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Para irse a vivir a la residencia de Suárez, Lacalle Pou puso US$ 31.000 de su bolsillo

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Luis Lacalle Pou, Lorena Ponce de León y los hijos de la pareja: Violeta, Manuel y Luis. Foto: @loliponcedeleon.

FAMILIA PRESIDENCIAL

La residencia presidencial acumuló graves problemas de deterioro que requirieron una inversión de mantenimiento para que el presidente y su familia pudieran habitarla.

Caños rotos, instalaciones eléctricas desactualizadas, cableado averiado, filtraciones de agua en los techos, instalación sanitaria tapada, humedades, paredes descascaradas, varios problemas en puertas y mampostería en mal estado. La Residencia Presidencial de Suárez y Reyes estuvo deshabitada durante 15 años, en los tres períodos que gobernó el Frente Amplio, pues Tabaré Vázquez en sus dos gestiones y José Mujica optaron por no instalarse allí.

La falta de mantenimiento llevó a que la residencia necesitase reparaciones básicas para permitir ser habitada por la familia del presidente Luis Lacalle Pou. Pero las restricciones en los gastos llevaron a que el jefe de Estado haya tenido que poner dinero propio para las refacciones y así poder instalarse con su esposa, Lorena Ponce de León, y sus tres hijos.

El gobierno ordenó dos informes técnicos a la Dirección de Arquitectura de Presidencia y al Ministerio de Transporte y Obras Públicas, que realizaron una inspección para detallar las obras necesarias.

El tamaño de la inversión necesaria para poner “a punto” la Residencia Presidencial de Suárez y Reyes no fue calculado, ya que el gobierno decidió postergarla por el elevado monto que implica.

El gobierno definió por decreto una serie de restricciones a los gastos, como medidas de ahorro en medio de la emergencia sanitaria por coronavirus. Entre esas limitaciones están las de comprar mobiliario y realizar reparaciones. Por ese motivo el presidente de la República resolvió pagar por cuenta propia parte de las refacciones y el amoblamiento para poder habitar la Residencia presidencial de Suárez y Reyes.

Unos US$ 16 mil fueron necesarios para diferentes arreglos, entre los que estaban las cañerías, y otros US$ 15 mil para mobiliario, reparación de moquetas y luminarias, indicaron a El País fuentes del gobierno.

Residencia Suárez y Reyes. Foto: Fernando Ponzetto
Residencia Suárez y Reyes. Foto: Fernando Ponzetto

Si bien el presupuesto de 2015 le asignó a la Presidencia de la República 20 millones de pesos por año para obras de infraestructura, el mandatario resolvió no utilizar ese monto en medio de la pandemia para incluirlo en “la bolsa” del ahorro.

De todos modos, además de la cifra gastada por Lacalle Pou, el Estado desembolsó del rubro gastos de funcionamiento $ 1.542.579 para realizar otras obras de mantenimiento. De esta cifra $ 652.761 fueron de la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND) y los restantes $ 889.818 de la Presidencia de la República. Es decir, un poco más de US$ 35 mil, de acuerdo a los datos oficiales a los que accedió El País.

El informe técnico de Arquitectura de Presidencia comunicó que todas las mejoras necesarias estaban diagnosticadas, pero anteriormente se resolvió no realizar la inversión porque se consideraba un edificio no utilizado.

Allí se detalló que la sanitaria estaba en desuso y obstruida, con la excepción de algunos tramos que se habían reparado en el baño en la suite presidencial.

El informe del Ministerio de Transporte y Obras Públicas es más detallado, y señala que la observación general global muestra un edificio con “diferentes estados de degradación”.

Parte de esos problemas son por los materiales con que está construido, la edad del edificio, y la falta de mantenimiento necesario. Incluso explica que se encontraron con vestigios de diferentes reparaciones ya caducadas que complejizan las futuras operaciones de mantenimiento y refacción.

Luego de enumerar la larga lista de arreglos y obras necesarias, el informe del MTOP sugiere una serie de reparaciones para atender los problemas a corto plazo. De todos modos, adelanta que eso no garantizará una duración, y se debería pensar en una “memoria de Restauración integral” que implique trabajos profundos y de solución definitiva.

El presidente Lacalle Pou vivió en la residencia presidencial durante el mandato de gobierno de su padre, Luis Alberto Lacalle Herrera, entre 1990 y 1995. En esa época había elegido el altillo como cuarto dormitorio.

Vázquez y Mujica solo utilizaron la Residencia de Suárez para trabajar, incluso organizaban la mayoría de las reuniones en el llamado: “Suárez Chico”, un edificio al costado de la casa central.

El desuso de la casa llevó a que en un invierno, el entonces presidente José Mujica pensase en utilizar la casa como refugio para gente que vive en la calle.

Ocupas: los nidos de palomas y avispas

Una parte importante de los problemas estaba en los techos. Allí el deterioro de la infraestructura era significativo, al punto que la filtración de agua en días de lluvia se tornaba compleja.

En los techos la inspección técnica detectó partes en estado de “putrefacción, humedad y ataque de hongos”, sectores afectados por las polillas y “colonización animal, por la presencia de nidos de paloma y avispas”.

Otro de los puntos informados son los diferentes sectores del techo donde se estanca agua, un punto que las autoridades sanitarias solicitan se evite para no dejar el terreno fértil para la propagación del mosquito del dengue.

Además de las tareas de limpieza de todas las maderas y paredes, también se detallan problemas en la herrería. El informe sugiere realizar tareas de mantenimiento en rejas de las ventanas de todas las fachadas.

Por ser un Monumento Histórico Nacional, para todas las intervenciones se requiere seguir un protocolo de preservación y no modificación de las características de la casa. En el informe se sugiere realizar las obras de fondo con la supervisión de un especialista en intervención patrimonial.

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