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Rossana de Olivera: “Me encontré con un Inisa de jóvenes medicados”

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Rosana de Olivera, Presidente de Inisa. Foto: Marcelo Bonjour

ENTREVISTA

Dice que la situación edilicia es grave, que se gasta mucho en seguridad con los 222 y que el problema del consumo de drogas es lo más difícil de cambiar en los internos.

Fue la jefa de prensa de Guido Manini Ríos durante la campaña electoral. Antes militó en el Partido Nacional, donde incluso colaboró en el programa de Luis Lacalle Pou de cara a las elecciones de 2014.

Estudió sociología en la Universidad de la República y es técnica en comunicación social. Y hace poco, Rossana de Olivera desembarcó en la presidencia del Inisa, uno de los cargos que quedó en manos de Cabildo Abierto.

Dice que la situación edilicia es grave, que se gasta mucho en seguridad con los 222 y que el problema del consumo de drogas es lo más difícil de cambiar en los internos. Señala que no irá por un camino de “mano dura” y apunta a fomentar el deporte.

-Pasó de ser la encargada de prensa de Manini Ríos a presidenta del Inisa, ¿cuál es su formación y qué tareas desempeñó antes?

-Soy producto de la educación pública, fui a una escuela pública, a un liceo público y estudié sociología en la Universidad de la República. También hice una tecnicatura en comunicación social. Además soy jugadora de vóleibol y me fui becada a un colegio en Estados Unidos. Integré la selección desde que tenía 15 años hasta los 38, hoy tengo 50 y ahora juego para divertirme. Una de las líneas fuertes que tengo en el Inisa es el deporte. Me encontré con un Inisa donde los jóvenes están bastante medicados o piden pastillas para dormir. Eso no está bueno. Estamos poniendo a un profesor de educación física en cada uno de los centros.

-¿Siempre hizo política?

-Estuve muy vinculada al Partido Nacional. Trabajé en el anterior programa de Luis Lacalle Pou, en la parte social. Luego se me dio la oportunidad de participar en Cabildo Abierto y bueno, lo hice.

-¿De dónde lo conoce a Manini Ríos?

-A través de gente vinculada a él. Me fui arrimando y como soy técnica de comunicación social me terminé dedicando a hacerle la prensa. En realidad trabajé en medios, hasta conduje programas en Canal 5, como por ejemplo Ciudad de Tango. Hice radio en Gardel FM y Emisora del Plata.

-¿Cuántos jóvenes están medicados en el Inisa?

-No tengo el dato. Sé que el 70% o 80% entra al sistema con consumo problemático. Vienen de la calle y ahí consumen. Tenemos un equipo multidisplinario que los atiende con psicólogos y psiquiatras.

-En su asunción dijo que muchos jóvenes llegan a Inisa luego de haber estado inmersos en contextos críticos, con historias de carencias, maltrato y abusos...

-A veces vienen de lugares donde lo único que han vivido es eso: su padre, su madre, su abuela, todos, están involucrados en el narcotráfico. Pero hay que trabajar para que puedan reinsertarse en la sociedad. Son jóvenes que tienen toda la vida por delante.

-¿Qué tan posible es que se logre esto?

-Se puede. No será en el 100% de los casos, pero el objetivo es que no reincidan.

-¿Su gestión pasará por más “mano dura”?

-Todo lo contrario. Se han dicho cosas que no son verdad. Estamos preocupados por las horas de encierro que tenían los jóvenes en la gestión anterior y por eso es que estamos incentivando el deporte.

-¿Cuántos menores hay internados?

-Hoy tenemos unos 320 con medidas privativas de libertad; cuando asumí eran 290. Están en 13 centros. Tenemos cinco en Montevideo, uno en Lavalleja y siete en Colonia Berro.

Rosana de Olivera, Presidente de Inisa. Foto: Marcelo Bonjour
Foto: Marcelo Bonjour

-¿Incidió la ley de urgente consideración, en el sentido que se resolvió un aumento de las penas?

- Hoy no podemos decir que esa ley, que incorpora nuevas reglas de juego, ya nos esté afectando. Posiblemente sí, pero no lo podemos afirmar. Hay diferentes variables. Lo he hablado con la gente del observatorio de Inisa y me dicen que hay que esperar por lo menos un año para hacer un análisis certero. Lo que sí pasa ahora es que entran jóvenes con condenas por 10 años y el sistema no está pensado para eso. Hay que pensar programas. Si un joven entra con 17 vamos a tener a una persona de 27 en el Inisa.

-¿Eso es un problema?

-Claro, por eso en esta gestión tenemos que pensar qué programas vamos a ofrecer. Hoy tenemos programas para personas de hasta 22 años. Pero hay más problemas: los que ya tienen 18 deberían estar separados y no lo están porque no hay capacidad.

-¿Cuántos son?

-Son más o menos unos 100. La mayoría entraron con 17.

-¿Cómo se hará cuando aumente la demanda por la aplicación de la LUC?

-Hicimos un convenio con el Ministerio de Transporte para volver a acondicionar el Centro de Ingreso de Adolescentes Mayores (CIAM), que colapsa y se inunda. Fue una obra que tuvo muchas denuncias.

-Búsqueda informó que el Comité de Derechos del Niño denunció una situación de “extrema gravedad” que pone en “riesgo” a los detenidos. ¿Qué medidas se adoptaron?

