecho, en este marco que a fines del año pasado Uruguay XXI encargó una encuesta al otro lado del Río de la Plata en la que se cruzaron estas dos variables: argentinos que quieran venir a Uruguay y que a su vez estén desempeñándose en el área de la tecnología. Y la respuesta otorgó un “insumo” más que relevante, dijo Risso: con una muestra de cerca de 600 consultados, “arriba del 60% estarían dispuestos a radicarse en Uruguay”.

La agencia no se quedó con eso, sin embargo, y también contrató una encuesta dirigida a “extranjeros que ya estuvieran viviendo en Uruguay” para observar qué es lo que más valoran de este país, y la respuesta fue una conocida: la estabilidad económica, política y social. Pero también respondieron, como negativo, el elevado “costo de vida”.

De manera que, para Risso, hace tiempo que está identificado este desafío y oportunidad al mismo tiempo, y en ese sentido tiene expectativas en que pueda avanzar el proyecto de ley que presentó el gobierno meses atrás para, justamente, atraer talentos nacionales y extranjeros, a través de exoneraciones de distinto tipo.

Al mismo tiempo, Risso destacó el nivel de capacitación que tienen hoy los uruguayos que están en el área de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). “La educación de este país tiene por supuesto sus desafíos, pero el talento uruguayo es muy bueno y reconocido afuera, y así nos lo dicen las empresas que se instalan en Uruguay”, valoró.

La contracara

Pero como el panorama nacional es una moneda con dos caras, la otra que falta describir alude a la coyuntura macroeconómica, impactada en estos momentos por la intensa sequía que afectó fuertemente al rubro agroexportador, y que ha encendido algunas señales amarillas en Uruguay XXI.

Porque al crecimiento de casi 5% que tuvo 2022 -que fue un muy buen año desde la perspectiva comercial-, ahora se suman proyecciones poco alentadoras. Por ejemplo, dijo Risso, las exportaciones caerán en un 6%, de acuerdo a la estimación de esta agencia. “Pero hay que tener en cuenta que mayo de 2022 -recordó- fue el mes récord en exportaciones desde que hacemos las estimaciones sobre comercio exterior, y especialmente por la soja”.

Este producto, que se ha instalado con fuerza desde hace ya varios años, es de hecho uno de los principales responsables en la caída de las exportaciones.

“De acuerdo a la estimación del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca -señaló el jerarca-, el año pasado se exportaron casi tres millones de toneladas de soja y para este 2023 no se va a llegar al millón. Tal vez sean 800 mil”.

Es cierto que también ha tenido su incidencia la caída en la venta de carne, sobre todo a partir del último trimestre de 2022, pero se espera cierto repunte en las exportaciones de este producto para mediados de año. “Y va a compensar un poco el funcionamiento de la segunda planta de UPM, que ya empezó a producir aunque va a llevar unos meses que alcance el nivel de actividad normal”, agregó Risso.

El sector de servicios, mientras tanto, tuvo un crecimiento de 15% en 2022. “Seguimos recibiendo a empresas multinacionales que ya están instaladas y que buscan saber qué nuevos procesos pueden traer para Uruguay y que hacen en el exterior”.

Las Inversiones

Parte de la tarea de Uruguay XXI es prestar atención al tipo y las características de las inversiones que buscan llegar al país, algo que sigue ocurriendo e inclu-so en ascenso, de acuerdo a Risso, por razones que son conocidas: estabilidad política, institucional y económica.

Entre los sectores que siguen atrayendo capital externo, Risso mencionó el forestal, el vinculado a la logística industrial y el farmacéutico, entre varios otros.

Más producción sustentable

“Producimos alimentos para 30 millones de personas, y tenemos capacidad para producir más y de forma sustentable”, destacó también Risso, y explicó: “O sea, tenemos carne de ganado en pasturas naturales, y cuidado del bienestar animal”. Son cuestiones esenciales, dijo, para seguir exportando en el futuro. “Serán condiciones sine qua non”, advirtió.

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