Redacción El País
La asunción del nuevo gobierno un 1° de marzo representa una larga tradición uruguaya, cargada de simbolismos cuyo significado profundo no es otro que el enaltecimiento de la democracia. En un simple resumen, el presidente electo habla ante la Asamblea General y después recibe la banda de parte de su antecesor en la Plaza Independencia. El ritual se repite desde hace muchísimos años, pero en particular en las últimas décadas fue incorporando episodios laterales, algunos políticos, otros festivos y anecdóticos, que convierten cada día como el de hoy en un acontecimiento histórico diferente. Aquí se recuerdan algunos.
De última hora (1959)
Hasta último momento se estuvo negociando la integración del gabinete entre representantes de los diversos sectores del nuevo oficialismo en el primer gobierno blanco del siglo XX. A las 9.30 del 1° de marzo se reunieron integrantes del Herrerismo, el Ruralismo y la Unión Blanca Democrática para terminar de definir a los ministros, los directorios de los entes autónomos y las jefaturas de policía. A las 12.15 se firmó el acuerdo, cuando estaba por empezar el desfile militar. La demora se explica porque Luis Alberto de Herrera se había distanciado de su socio electoral, el líder ruralista Benito Nardone, lo que obstaculizó las negociaciones.
Hacia la ciudad (2020)
El día que asumió Luis Lacalle Pou se realizó el desfile de unos 4.000 jinetes en saludo al nuevo gobierno. Los caballos llegaron desde todo el interior y cubrían unas 50 cuadras en el trayecto entre el Prado y la Plaza Independencia. Según las crónicas, el despliegue fue organizado por Eduardo Echevarne, conductor de la radio oficial de la Expo Prado.
Discurso amargo (1967)
El nuevo presidente Óscar Gestido formuló una dura advertencia en su discurso ante la Asamblea General: “Si el Uruguay quiere suicidarse, no hay gobierno, aunque sea de dioses, que pueda impedirlo. El Uruguay tiene tan solo un gobierno de hombres”. Eran tiempos difíciles, pero los que se avecinaban resultarían peores.
Fiesta popular (1985)
La recuperación de la democracia luego de 12 años de dictadura derivó en una gran fiesta popular en Montevideo. Se armaron varios escenarios en el Centro para la presentación de artistas internacionales como el español José Luis Perales, el nicaragüense Carlos Mejía Godoy y los argentinos Charly García, Nito Mestre y Los Abuelos de la Nada, además de uruguayos como Los Olimareños, Jaime Roos, Labarnois-Carrero, Canciones para No Dormir la Siesta y Eduardo Darnauchans. Una presencia muy especial fue la de los músicos cubanos Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, así como el Ballet Nacional de Cuba, porque hasta entonces estaban prohibidos en el Uruguay. Se realizó además un concierto de la Orquesta Sinfónica del Sodre en el Teatro Solís en honor de las delegaciones extranjeras que llegaron para la asunción de Julio Sanguinetti. A partir de ese año, además, se volvió costumbre invitar a jefes de Estado extranjeros como respaldo internacional a la democracia uruguaya.
Con incidentes (1972)
El discurso de Juan María Bordaberry ante la Asamblea General tuvo lugar bajo un clima tan caliente como el del propio Uruguay en esos tiempos previos a la dictadura. Cuando el nuevo presidente ingresó al recinto solo se pusieron de pie los legisladores colorados. Después, diputados y senadores del Frente Amplio criticaron a viva voz dichos de Bordaberry. Este afirmó que se trataba de “un día luminoso para la democracia” y el senador comunista Rodney Arismendi replicó: “¡No apoyado!”. Las barras, colmadas por allegados y seguidores del oficialismo, aplaudían al mandatario e insultaban a sus opositores: “¡Váyanse a Cuba!”. Algunos parlamentarios se pararon y parecía que iban a tomarse a golpes, aunque no llegaron a ese extremo. De fondo, los timbrazos de la presidencia de la Asamblea intentaban poner orden.
Desde la URSS (1990)
Entre los mensajes recibidos por Luis Alberto Lacalle, figuró el de Mijail Gorbachov. “Los soviéticos sienten profundo respeto hacia el pueblo uruguayo, sus tradiciones democráticas y su cultura autóctona”, indicaba el saludo. La Unión Soviética desaparecería en diciembre del año siguiente.
Sin corbata (2010)
Hasta 1963 inclusive, los nuevos mandatarios acudían a las ceremonias de asunción vestidos de frac. A partir de 1967 este se cambió por el traje con corbata. Salvo José Mujica, quien para asumir se confeccionó un traje gris pero prescindió de la corbata.
Faltaba uno… (1963)
Al asumir el nuevo Consejo Nacional de Gobierno (el Poder Ejecutivo colegiado de la época) solo estaban presentes ocho de los nueve consejeros electos: Daniel Fernández Crespo, Washington Beltrán Mullin, Luis Giannattasio, Alberto Heber Usher y Carlos María Penadés por el Partido Nacional; Amílcar Vasconcellos, Alberto Abdala y Óscar Gestido por el Partido Colorado. La otra silla en el Consejo dependía de un pacto privado entre los blancos Washington Guadalupe y Héctor Lorenzo y Losada, pero sus responsables no se ponían de acuerdo para cumplirlo. Fue la primera vez que se transmitió la ceremonia por televisión y la cámara se detuvo, significativamente, en la silla vacía. Finalmente asumió Lorenzo y Losada y Guadalupe fue al Senado.
Taxi de Julián (2000)
Después de completar todos los actos protocolares, Jorge Batlle -con la banda presidencial puesta- fue a visitar a su madre, Matilde Ibáñez, en su ca-sa de Pocitos. Y para ese trayecto eligió ir en taxi. No era uno cualquiera, sino el que manejaba Julián Gardarián, a quien le había prometido el viaje en 1999, si ganaba las elecciones. Gardarián no solo era votante de Batlle sino que participó en un spot de su campaña.
