Detrás de algunos movimientos o gestos políticos que muchas veces responden a afinidades regionales —como la que evidentemente tiene el gobierno del Frente Amplio con el brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva—, el presidente Yamandú Orsi y su canciller Mario Lubetkin entienden que todo lo que está haciendo Uruguay en los últimos días y semanas no tiene otro fin que no sea profundizar la apertura de mercados. Y que Uruguay ya mismo lo está logrando.
Por eso se ha hecho tanto énfasis desde el Palacio Santos a la hora de resaltar los últimos avances logrados por el Mercosur —bloque cuya importancia para la integración sudamericana ha sido resaltada por Orsi en su última cumbre de la semana pasada—, como el acuerdo comercial con la Unión Europea —que Lula Da Silva ha dicho que procurará que se materialice antes de que termine este año—, o el que se alcanzó con la EFTA —a falta de varias etapas de ratificación.
Y por eso también la decidida apuesta en tener todas las reuniones bilaterales posibles en cuanto foro internacional Orsi tenga oportunidad de participar, como en estos días lo hizo en Buenos Aires para asistir a la cumbre del Mercosur, y este fin de semana en Río de Janeiro, a donde fue como invitado al cónclave de los BRICS, un bloque que reúne a países poderosos del llamado “sur global”, como Rusia, China, Irán, Sudáfrica y varios otros Estados africanos.
En este sentido, la reunión de la semana pasada arrojó como principal resultado diplomático la consecución del postergado encuentro con el presidente argentino Javier Milei, un mano a mano en el Palacio San Martín que duró una media hora, y en la que se analizó la coyuntura económica y se acordó que haya un segundo capítulo en Montevideo, en una fecha a definir.
Y en Río de Janeiro, mientras tanto, se cumplió el objetivo que, en la previa, se había trazado el gobierno y la Cancillería de Lubetkin: aprovechar la asistencia, a solo 2.300 kilómetros, de líderes de distintas partes del globo. Y tener con los que se pudiera reuniones que de otro modo sería complejo conseguir. Orsi tuvo así encuentros directos con los primeros ministros de Egipto (Mostafá Madbuli), Vietnam (Pham Minh Chính) y de India (Narendra Modi), y con los presidentes de Sudáfrica (Cyril Ramaphosa) y de Angola (João Gonçalves), entre varios otros. Con algunos de ellos, como con los mandatarios de Egipto e India, se habló específicamente de profundizar la “cooperación” en temas comerciales, culturales y de desarrollo en diversas áreas; y con jefes de Estado como el de Angola, puntualmente, de intercambio “energético”.
Todo esto —a lo que hay que agregar la firma que suscribirá Lubetkin en los próximos días en Malasia con la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental, algo que el propio canciller califica como un“antes y un después” en la relación con los países de esta zona— conforma, a ojos de este gobierno, un panorama de inserción internacional de Uruguay bastante diferente al que había en el gobierno anterior. Porque lo que se recibió fueron“señales muy fuertes de apertura”.
“Estamos abriendo el Uruguay a un escenario muy superior a lo que estaba planteado antes”, dijo Lubetkin en una rueda de prensa con periodistas uruguayos que dio en forma virtual desde Río de Janeiro. “¿Cuáles van a ser los resultados? Sin duda creo yo (que se reflejarán) en aumento de comercio, en aumento de inversiones y sin duda a se nos planteará a todos de una forma diferente” las preguntas a hacerse de aquí en más, agregó. Uruguay, así, tiene que prepararse para definir “qué es” lo que este país “va a tener capacidad de colocar” en los mercados que se van abriendo, como ya dijo el canciller ya en otras oportunidades. “Nosotros vamos a tener los mercados con arancel cero en muchos de estos países, y tenemos un interés chino creciente, (y también) un interés indio, que lo escuchamos nosotros a partir de la reunión entre Orsi y Modi”.
De manera que “la señal muy precisa” que tiene hoy el gobierno se resume, según Lubetkin, y en función de todos los encuentros mantenidos en los últimos días, con esta frase: “Como nunca, la apertura de Uruguay al mundo”.
De concretarse la apertura comercial, permitirá a Uruguay “jugar otro partido”. Pero eso será posible si se confirma el “crecimiento económico a partir” de lo realizado “desde la política exterior”, que Lubetkin se mostró seguro de lograr.
Sin pertenencia al bloque amenazado por Trump
El ministro de Relaciones Exteriores también afirmó que la presencia de Uruguay en la cumbre de los BRICS, cuestionada por Donald Trump —que amenazó en estas horas a los países “alineados” a este bloque con imponer aranceles — no significa un interés en sumarse a la alianza. “Ustedes saben que nosotros fuimos invitados por el presidente Lula, que no somos parte del BRICS y que no hemos solicitado ser parte”, dijo el canciller, que de todos modos destacó que los “debates” fueron “extraordinarios”.
India dijo que decidió abrir una embajada de Montevideo
En la reunión entre Orsi y el primer ministro de India, el mandatario asiático anunció la decisión de su país de abrir una embajada en Uruguay.
"Este es el segundo anuncio (de este tipo) en estos primeros cuatro meses del gobierno", dijo Lubetkin en el diálogo con los medios, en que recordó que semanas atrás fue Ucrania quien manifestó el mismo interés de abrir su sede diplomática en Montevideo. "Son todas señales muy fuertes de apertura y señales muy fuertes de algunos países que para nosotros son particularmente importantes y sensibles", sostuvo el canciller.
El saludo cariñoso de Lula y la postura de Orsi ante un "escenario internacional caracterizado por fuertes tensiones"
El presidente Orsi dio un discurso de unos cuatro minutos en la cumbre de los BRICS de este lunes, pero antes fue introducido por Lula Da Silva de una forma más que amistosa: lo llamó “la última obra del presidente Pepe Mujica” y lo definió como una “revelación política de América del Sur”.
Con ese preámbulo, Orsi se adentró en la lectura de su exposición, en la que mencionó que hay un “escenario internacional caracterizado por fuertes tensiones e incertidumbres, la no observancia de los principios fundamentales del derecho internacional y un cuestionamiento del multilateralismo”.
Ese es el contexto en el que, a su juicio, se impone la “defensa del sistema multilateral” entendida no solo como “un imperativo ético o normativo sino (como) una necesidad práctica en un mundo crecientemente interdependiente”.
Los líderes de los BRICS reunidos en Río de Janeiro fueron aludidos por Donald Trump, quien amenazó con imponer un arancel adicional del 10% a los países que se “alineen” con este grupo que considera “antiestadounidense”.
Aunque sin citar al presidente de Estados Unidos, el bloque expresó este domingo en una declaración conjunta su “seria preocupación” por las medidas arancelarias unilaterales que “distorsionan el comercio”. “A cualquier país que se alinee con las políticas antiestadounidenses de los BRICS se le cobrará un arancel ADICIONAL del 10%. No habrá excepciones a esta política”, fueron las palabras del mandatario norteamericano en su plataforma Truth Social.
El grupo, considerado como un contrapeso frente a Occidente, se ha ampliado recientemente a 11 países, y representa casi la mitad de la población mundial y cerca del 40% del PIB.