La primera investigación uruguaya publicada que exploró la relación entre el síndrome pos UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) y el delirium -distinto al delirio- que viven muchos pacientes en el CTI, se difundió días atrás en PubMed, un prestigioso portal de investigación biomédica de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, y hace un mes en la revista Cureus.
Un equipo liderado por la intensivista Patricia Mesa hizo un seguimiento durante un año a 43 pacientes después de su ingreso, entre marzo y mayo del año 2017, al CTI del Hospital Pasteur, de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE).
El estudio, que implicó una encuesta telefónica y presencial, arrojó una “asociación entre el deterioro cognitivo y el delirium en la UCI”. El artículo, que no había sido publicado antes, fue premiado en congresos médicos de Uruguay y Estados Unidos.
El delirium es una alteración aguda de la atención y la cognición que si bien se manifiesta con síntomas psiquiátricos, no es un cuadro psiquiátrico como lo es el delirio, explicó Mesa a El País.
La incidencia del delirium en CTI es “extremedamente alta”, añadió la experta, que realizó el estudio junto a Katarzyna Kotfis, Cinthya Lecor, Cecilia Leyes, Ángel Banchero, Sylvana De Mattos, Verónica Somma, María Orellano, Silvina Favretto y Mariana Barros.
Las causas del delirium pueden incluir diferentes enfermedad, la intoxicación o abstinencia de sustancias, o cualquier combinación de estos factores. El doctor Wesley Ely desarrolló en 2001 el primer método para detectar confusión en pacientes de cuidados intensivos (CAM-ICU). De los 43 entrevistados, 15 (34%) tuvo delirium en CTI aplicando esta técnica.
Por otro lado, en 2010, se definió el síndrome post UCI, que implica secuelas de una enfermedad grave que se expresan como trastornos psicológicos (ansiedad o depresión), físicos (menor capacidad para actividades diarias) y mentales (deterioro cognitivo) de los pacientes tras su alta médica.
El deterioro cognitivo es una reducción en la capacidad de pensar, recordar o tomar decisiones, que va desde no encontrar las palabras adecuadas para decir algo a no saber manejar el dinero.
Este deterioro puede ser leve, moderado o severo (demencia) y supone “un problema de salud importante en el siglo XXI”, destacó el artículo. Mesa valoró que “es la mayor discapacidad, ya que puede llevar a una pérdida total de la autonomía del individuo”.
“Un tercio de los pacientes de nuestra población que presentaron delirium sufrió deterioro cognitivo un año después de su estadía en la UCI”, arrojó este estudio.
El hallazgo va en línea con un estudio de Ely, de 2013, que identificó el delirium y su duración como “factores de riesgo” para un deterioro cognitivo general “más grave” a los tres y 12 meses posteriores al ingreso al CTI.
Al utilizar la escala de Pfeiffer, los expertos vieron que 30% de los pacientes con delirium tuvieron deterioro cognitivo moderado, 23% deterioro cognitivo leve y no lo hubo en el grupo sin delirium.
En tanto, Mesa resaltó la importancia de detectar el delirium de manera precoz para poder “acortarlo” con el tratamiento de la enfermedad, con medidas farmacológicas y no farmacológicas.
“Si el delirium persiste, aumenta el riesgo de que el paciente presente deterioro cognitivo a largo plazo”, advirtió la médica. En esa línea, el estudio local enfatizó “la urgente necesidad de implementar intervenciones específicas para el delirium en la UCI”.
Similitud en ansiedad, depresión y dependencia
El estudio local indagó sobre otras manifestaciones del síndrome pos UCI. Las tasas de ansiedad y depresión tras la estancia en el CTI “fueron similares entre ambos grupos”, indicó el artículo. La ansiedad se observó en un 57% en el grupo con delirium, y 68% en el colectivo sin esta condición. Mientras que la depresión llegó al 100% entre aquellos con delirium y 93% entre los que no vivieron esa situación en CTI. Respecto a la dependencia de las actividades de la vida diaria fue 20% entre los pacientes con delirium y 14% entre quienes no, una diferencia “no significativa”. Mesa, en tanto, agradeció al equipo del Pasteur para hacer el estudio. “Lograr un trabajo de campo es de muchísimo esfuerzo y que lleguen a un portal como la NIH para nosotros es el mejor reconocimiento posible”, dijo la experta.