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Sanguinetti: “Para ganar, el Partido Colorado será decisivo”

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Julio María Sanguinetti. Foto: Darwin Borrelli

LA ENTREVISTA DEL DOMINGO

Julio María Sanguinetti, precandidato colorado por Batllistas

El dos veces presidente está de nuevo en la lid política, cuando casi nadie lo pensaba, para ayudar a levantar al Partido Colorado. Está “alegre” y “disfrutando de la vida política de nuevo”, reconoció a El País. En un análisis de la interna del Frente Amplio, Julio María Sanguinetti sostuvo que Danilo Astori ya no marca el centro ideológico de la coalición y que la declinación de su influencia le ha quitado balance al Frente.

-Una campaña electoral más para usted. ¿Cuántas lleva?

-Mi primera campaña fue para las elecciones de 1954, cuando Luis Batlle ganó el gobierno. Yo tenía 18 años y estaba trabajando en Canelones. Pero no era candidato a diputado, sino que trabajaba en un semanario que dirigía Manuel Flores Mora, y escribían Zelmar Michelini, Teófilo Collazo. ¡Si uno habrá visto campañas…! Después hice la de 1958, la de 1962 cuando salí diputado, 1966, 1971, luego vino el golpe de Estado y lo demás es historia reciente.

-¿Cómo se siente físicamente haciendo campaña, porque es una actividad demandante?

-La verdad es que estoy trabajando mucho. Empecé con un deber de conciencia cuando veía al partido tan mal hace un año, sin presencia, sin estar en los debates. Los dos objetivos que tengo son hacer resurgir al Partido Colorado e instalar la idea de un gobierno de coalición. En ambos hemos avanzado enormemente. Así como en aquel momento actuaba por un deber moral ahora es al revés: estoy alegre y actúo disfrutando la vida política de nuevo, dialogando con viejos amigos y con una juventud con quien no tenía la posibilidad que hoy tengo

-Usted se maneja con las redes sociales. Por ejemplo está muy entusiasmado con el Facebook Live.

-Uso Facebook Live, uso Instagram bastante, donde se publican fotos, videos de actos. Es un modo de llegar que me ha dado mucho resultado. Es bueno porque se trata de una comunicación espontánea.

-¿Qué importancia le da a las encuestas? ¿Está pendiente de ellas como muchos políticos?

-Las encuestas tienen un valor sicológico especialmente para la militancia. Animan o desaniman a los que están en la vida política. No sé cuánto influyen en la gente. Por eso es que tienen esa especie de fascinación y la gente además normalmente lee mal porque entrevera una encuesta con la otra. Pero reconozco que tiene su valor tendencial.

-Usted ha recorrido todo el país, ¿ve mejor al Partido Colorado? ¿Lo ve decisivo para que la oposición gane la elección?

-En Uruguay en los últimos dos meses ha habido dos hechos relevantes. Uno es el resurgimiento del Partido Colorado y el otro el fracaso de la candidatura de Danilo Astori y sus consecuencias. Cuando nos lanzamos fue para reavivar la fuerza colorada y transformarla en una fuerza decisiva electoralmente lo que hoy aparece con claridad. El Partido Nacional tiene un fuerte piso que nadie discute, pero es evidente que en la idea de un cambio y el final de la hegemonía frenteamplista el Partido Colorado es decisivo. Lo de Astori me parece también muy relevante. El Frente ofreció un espectro amplio ideológico. Como dicen los americanos fue ‘un partido atrapa todo’. Iba desde la moderación de Astori hasta la revolución de doña Constanza Moreira. El rechazo a la candidatura de Astori -que ha sido una de las tres figuras dominantes, el conductor económico de estos quince años, el hombre con más influencia en la vida del Estado uruguayo- y la declinación de su influencia le han quitado al Frente Amplio ese balance que representaba un grupo que mucha gente, aún no siendo frenteamplista, votaba con la esperanza de que fuera el freno para males mayores. El balance del Frente hoy ha cambiado. A su vez, en el centro ya no está ese polo de atracción de la figura de Astori. El Partido Socialista pudo haber sido quien ocupara ese lugar, pero acaba de asumir los postulados del socialismo antiguo.

Julio María Sanguinetti. Foto: Darwin Borrelli
Julio María Sanguinetti. Foto: Darwin Borrelli

-Astori salió a reconocer que en el Frente Amplio hay corrupción. El exvicepresidente Raúl Sendic se dio cuenta de que lo dijo por él y su gestión en Ancap. ¿Por qué cree que salió a hacer un reconocimiento así ahora, en plena campaña?

-Las confesiones de Astori expresan su estado de ánimo frente a una posición política. Son reconocimientos muy fuertes: reconoce el fracaso en la educación, dice que no se ha podido manejar la calidad del gasto, con lo que reconoce que ha habido despilfarro, seguramente pensando en el Mides con los casi US$ 300 millones que gasta en programas de dudosa calidad, y ha hablado de que la corrupción ha llegado al Frente, seguramente pensando en Ancap, pero también en Pluna y otros episodios. En el panorama de interpretación de la realidad actual la palabra de Astori es fundamental. Es la palabra más autorizada.

-¿Cómo impacta una persona nueva como Ernesto Talvi en el Partido Colorado?

