Rocha | Eduardo González

Los 130 internos de la cárcel de Rocha que el lunes habían iniciado una huelga de hambre en protesta por la muerte de 12 reclusos en el incendio del jueves 8, depusieron ayer la medida, tras gestiones realizadas por el juez Vital Rodríguez y el sacerdote Bruno Tonelli.

La decisión de terminar con la huelga de hambre también se vio influenciada por el traslado de nueve internos en la madrugada de ayer: cinco fueron llevados al Comcar y uno a la cárcel Las Rosas, en Maldonado.

Ayer, Tonelli concurrió a la cárcel de Rocha, donde dialogó con los internos. "Simplemente hablamos de la familia y luego rezamos con prácticamente la mayoría de las personas en el lugar donde se produjo el accidente", dijo el sacerdote a El País.

También ayer, efectivos de Bomberos concurrieron al establecimiento penitenciario donde completaron una serie de diligencias que había pedido el juez Rodríguez como forma de ampliar la pericia elaborada por los técnicos.

A su vez, la Junta Departamental de Rocha emitió una declaración en la que se solidarizó con los familiares de los reclusos fallecidos, y además pidió el traslado de los internos que actualmente están recluidos en el centro penitenciario al Batallón de Infantería N° 12.

La huelga de hambre iniciada por los presos de Rocha se extendió el martes a otras cuatro cárceles del país, lo que hizo que la medida abarcara a casi 2.500 reclusos.

De esa manera, la huelga de hambre se inició también en el Comcar y las cárceles de Rivera y Canelones.

Hasta ayer, en el centro de reclusión riverense la medida continuaba, aunque los reclusos recibieron en la víspera la visita de sus familiares de manera normal.

En Canelones, la situación es más compleja porque los reclusos no solo no ingieren alimentos sino que no reciben visitas ni salen al patio. Ayer, producto de la medida, las barracas donde funcionan los talleres y las aulas de estudio estuvieron vacías.