-Yo asumí en abril y el 20 de junio me llaman de madrugada. Cayó una bomba de esas de invierno con mucha agua. Entraba agua como una catarata por los portones, miraba para las piezas y estaban los championes flotando. Era una situación devastadora que nunca me hubiera imaginado. Empecé a preguntar y me dijeron: “esto es así todos los inviernos”. Convoqué a los institutos de derechos humanos para que vieran cuál era la situación. Se trata de un centro de ingreso que tiene aulas, que tiene dos gimnasios, canchas afuera y hasta una piscina. Queremos arreglarlo y estamos evaluando cómo.

-¿Se encontró con una situación edilicia crítica?

-Muy crítica, demasiado. El punto de partida es complicado. En Berro tenemos casonas muy viejas.

-¿Se cerrará la Colonia Berro, como prometieron las anteriores autoridades?

-Eso se iba a hacer en el período pasado. Se pensó en construir un campo socioeducativo, pero no se hizo.

-¿Cree que es útil la duplicación de penas que plantea la ley de urgente consideración?

-Como presidenta del Inisa, esté o no de acuerdo, nosotros tenemos que administrar las medidas que la ley y la Justicia dispongan.

-¿Pero puede ser útil?

-Depende de los programas. Institucionalizar a alguien durante mucho tiempo también tiene sus riesgos.

-Hasta hace poco el Inisa se manejaba con presupuesto del INAU. ¿Cómo viven esa independencia?

-Hay asuntos que ha pagado el INAU en nombre nuestro y hay cosas que le debemos, entre comillas, al INAU. Hoy no está definido nada todavía, estamos iniciado el proceso de terminar de separarnos.

-¿Cómo incide el recorte presupuestal?

-Cuando el Presupuesto volvió a Diputados tuvimos un aditivo y el tema como quien dice quedó saldado.

-Se habían tomado medidas de recortes, por ejemplo en la compra de carne...

-Lo expliqué hasta el cansancio. Se compran varios tipos de corte: bola de lomo, nalga, mondongo y matambre. Nosotros lo único que hicimos fue sustituir la mitad de bola de lomo por pulpa de bondiola. ¿Por qué? Porque cuando asumí me dijeron que los créditos para comprar terminaban en junio. No había más dinero con el presupuesto heredado.

-¿Piensan en recortar en comida?

-La comida no va a faltar. No pagaremos otras cosas. Es un tema crucial el alimento en estos lugares. Nosotros cuando fuimos al Parlamento planteamos líneas de ahorro. Por ejemplo, el 45% va para seguridad. Los perímetros de los centros están cubiertos por funcionarios tanto eventuales como policías 222, y el 222 es muy caro. Hace una semana lanzamos el programa cuidar a los que cuidan. A los de seguridad nuestros los vamos a capacitar para cubrir esos lugares. Detectamos que hay un 222 para abrir y cerrar un portón. Podemos poner a cualquier funcionario nuestro a hacer esa tarea.

-¿Hay más policías de los que se requieren?

-Estaban solapadas las horas. Detectamos que hay muchas horas superpuestas, con 2 o 3 funcionarios en el mismo puesto. Pretendemos hacer ahorros en un montón de cosas. Había servicios informáticos que se pagaban y no se utilizaban. Había, como dice Isaac Alfie, esa grasa de no haber hecho la gestión más eficiente.

-¿No es arriesgado bajar los policías? ¿No podría repercutir en las fugas?

-Este año no tuvimos ninguna. Tenemos cero fugas. Y no vamos a apurarnos en sacar efectivos sin antes capacitar.

-Decía que hay lugares donde se gastó mal. ¿Con qué panorama se encontró?

-Había servicios de informática, no me acuerdo si para Jurídica o para qué área, que se estaba pagando un dinero mensual y no se instaló el software que se debía instalar. O por ejemplo hay un centro en Burgues, que se cerró en 2016, y nos enteramos que había una deuda de millones de pesos con la intendencia por la recolección de residuos. Nadie le dio de baja y eso siguió corriendo, y ahora debemos millones.

-¿Se están haciendo auditorías?

-Se está haciendo un paneo por todas las áreas y al no haber procedimientos claros a veces es difícil controlar. Se está poniendo orden.

-Le parece una buena idea que los jóvenes del Inisa puedan trabajar en dependencias militares como había propuesto Manini Ríos para los Ni-Ni?

-No lo hemos hablado. Hacen pasantías en el Mides, en empresas públicas y privadas, pero de eso no hay nada.

-Desde 2014 a 2017 el Inisa abrió 52 expedientes por maltrato de funcionarios, ¿cuál es la situación actual?

-Me parece que tenemos que aportar a la capacitación. Que los funcionarios tengan herramientas, porque incluso hoy los jóvenes vienen con mucha violencia y entonces lo trasladan al centro.

-¿Están más violentos los jóvenes?

-Los funcionarios me dicen que los que ingresan ahora no son igual que los de antes. La violencia viene por el consumo.

-¿Han detectado abusos de los funcionarios?

-Hay investigaciones pendientes de años atrás.

-En el período pasado circuló un video donde se veía a funcionarios maltratando a internos...

-Terminaron en la Justicia todos. Para que eso no suceda estoy convencida de que el camino es la capacitación.

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