Por Fabián Cambiaso
El Ministerio de Desarrollo Social (Mides) procura promover un "cambio cultural" en torno a la problemática de las personas que optan o se ven obligadas a vivir en la calley sumó en las últimas semanas nuevas acciones para atender, de forma multicausal, las bases de un fenómeno que, afirman, está lejos de responder solo a factores económicos.
Y las acciones que viene desplegando esa secretaría, junto a otras que se sumarán a corto plazo, están basadas en una premisa concreta. "Vivir en la calle no es un derecho", le dijo a El País la directora de Protección Social del ministerio, Fernanda Auersperg. "Estamos convencidos de que, como ministerio, debemos dejar todo para que estas personas tengan una vida digna", dijo. "Y una vida digna no es pernoctar en la calle".
De allí que el Mides venga recurriendo a una herramienta vigente desde 2013, a través de una modificación del Código Penal, y que prevé el traslado obligatorio de aquellas personas que estén ocupando en forma irregular espacios públicos o privados: la Ley de Faltas.
Una vía que el Mides viene aplicando día tras día. En promedio, la cartera solicita, según Auesperg, unos 40 traslados diarios mediante este mecanismo. "Hay situaciones en las que debemos ponernos del lado del vecino", señaló la directora. "no tenemos vergüenza en decirlo".
Estas personas son derivadas algún centro del ministerio, donde se les ofrece una respuesta a través de diversas alternativas. Algunos las aceptan y otros, luego de una breve estadía, optan por volver a la calle. Y allí el proceso vuelve a empezar y el Mides a insistir. Hay casos en los que son derivados a través de la ley de Faltas más de una vez por día.
El concepto de "cambio cultural" lo ha utilizado el ministro Martín Lema, que la semana pasada habló del tema en el Parlamento. "Dormir en la calle no es un derecho", ratificó el ministro. "No habría nada más perverso que tomar como que, al vivir o dormir en la calle, la gente está haciendo uso de un derecho". El verdadero derecho, sostuvo, es a tener una vida digna.
Una de las cartas del Mides para promover este cambio pasa por una modificación en la configuración de los distintos dispositivos con los que cuenta. Así, si al inicio de esta gestión el 80% de la oferta estaba constituida por centros nocturnos, ahora el 64% está compuesta por centros de 24 horas con respuestas específicas a las distintas problemáticas de estas personas. La visión es que los centros nocturnos se limiten a ser una respuesta de emergencia ante situaciones puntuales. "No puede ser que una persona esté tres años yendo a un centro nocturno", dijo la directora. "Hay algo que no funcionó".
Las respuestas pasan por atender los distintos problemas que afectan a las personas que viven en calle y que la mayoría de las veces son la causa directa de su situación. "Vivir en calle no necesariamente está asociado a la pobreza", señaló Auersperg. Los últimos datos disponibles indican que el 86% de las personas que estaban en la calle tenían algún tipo de adicción.
A los efectos, el Mides tiene garantizados 355 cupos para atención en Salud Mental y adicciones, junto a dos casas de "medio camino" y un programa de "viviendas asistidas" en convenio con organizaciones de la sociedad civil. Unas 50 personas están realizando tratamientos de rehabilitación y se pretende alcanzar en el corto plazo los 200 cupos. También tiene propuestas específicas para las personas que, recién liberadas de prisión, no tienen a dónde ir.
A partir del 15 de mayo y hasta el 31 de octubre el ministerio comenzará, por otra parte, a aplicar el Plan Invierno, que procurará dar cobertura en todo el país las 24 horas del día. El plan prevé que ASSE ponga a disposición dos ambulancias para que los equipos técnicos de la cartera, con apoyo médico y cobertura asistencial, en caso de necesitarse, del Hospital Británico.
Como en los años anteriores, en los días en que exista una alerta por fríos particularmente intensos, se aplicará un protocolo especial que contará con la colaboración del Ministerio del Interior para el traslado de las personas en la calle, a los que se les ofrecerá refugio en unidades militares en las que Defensa dará resguardo y alimentación.