Índice de brecha salarial de género aprobado no incluirá dato clave: las horas trabajadas por hombres y mujeres

En la práctica, la creación del indicador se enfrenta a dificultades que ponen en duda la obtención de datos fiables y de mejor calidad que los actuales.

Camara de Senadores
Sesión de la Cámara de Senadores, en el Parlamento Nacional.
Foto: Estefanía Leal

El pasado martes, el Senado aprobó un proyecto de ley para crear un indicador que permita determinar la brecha salarial entre hombres y mujeres frente a igual ocupación, basado en datos proporcionados por las empresas al Banco de Previsión Social (BPS). Sin embargo, la falta de un dato clave podría restarle relevancia y precisión al resultado final.

La iniciativa fue aprobada por unanimidad bajo el nombre “Reporte, sistematización y transparencia de los datos sobre brecha salarial de género”. Fue presentada por el Frente Amplio en la legislatura pasada (2022) y, durante su discusión en comisión, sufrió modificaciones importantes. Lo aprobado es más general en comparación con la intención original y declara de interés nacional la confección del indicador, que estará a cargo del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres). Este recibirá los insumos del BPS y de otros organismos de la seguridad social.

“Datos puros y duros para que se calculen los promedios salariales de hombres y mujeres a partir de las remuneraciones nominales", explicó la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos y Equidad de Género del Senado, Constanza Moreira, durante la votación.

Constanza Moreira.
Constanza Moreira.
Foto: Ignacio Sánchez/El País.

Sin embargo, pese a la buena intención del proyecto aprobado, en la práctica la creación del indicador se enfrenta a dificultades que ponen en duda la obtención de datos fiables y de mejor calidad que los actuales.

El 25 de julio, el BPS envió a la comisión un expediente de 131 páginas en el que recopilaba toda la discusión parlamentaria sobre el proyecto y aclaraba lo que el organismo puede y no puede hacer con la información que recibe de las empresas.

La clave está en que, para determinar la brecha salarial en una empresa o sector de actividad, no basta con conocer el promedio de remuneración mensual en función del sexo del trabajador. También es necesario considerar la carga horaria de cada persona. De hecho, durante la presentación de Inmujeres en la comisión, la encargada del Sistema de Información de Género, Natalia Reyes, expresó su punto de vista sobre la redacción del proyecto, señalando: “Entendemos que, para medir la brecha salarial, el promedio no es el instrumento adecuado. Necesitamos los montos brutos, no solo los promedios, porque de lo contrario se estarían omitiendo desigualdades que esta iniciativa busca medir. Además, es crucial incorporar la cantidad de horas trabajadas de todos los trabajadores involucrados, ya que sabemos que las mujeres, debido a su sobrecarga en el trabajo no remunerado, dedican menos horas al trabajo remunerado. Por eso, es importante conocer no solo la brecha salarial global, sino también la brecha por hora”.

Según Inmujeres, dado que las mujeres dedican gran parte de su tiempo a tareas no remuneradas, se estima que existen brechas importantes en las horas trabajadas: en promedio, las mujeres dedican 20 horas por semana al trabajo remunerado, mientras que los hombres dedican 42 horas semanales.

El 29 de abril, la comisión consideró la observación de Inmujeres. “Para medir la brecha en el ingreso, debe conocerse la cantidad de horas trabajadas por persona. Esto permitiría calcular la brecha de ingreso por hora y total, entendiendo que las mujeres dedican dos tercios de su jornada al trabajo no remunerado y un tercio al trabajo remunerado, mientras que los hombres tienen la distribución inversa. Aquí se presenta el problema de los promedios salariales y el tiempo de trabajo, lo que no debe ser fácil de resolver. Si alguien trabaja cuatro horas, obviamente ganará menos que quien trabaja ocho horas, pero no necesariamente quien trabaja ocho horas ganará el doble que quien trabaja cuatro horas; hay mayor dedicación, que en ocasiones es compensada y en otras no. No tengo la solución”, afirmó el senador colorado Pedro Bordaberry.

Pedro Bodaberry.
Pedro Bodaberry.
Foto: Darwin Borrelli.

Acto seguido, la Comisión acordó modificar el proyecto de ley y añadió: “Remuneraciones y horas trabajadas de hombres y mujeres en la forma de agregación que el Instituto Nacional de las Mujeres requiera”.

Sin embargo, el expediente que el BPS envió en julio dejó claro las limitantes de su base de datos: “En relación con las horas trabajadas, el BPS no cuenta con esa información para poder brindarla, ni sobre los escalafones”.

El 29 de julio, antes de enviar el proyecto para que el Senado lo aprobara, la comisión eliminó “horas trabajadas” del artículo tercero, lo que implica que no será posible contar con este dato ni del BPS ni de otras fuentes. El indicador, por tanto, se limitará a una brecha macro y con más insumos y detalles pero similar a la que actualmente se obtiene a partir de las encuestas del INE.

Además

BPS ofreció más datos estadísticos

El BPS mostró su total disposición para aportar información con el fin de conformar el Índice de Brecha Salarial por Género e incluso propuso al Parlamento incluir más datos de los solicitados inicialmente.

El proyecto de ley original se limitaba a pedir datos salariales de empresas con más de 50 empleados. En su respuesta a la comisión, el BPS recomendó incluir todo el universo de empresas. “La solicitud de información se refería a empresas con 50 o más empleados, pero teniendo en cuenta que las empresas con 20 o más empleados constituyen solo el 2% del total de las empresas que cotizan al BPS, se estaría perdiendo información de sectores de actividad con bajos ingresos, como el servicio doméstico, los monotributistas, las empresas unipersonales, etc.”, explicó el BPS, que ofreció entregar toda la información a Inmujeres, abarcando unas 170.000 empresas.

El BPS también señaló que, aunque no está incluido en la solicitud del Parlamento, está en condiciones de informar anualmente sobre la desagregación de puestos cotizantes en el sector privado y público, el vínculo funcional (dependientes y no dependientes), tramos de edad, tipo de remuneración (mensual, destajista, jornalero) y tipo de aportación (servicio doméstico, construcción, rural, industria, comercio y civil).

El organismo puntualizó que toda la información será entregada a Inmujeres en términos estadísticos, sin involucrar ni identificar a personas físicas o jurídicas de manera específica, y con el único fin de confeccionar el referido índice.

“Creemos que sería muy valioso incorporar el dato del código de salud dentro de los parámetros de información a relevar. Esta incorporación permitiría, mediante el cruce de distintos resultados y sumando la variable con o sin hijos a cargo, enriquecer el estudio y ofrecer conclusiones más precisas. Se trata de un factor que impacta especialmente en la vida laboral de las mujeres, ya sea por ausencias en el mercado de trabajo o por trayectorias marcadas por interrupciones. Esta realidad influye directamente en los ingresos percibidos, tanto durante la etapa activa como en la jubilación. Por ello, entendemos que es un elemento sustancial en el análisis de las brechas de género”, detalló el BPS, que además celebró la iniciativa parlamentaria, pues se creará una nueva herramienta que contribuirá a alcanzar una “mayor igualdad” en el mercado de trabajo.

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