REUNIONES POR ZOOM CON MILITANTES BLANCOS
En los últimos días el expresidente dedicó más de tres horas en tres charlas por videoconferencia de las que participaron unos 250 militantes, a los que les dejó varios consejos.
A sus 79 años se mantiene muy activo y con ganas de charlar largo y tendido, no solo con los dirigentes del Partido Nacional, sino sobre todo con los jóvenes. “Hay que preparar el semillero para salir a la cancha”, comenta en cada reunión Luis Alberto Lacalle de Herrera, que con el sayo del “viejo sabio” dedica largas jornadas a hacer disertaciones para hablar con la militancia.
En los últimos días el expresidente dedicó más de tres horas en tres charlas por videoconferencia de las que participaron unos 250 jóvenes blancos, a los que les dejó un par de recetas de por dónde tiene que ir la política exterior del Uruguay, y otro tanto de “piques” para cuando toquen tiempos de volver a salir a juntar votos para retener el gobierno nacional.
El miércoles 7 con los jóvenes de la Lista 71, la pregunta disparadora de la disertación fue: “Mercosur, ¿buque insignia o lastre”. El jueves 8, con la juventud del partido, se reunió también por Zoom para hablar de Luis Alberto de Herrera a los 62 años de su fallecimiento. Y el viernes 9 lo convocaron los jóvenes del Frente Carlos Quijano para también hablar del Mercosur: “historia, presente y futuro”. En todas las disertaciones la impronta herrerista fue el común denominador.
“Cuando se fundó el Mercosur no había internet. Cuando se fundó el Mercosur no había teléfonos celulares. Cuando se fundó el Mercosur no había trabajo a distancia, ventas de internet. Fíjense lo que ha cambiado el mundo desde aquel día de marzo del 91 hasta ahora, abril del 2021. Eso les da la idea de que necesariamente esta organización tiene que adecuarse al tiempo que vivimos”, comentó el expresidente Lacalle el miércoles 7.
Antes había analizado la historia del bloque, argumentando que la llegada de los gobernantes de izquierda a los países del Mercosur, que a su entender impusieron los intereses ideológicos sobre los comerciales, distorsionó el objetivo inicial de la fundación del bloque. “Puede un gobierno darle un poquito de inclinación de acá para allá, más adelante o más atrás, pero las grandes líneas son los intereses de un país en la defensa de sus intereses económicos, comerciales, para generar empleo e inversiones”, comentó Lacalle de Herrera.
La fórmula.
El expresidente celebra que los jóvenes dediquen tiempo a informarse. Les pide que lean, que recorran el país y sus ciudades, que se mantengan activos y actualizados. Que miren al exterior.
Los militantes le piden anécdotas y consejos. Él insiste con el legado herrerista y con la impronta blanca de ser revolucionarios, pero revolucionarios con el objetivo de garantizar las libertades y la democracia de “los orientales”. Esa es una de sus primeras “recetas”.
En la charla sobre su abuelo, Lacalle expuso su visión de cómo Uruguay se tiene que posicionar en el mundo, lo que podría entenderse como una segunda receta: “Clientes de todos, es decir, comprar y vender a todos. Amigos de muchos. Aliados de quien convenga, pero independientes en todo el sentido de la palabra. Esto yo creo que tenemos que convertirlo en la definición actual de nuestro partido”, opinó el histórico líder del Partido Nacional.
En campaña electoral.
Para el expresidente, la historia de los blancos hay que honrarla con la memoria, el respeto por las fiestas y epopeyas, y con los triunfos y con las derrotas. Tercera receta: “Siempre estar dispuestos a que nuestras ideas sean tan buenas, y las propuestas sean tan interesantes como para que mucha gente las elija”, dijo el jueves 8.
Allí se generó la discusión sobre si considerar a blancos o nacionalistas para tiempos de campaña. Por eso se abrió a aconsejar sobre estrategia electoral a la barra joven.
“Hay cantidad de ciudadanos que están afiliados a partidos y no se mueven. Yo soy uno de ellos. Pertenezco y perteneceré al Partido Nacional por tradición blanca y por visión nacional de los problemas. Pero hay muchísima gente que de una elección a otra va eligiendo, y esto es algo que tenemos que aceptarlo. Es una realidad. Por eso nuestras propuestas e ideas tienen que tener raíz blanca, pero flor nacional. Es decir: ser atractivas por su justicia, por el sentido de posibles -porque no hay nada más injusto que lo imposible y el que promete imposibilidades está cometiendo una gran injusticia-. Soluciones nacionales, pero en un nacionalismo abierto al mundo”, opinó el expresidente blanco, dando así su cuarta receta.
Uno de los moderadores, el presidente de la juventud blanca, Armando Castaingdebat Ramírez, apuntó: “El mejor legado de Herrera somos los herreristas”.
Lacalle insistió en todo momento que el Partido Nacional tiene que estar siempre bien atento a los asuntos sociales. Que la “pasión” de su abuelo Herrera en estos temas había marcado la historia del país y eso se tenía que defender en las discusiones públicas. La quinta.
Enumeró la garantía al derecho de huelga que se incorpora en la Constitución de 1934, que los sindicatos tengan personería jurídica como lo planteó Herrera en su programa de 1915, entre otros puntos.
Como otra de las enseñanzas del fallecido caudillo, y sexta receta, el expresidente dijo que de Herrera se tiene que tomar la necesidad de ser neutrales en el plano internacional, pero independientes de todos haciendo respetarse como país.
“La libertad de los mares y la libertad de puerto; la neutralidad respecto de los problemas ajenos. No nos gusta meternos en problemas políticos internos de la Argentina, ni del Brasil, porque no nos gusta que la Argentina o el Brasil se metan en los partidos o personalidades de acá”, apuntó.
¿Rever el Mercosur?
El viernes 9 por la noche el expresidente analizó el funcionamiento histórico del bloque. “Yo creo que ha llegado el momento -y no quiero ir más a fondo porque ahora están en plenas negociaciones, y no soy yo quién para indicar caminos ni nada- pero de todas maneras creo que la posición de rever serenamente el Mercosur es importante”, comentó.