SEGURIDAD SOCIAL

La "otra" reforma: ahorro individual en manos del Estado y dos puntos de IVA para financiar jubilaciones

Un grupo de profesionales presentó ante el Parlamento una propuesta alternativa de reforma del sistema previsional

Fachada del Banco de Previsión Social. Foto: Estefanía Leal
Grupo de profesionales presentó propuesta alternativa.
Foto: Estefania Leal/Archivo El Pais

La próxima semana será clave para saber qué pasará con el proyecto de reforma del sistema previsional. El gobierno enviará al Parlamento en las próximas horas un mensaje complementario con una serie de modificaciones que no alteran la línea general de la iniciativa y espera un acuerdo político que permita su aprobación. Cabildo Abierto insiste en que no votará la reforma si no se incluyen una seria de puntos que, desde el Poder Ejecutivo, consideran imposibles de contemplar sin alterar la sustentabilidad del nuevo sistema.

De su parte, el Frente Amplio y el Pit-Cnt remarcan que el nuevo régimen perjudicará notoriamente a la gran mayoría de los trabajadores, que "deberán trabajar más" y, una vez jubilados, "cobrarán menos".

Técnicamente, senadores y diputados tuvieron la posibilidad de analizar otro proyecto de reforma: el Sistema Uruguayo de Ahorro Individual Solidario (Suais). Un sistema que "cambia la raíz" de la seguridad social y "rompe" con el factor demográfico. Se trata de una propuesta elaborada por un grupo de profesionales que, ante la problemática que vive hoyla Caja de Profesionales Universitarios, elaboró una "alternativa" que fue presentada en las dos cámaras del Parlamento.

Según explicó ante los legisladores uno de de sus redactores e integrante del grupo, Pablo Barros, se trataría de una institución estatal encargada de rentabilizar el dinero de todos los ciudadanos, con las mismas reglas de juego para todos los aportantes.

Así, una persona comenzaría a aportar y ese dinero se iría rentabilizando hasta que se jubile. En ese momento la pasividad comenzaría a ser pagada por la renta del ahorrro, ya que el ahorro permanece y, al momento de morir, sería heredado por los hijos, que lo podrían sumar a su propio ahorro. Esa generación haría lo mismo con la siguiente, y así sucesivamente. Conceptualmente, se propone lo que hoy realizan las administradoras privadas (AFAP), pero en manos del Estado y sin comisiones que, a través de regulación cuya aprobación deberá pasar por el Parlamento, será el responsable de administrar esos fondos.

Las proyecciones indican que una persona podrían cubrir su jubilación durante un período de 18 a 20 años, con una rentabilidad media de 4%. Se trata de la esperanza de vida promedio en el país luego de la jubilación.

La propuesta se basa también recurrir a una herramienta prevista para estimular la "inclusión financiera", como es la devolución de dos puntos de IVA en las compras por medios electrónicos. Según el planteo, uno de los puntos iría a a la cuenta individual de la persona que efectúa la compra. El otro punto se destinaría a un fondo de reserva del sistema, que podría ser utilizado para financiar diversos proyectos, cobrando los intereses correspondientes. Así, según los promotores de la propuesta habría un "efecto secundario" de estimular la formalidad en la facturación y que la economía funcione de manera transparente.

Bajo este mecanismo el ahorro sería obligatorio con un período de transición en donde, en un principio, el 10% de los aportes sobre los salarios iría al Banco de Previsión Social (BPS) el restante 5% al Suais. A medida que pase el tiempo y que el nuevo sistema cobre fuerza, los porcentajes se irían invirtiendo.

El proyecto maneja además la posibilidad de efectuar ahorro voluntario, en donde cada persona podría depositar el dinero que desee según sus posibilidades. En este caso el Estado sería también el encargado de rentabilizar esos aportes, que podrían ser retirados una vez llegue el momento de la jubilación.

"Tenemos que cambiar la raíz de la seguridad social y no seguir con lo mismo", les dijo Barros a los diputados. De lo contrario, sostuvo, llegará el día en que las personas deberán esperar hasta los 75 años para jubilarse, además de que las juibilaciones serán menores ya que las tasas de reemplazo no serán las mismas. "No vamos a esclavizar nunca más a ningún joven", afirmó. "Ningún joven va a tener que pagar la jubilación de los que están arriba, sabiendo además que los jóvenes en este país son cada vez menos".

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