La fórmula presidencial del Partido Nacional, integrada por Álvaro Delgado y Valeria Ripoll, terminó este jueves la primer gira por el interior del país, que consistió básicamente en presentar, en conferencias de prensa que se hicieron en las capitales departamentales, el binomio con el que los nacionalistas aspiran a volver a ser la fuerza política más votada de la coalición de gobierno en las elecciones de octubre y a vencer al Frente Amplio (FA) en el muy probable balotaje de noviembre.

El fin de esta primera etapa de la fórmula blanca, a la que se llegó luego de visitar Artigas en esta jornada, culminó en una exposición que hicieron ambos en la noche de este jueves en Montevideo, en la sede de la lista 404 de Aire Fresco —liderada por Martín Lema, cuya eventual candidatura a intendente de la capital recibió el respaldo de Delgado (ver recuadro)—, en la que se refirieron a las diferencias que entienden que están marcadas con la fórmula del FA, y a los términos como buscarán plantear el duelo electoral de aquí en más.

Foto: Estefanía Leal

Ripoll, que habló luego de Lema y antes que Delgado, fue la primera en plantear que a pesar de que "muchas veces" se ha afirmado que el Pit-Cnt era "el brazo sindical del FA", la realidad a partir de ahora para los blancos es que esta coalición de izquierda "sin liderazgo, sin gente que pueda poner un manto de cordura, es el brazo político del Pit-Cnt". Y agregó: "La elección se define (entre) coalición versus Pit-Cnt".

Delgado, a su turno, formuló que esta campaña está planteando no solamente la confrontación de "dos visiones" de país en muchos sentidos "opuestas", sino también una dicotomía que enfrenta "el pasado con el futuro", un marco conceptual que también suele aplicar el candidato coloradoAndrés Ojeda.

Y puso ejemplos de a qué se refería. Dijo que el "pasado" es el retorno a "la disputa con los dos equipos económicos", refiriéndose a lo que a su entender ocurrió durante el gobierno de José Mujica (2010-2015), cuando gobernaban "(el Ministerio de) Economía y la OPP", un argumento por otra parte habitual que suele emplear el oficialismo.

"Ya vivimos eso, que lo único que nos asegura es la incertidumbre", dijo y añadió: "El pasado es volver a las empresas públicas con aventuras empresariales que fracasaron y que nos costaron más de US$ 1.000 millones. Eso ha pasado y yo no quiero volver al pasado".

El futuro, dijo por el contrario, "es el combate frontal el narcotráfico y al crimen organizado" o incluso, como ya ha repetido varias veces, "no subir impuestos".

"El futuro es hacer infraestructura, como estamos haciendo (en forma) histórica en el Uruguay, en puentes, carreteras, aeropuertos, puertos, en hospitales, en descentralización. Eso es el futuro, el pasado es el inmovilismo, el pensar que Montevideo es simplemente el Uruguay, la zona metropolitana, y no creer en el interior del país y en un país integral".

"El futuro —concluyó— es creer en la libertad".