El presidente de la Suprema Corte de Justicia, John Pérez, decidió ser juez por vocación. Le ocurrió algo tan fuerte que no encuentra las palabras para explicarlo, pero recuerda con ternura cuando debió postergar su casamiento porque lo nombraron, por primera vez, juez en Tacuarembó. Hoy, más de 40 años después y en entrevista con El País, repite con énfasis los números que dan cuenta del magro presupuesto del Poder Judicial. Cada $ 100 que cada uruguayo aporta al Estado, solo $ 1,82 van a este poder. Al año son US$ 66 de aporte por persona. “Tomando 1% de las cifras asignadas a cada rubro del presupuesto, hacemos uno digno para el Poder Judicial”, asegura.
-¿Cuáles son sus metas para este año como presidente de la Corte?
-La meta es tratar de tener un presupuesto digno para el Poder Judicial. Nosotros, a pesar del presupuesto escaso que tenemos, estamos primeros en América Latina (relativo al mejor funcionamiento del Poder Judicial). No hay un área que no esté abarcada por este poder y muchas veces no se dimensiona su importancia. La prioridad es llevar la Justicia más cerca de la gente. Pensamos hacerlo a través de la itinerancia de jueces. La realidad es que hay lugares en los que hay que trasladarse para ir al juzgado y la locomoción es bastante cara. Hay lugares, como Ciudad del Plata (San José) con mucha conflictividad en los que no tenemos sede. La prioridad número 1 es instalar juzgados allí. También se van a potenciar los juzgados de Paz, para que tengan una función más social.
-En el nuevo gobierno va a tener un rol principal Jorge Díaz, un hombre muy vinculado al sistema de Justicia. ¿Eso cree que les trae algún beneficio a la hora de tenerlo como interlocutor?
-Claro, se examina. Pienso que sí porque él conoce los problemas que tenemos, porque él los vivió. Fue un buen juez penal en el interior y en Montevideo y después fue fiscal general durante diez años. Aparte, tenemos una relación personal correcta.
-¿Hoy en qué dependencia del PJ faltan más funcionarios? ¿Forenses? ¿Defensores?
-Peritos tenemos, pero los pocos que tenemos a veces renuncian porque los sueldos son bajos. Psiquiatras, por ejemplo, es difícil conseguir. En algunos apartamentos todavía quedan, pero son pocos. Y necesitamos más técnicos.
-Ante la eventual creación del Ministerio de Justicia, ¿estarían de acuerdo en que la Defensoría de Oficio y el ITF dejaran de estar bajo su égida?
-Mi posición personal es que las dos deberían ser servicios descentralizados.
-Una de las últimas veces que surgió el tema fue porque Búsqueda reveló la sanción que la Corte impuso a dos defensoras por permitir que una mujer inimputable cumpliera medidas curativas sin tener condena previa. Ellas argumentaban que esa era la mejor estrategia posible.
-No fue una cuestión de persecución sindical (como dijo el gremio). No sabíamos que una de ellas era dirigente. No es una cuestión de defensa, es una cuestión de inacción, para nosotros. Puede ser discutible o no puede ser discutible. A los jueces (del caso) los sancionamos peor.
-Uno de los temas que sacudió el mundo judicial en el último tiempo es el convenio que firmó la Corte con la Asociación de Prensa y que permite la transmisión de audiencias por streaming. Entre ellas, algunas del caso Penadés.
-He recibido algunas críticas respecto el lugar de las audiencias, etc. Esa es la sala que tenemos. Visión verdad. Ahí ven cómo están todos amontonados…
-El Código del Proceso Penal garantiza la publicidad, pero en la carrera judicial siempre fue bien ponderada la discreción ¿Cómo conviven esas dos cosas?
-Es bravo. Hay un libro italiano que dice que la profesión de justicia es la menos considerada. Porque si usted pierde, la culpa la tiene el juez. Si gana, (dice) “Ah no, yo quería ganar más” y la culpa la tiene el juez. (Por el streaming) se ve la realidad de lo que son las oficinas judiciales.
-¿Cómo impacta en la imagen del PJ la cantidad de críticas?
-Ahora todo tiene más difusión y hay más críticas. Mientras sean con respeto... Si detectan algo ilegal, que lo denuncien.
-Muchas veces esas críticas en casos concretos se traducen a críticas al sistema. Como cuando se afirma que hay Justicia para pobres y para ricos.
