Redacción El País
Desde 2005, cuando el Frente Amplio ganó por primera vez la intendencia sanducera, la coalición de izquierda y el Partido Nacional han alternado en la administración departamental. Un ta-te-ti político. Pero eso se terminó ayer, cuando Nicolás Olivera, del Partido Nacional, fue reelecto con un resultado contundente.
Al cierre de esta edición y con el 93% de los circuitos escrutados, Olivera tenía casi el doble de votos que Guillermo Caraballo del FA, quien había sido intendente entre 2015 y 2020 (43.397 a 23.275 sufragios). Tras conocerse el resultado, Olivera expresó que una de las razones de la victoria fue una “gestión responsable”.
“Estamos tranquilos porque se hizo todo lo que se tenía que hacer. No llegamos con una bolsa de excusas. Y la gente sacó la cuenta”, comentó Olivera, quien también se refirió a la renovación del mandato: “El electorado en Paysandú es muy crítico, felizmente. Si las expectativas que depositaron en un intendente o partido no se cumplen, cambia. Así ha sido hasta ahora desde hace 30 años.
Durante la campaña se instaló la discusión de si un intendente tiene que estar pendiente de las grandes obras, o de los pequeños problemas. Creo que hay que estar pendiente de todo. Si uno va hace 20 años a un lugar y durante todo ese tiempo el reclamo es el mismo... Poder ir a esos lugares y que hayamos saldado esas cuentas, me parece positivo”.
Además, se mostró confiado en que hay potencialidad hacia el futuro, como por ejemplo en lo que será la construcción de un nuevo campus universitario, un proyecto que tiene todo pronto para comenzar.
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