-Sin ninguna duda que su presencia es un aporte relevante, con su formación académica y que agrega. La precandidatura de José Amorín también aporta. Y ahora la incorporación de Gustavo Zubía no deja de ser relevante porque le da otro matiz en un partido que debe tener desde el centro izquierda hasta el centro derecha todos los matices posibles. Zubía es una persona muy importante en el tema de la seguridad con gran resonancia pública. Me siento optimista porque veo que nuestro movimiento Batllistas ha tenido incorporaciones en todo el país, sentimos que el partido está creciendo y, repito, creo que va a ser decisivo.

"Que la vida política se refresque con gente nueva es bueno, pero que haya más partidos"

Julio María Sanguinetti. Foto: Darwin Borrelli
JULIO MARÍA SANGUINETTI

-¿Va a volver al Senado a ocupar una banca?

-Voy a ser candidato al Senado y después veremos si me dedico al Senado o me dedico al partido. Eso lo dirán las circunstancias.

-¿Usted habla con el presidente Tabaré Vázquez? ¿Él lo consulta en algún tema? Porque el club de los expresidentes es muy selecto.

-Alguna vez me llama con mucha cordialidad, hemos hablado. Últimamente no lo ha hecho. Pero siempre ha sido en un clima de mutuo respeto.

-¿Cómo ve la presencia en la campaña de candidatos nuevos como Juan Sartori, Guido Manini Ríos, entre otros?

-Que la política se refresque con figuras que vienen de afuera es bueno. Lo que pienso es que crear nuevos partidos no es una buena idea, en un país que tiene un sistema amplio de partidos donde cabrían todas las expresiones que hay. No es buena la fragmentación. Fíjese lo que ha sucedido en España, donde hay una gran cantidad de partidos que dan una gobernabilidad muy difícil. Por eso no soy afín a la idea de que se funden nuevos partidos, así como celebro que gente que no ha estado en la vida política se incorpore.

Julio María Sanguinetti. Foto: Darwin Borrelli
Julio María Sanguinetti. Foto: Darwin Borrelli

-Formar un gobierno de coalición, como usted impulsa, requiere compartir un programa, una gestión. ¿Piensa tener ministros en el gabinete en caso de un triunfo de la oposición?

-En realidad más que eso me importa lo siguiente: al país hay que liberarlo de los prejuicios ideológicos que nos han atado a una utopía perimida. Ese es el titular de mi motivación. Uruguay ha pagado demasiado costo a los prejuicios que trajo el Frente Amplio. Están en contra de los tratados de libre comercio cuando la primera potencia del mundo es campeona de la libertad de comercio. Eso es una ridiculez, la sobrevivencia de un fantasma de la época de la Guerra Fría; el haber incorporado al problema de la seguridad la vieja teoría de que la sociedad es la responsable de la delincuencia y que el delito es víctima de la sociedad capitalista que debe asumir la responsabilidad. Nunca sabremos cuánto le costó al Uruguay aquella resistencia a firmar el tratado de libre comercio con Estados Unidos. Son prejuicios de una utopía perimida. Los excesos sindicales a quien más daño hacen es a los trabajadores porque las ocupaciones alejan la inversión y sin ella no hay empleo. No se termina de entender que estamos en un mundo globalizado. La globalidad no la inventó Estados Unidos ni China, es un fenómeno que superó fronteras, cambió los valores de la riqueza que pasó de la agraria a la industrial y ahora a la digital. Y hay que asumirlo como tal. Hoy estamos en competencia con un obrero de Corea o de Singapur.

-¿Está de acuerdo con reeditar el Partido de la Concertación en Montevideo?

-Es una buena idea que desgraciadamente se gestionó mal y no dio los resultados deseados. Soy partidario de la Concertación en Montevideo, Canelones, Salto, en lugares donde hay más coincidencias que discrepancias.

La fórmula será con el que salga segundo
Foto: Darwin Borrelli

El precandidato colorado Julio María Sanguinetti no quiere volver a los acuerdos de cúpula para definir la fórmula colorada en caso de ganar. Es una costumbre de décadas atrás que no era del agrado total de los militantes. Tampoco ve como posible que participe una mujer como piensan hacer otros partidos. “Naturalmente la elección interna es la que ha sustituido los viejos acuerdos de cúpula, de modo que si las encuestas confirman lo que dicen todas ellas me tocaría a mí elegir al candidato a vicepresidente por el Partido Colorado. Y será quien entre segundo en la elección. Pensar en una mujer como candidata a vice nos quitaría de la lógica de la elección interna porque nos llevaría de nuevo a los acuerdos de cúpula. Desgraciadamente no ha habido una precandidata mujer. Tampoco ahora la hay en el Partido Nacional. No podemos quebrar la lógica de la democracia de los partidos”.

"A las redes sociales les falta un editor"

 “Las redes sociales son importantes pero como me dice Héctor Magnetto, el principal del diario Clarín, ‘yo tengo todos los medios, de todo tipo, y solo me ocupo de la primera página de Clarín. El 80% de la agenda de Argentina es la primera página de Clarín’. Y es así”, afirmó el precandidato colorado Julio María Sanguinetti. “Las redes son un formidable mecanismo de amplificación, pero sin editor. No debemos confundir nunca las redes con periodismo. En el fondo es una amplificación masiva como antes era la calle, donde estaba el chisme de la esquina, el compadrito de la esquina, donde estaba todo en versión barrial. Hay una fascinación por el chisme, la noticia oculta, el morbo del chisme. Y ahora tenemos las fake news. Cuando se dijo que los niños comían pasto en 2002, eso recorrió el Uruguay y lo repitieron los gobernantes de los últimos años. Pero se dijo que no y el rumor de vez en cuando rebota como si fuera verdad”.

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