En guerra (1995)
Ocho de los nueve presidentes sudamericanos asistieron al comienzo de la segunda presidencia de Sanguinetti: Carlos Menem (Argentina), Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Juan Carlos Wasmosy (Paraguay), Gonzalo Sánchez de Losada (Bolivia), Ernesto Samper (Colombia), Eduardo Frei (Chile), Alberto Fujimori (Perú) y Sixto Durán Ballén (Ecuador). Toda la atención estaba en los dos últimos, pues Perú y Ecuador estaban entonces en guerra. Durante la sesión de la Asamblea General ni se miraron. Sin embargo, hubo contactos entre los cancilleres de ambos gobiernos en la embajada de Brasil y se logró un alto al fuego, consagrado en el documento titulado “Declaración de Montevideo”.
Sin demoras (2005)
Apenas recibió la banda presidencial por parte de Batlle, Tabaré Vázquez dio posesión a sus ministros. Y enseguida realizaron una reunión del Consejo de Ministros para firmar los primeros proyectos del primer gobierno del Frente Amplio: la creación del Plan de Emergencia, la realización de auditorías en dependencias estatales, el establecimiento del Consejo de Economía Nacional, un plan para habilitar el voto consular y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Venezuela Esa noche, además de los actos habituales, Vázquez habló ante los invitados y el público en general desde un estrado en las escalinatas del Palacio Legislativo.
Bajo sospecha (1959)
En las horas previas al 1° de marzo corrió el rumor que militares colorados se resistirían a entregar el mando a un gobierno blanco, luego de casi un siglo de mandatarios colorados. Años después se supo que un jerarca militar se lo había ofrecido a Luis Batlle, una propuesta que el líder de la lista 15 rechazó tajantemente. Se asegura que algunos efectivos blancos desfilaron con sus armas cargadas para actuar ante la eventualidad de ese golpe. El nuevo gobierno, por las dudas, relevó a varios generales en pleno desfile, incluido al inspector general (comandante) del Ejército. Al final todo se desarrolló con normalidad. El episodio fue relatado por el general Líber Seregni, que en 1963 era coronel y estuvo a cargo de la organización del desfile, en una entrevista con el periodista Alfonso Lessa.
Primer día (1995)
Tras dejar el gobierno, el mismo 1° de marzo Lacalle Herrera concurrió a la sede del Partido Nacional para pronunciar un discurso. Como el local estaba repleto, se improvisó un estrado en la Plaza Matriz, desde donde habló utilizando un pañuelo blanco sobre los hombros. Ya en ese momento habló de la campaña para las siguientes elecciones. Luego cruzó a la Catedral e invocó a la Virgen de los Treinta y Tres.
Los Olimareños (2010)
Luego de la ceremonia de asunción de Mujica, en plena Plaza Independencia, se presentaron Los Olimareños. Cuando cantaron A don José los acompañaron en los coros el flamante presidente y su vice, Danilo Astori, junto a sus esposas Lucía Topolanski y Claudia Hugo. Más tarde actuó la murga Agarrate Catalina.
Autos simbólicos
Se ha vuelto costumbre de los nuevos presidentes hacer el trayecto entre el Palacio Legislativo y la Plaza Independencia en algún coche de especial significación. En 1995, Lacalle Herrera se dio el gusto de utilizar la cupé Ford de 1937 que perteneció a su abuelo, Luis Alberto de Herrera. En 2020, en la última asunción presidencial, Lacalle Pou dispuso del mismo vehículo. Vázquez, al iniciar su primera presidencia, primero usó un Ford T y luego una camioneta Cimarrón de la empresa india Mahindra, que fabricaba el modelo en Uruguay. Y cuando volvió en 2015 lo hizo en una camioneta Fordson que había sido su primer coche. Mujica, en 2010, se trasladó en el “Pepemóvil”, una furgoneta eléctrica pintada de celeste y con la bandera nacional.
Multirreligiosa (1995)
En la mañana del 1° de marzo, horas antes de los actos protocolares de Lacalle Herrera, el presidente (que todavía era simplemente electo) concurrió a una ceremonia especial en la Catedral Metropolitana, organizada en conjunto por la Iglesia Católica, la Federación de Iglesias Evangélicas del Uruguay, la Iglesia Anglicana del Uruguay, el Comité Central Israelita del Uruguay y la Confraternidad Judeo-Cristiana del Uruguay. Asistieron jerarcas del gobierno entrante, así como varios legisladores.
No fue oficial (1967)
Jorge Pacheco Areco llegó a la Presidencia en diciembre tras la repentina muerte del titular del Poder Ejecutivo, Gestido. Tan inesperado fue todo que juró en una ceremonia sencilla e improvisada. Pero el 1° de marzo de 1968 Pacheco quiso tener su acto oficial, por lo que pronunció un discurso en el teatro Florencio Sánchez de Paysandú, acompañado por todo su gobierno y emitido por cadena de radio y televisión.
Sedes
A comienzos del siglo XX los presidentes daban sus discursos inaugurales ante la Asamblea General reunida en el Cabildo, asiento del Poder Legislativo hasta 1925. El primer mandatario que habló en el majestuoso y flamante Palacio Legislativo fue Juan Campisteguy en 1927. Tradicionalmente, el traspaso de la banda se realizaba en el Palacio Estévez, la vieja sede de la Presidencia, desde cuyo balcón el protagonista del día saludaba al público. A partir de 2010, con Mujica, el acto se cumple en la misma Plaza Independencia.
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