-Eso es absolutamente mentiroso y hasta ofensivo. Todos los expedientes se tratan por igual. Hay barreras de tres tipos, económicas -por eso existe la Defensoría-, físicas -por tener que trasladarse- y culturales. Y con esos dichos, están creando una barrera cultural más de la que ya existe. Hay que combatirlo educando sobre el sistema de Justicia.
-Si uno se para en una posición adversa puede decir que el “rico” tiene dinero para pagar una pericia privada o un abogado que dedique muchas más horas a su caso.
-A lo largo de mi carrera he visto juicios millonarios que fueron perdidos por grandes estudios y juicios que los ha ganado la Defensoría con dos o tres cosas. Lo de las pericias, puede ser, por eso habría que modificar bien el sistema y crear más peritos. No depende si el defensor es público o privado sino de cómo encaren las cosas y de lo que el defendido cuente. Si yo al abogado le cuento la mitad de las cosas...
-En el caso Penadés estuvo presente la cuestión de la Masonería. En 2016 el exministro Ricardo Pérez Manrique había sugerido que sería bueno que los jueces reporten si son masones, para evitar conflicto de intereses en casos puntuales. ¿Cuál es su opinión?
-Desconozco lo que me menciona del caso puntual. En general pienso que si hay causal, hay que abstenerse. No se puede ser juez y parte. Pero no sé cómo funciona la Masonería porque no soy masón.
-¿Ha pasado que algún juez se abstenga por ser masón o por motivos religiosos?
-No que yo recuerde, pero sí por amistad o parentesco.
-Aunque el nuevo CPP tenía como objetivo que los procesos sean más rápidos, cosa que en general ocurre, hay excepciones que tienen repercusión mediáticas. A cinco años del inicio de la Operación Océano aún no comenzó el juicio. Algo similar sucede con el caso de la Ursec, que lleva tres años.
-El otro día leía eso en el diario y pensaba, es imposible. La verdad que no sé por qué demora tanto. Hubo varios recursos, hubo alguno que incluso llegó acá. Pero claro, los abogados usaron todos medios de defensa y va demorando.
-¿Pero no va contra el derecho de víctimas e imputados de que exista un tratamiento célere?
-En teoría tenía que tener un tratamiento rápido. Hay juicios que demoran cuatro años, es un disparate. Lo que pasa es que no se le puede decir a la gente “no use tal medio de defensa”. Utilizan todo los medios para alargar el juicio en definitiva.
-Otro de los temas que está sobre la mesa es el estándar necesario para condenar. ¿El sistema está cerca de ser infalible?
-Cada uno tiene su propia concepción. A veces hay sentencias acá que salen con discordia (por mayoría). ¿Y quién tiene la razón? ¿La posición mayoritaria o la minoritaria? Se trata de ser totalmente infalible desde el punto de vista de lo que uno piensa que ese caso concreto es.
-En el libro “Los Indomables”, Lucía Topolansky dijo que había testigos que habían mentido en causas de lesa humanidad.
-Ahí tiene un problema, porque no es que el juez haya dictado mal. Se basó con una prueba que no puede saber si miente o no miente, salvo que sea muy evidente. Si usted viene acá y me miente toda la aclaración y yo no me doy cuenta porque lo hace tan bien, está bien preparada y yo por más que la interroguen... ¿Es culpa del juez y de la sentencia? No, es culpa de que hubo un caso que pudo haber fallado, pero no falló el sistema. Falló la persona. Falló el sistema porque la persona que declaró, declaró falsamente.
-¿Pero el sistema no prevé que pueda haber personas que vayan a mentir?
-Claro, se examina. Pero hay cosas que a veces no... pueden no salir a la luz. Puede ser un buen mentiroso que tenga una buena base y usted, por más que lo pregunte y vea las cosas, no puede encontrar ningún intersticio para demostrar que usted está mintiendo. Yo como juez, tengo un caso solo que recuerdo, de gente que había mentido. Fue en Rivera, pero era tan evidente la mentira, que los mandé a todos a la justicia penal. Pero es difícil a veces saber la mentira si está muy bien organizada. Hay casos que sí, que es flagrante, en el que el juez se da cuenta, rechaza el caso y lo manda a la Justicia penal. Pero hay casos que no sé si se puede… O si es verdad o no es verdad. Habría que ver cada caso.
-La ley dice que ante la duda corresponde la absolución. Pero en la hipótesis en la que todo cierre...
-Si se confabulan entre tres o cuatro... Hay ejemplos hasta en la Biblia. Se confabularon entre tres o cuatro para condenar a una persona y... Se cierra. No sé, lo de la exsenadora, si ve que es una cuestión que es... Es potestad de ella denunciarlo o no denunciarlo.