El camino que deben recorrer los cientos y cientos de uruguayos que año a año requieren un trasplante de órgano es difícil y complejo. Lo fue aún más hasta el año 2013 cuando una ley impulsada durante el gobierno de José Mujica determinó que de forma automática todos los uruguayos son donantes salvo que se nieguen expresamente.
Los números demuestran un quiebre a partir de ese momento ya que de los 10.671 trasplantes que se realizaron en los últimos 50 años, el 40% se dio después del cambio legal.
Esa nueva ley, permitió, según consideró el director general del Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Células, Tejidos y Órganos (INDT), Armando Cacciatori, que la gente no sintiera “presión” para declarar donante a un familiar que acababa de morir. “Esa diferencia con el tiempo anterior, de ya no tener los familiares esa presión de decidir en una situación tan delicada, fue un cambio cualitativo”, aseguró en diálogo con El País.
Números
Desde 1978 -cuando se comenzó a registrar- al 31 de marzo de este año, en Uruguay se hicieron, por ejemplo, 242 trasplantes de corazón, uno de corazón y pulmón, y uno más de corazón y riñón. De hígado “cadavérico” -es decir, extraído de una persona fallecida- fueron 500 y de hígado “intervivo” -procedente de un donante con vida, 17. Además, hubo 13 de hígado y riñón.
La mayoría de los trasplantes en este período fueron los de córnea (6.544), mientras que en segundo lugar se colocaron los de riñón cadavérico, siendo estos un total de 3.066. De riñón intervivo fueron 319 y de riñón y páncreas, 57. De intestino se hizo tan solo uno. Actualmente, este programa de trasplante no está habilitado en el país.
A partir de 2011, en tanto, se llevaron adelante 32 trasplantes de pulmón a pacientes uruguayos, procedentes de donantes también uruguayos. No existen datos previos en cuanto a esta intervención de años anteriores.
A partir de la ley 18.968, reglamentada en setiembre de 2013, los trasplantes de corazón fueron 99, los de hígado cadavérico 247, de hígado inter-vivo 12, de riñón cadavérico 1.359, de riñón inter-vivo 158, de riñón y páncreas siete y de córneas 2.121. Los trasplantes de pulmón a partir de este momento fueron 29, del total de 32.
En resumen, en poco más de una década se realizaron 4.025 (un 40%) trasplantes de los 10.671 que se acumularon desde que se lleva registro. Todos estos datos, a los que accedió El País, pertenecen al Registro Nacional de Donantes.
Cambio legal
La Ley 18.968 se votó el 5 de setiembre de 2012 y se puso en vigencia el 14 del mismo mes, pero de 2013. En 2012 se hicieron 254 trasplantes; en 2013 fueron 252, y 2014 se convirtió ya en un año récord, con 277.
En 2024 Uruguay alcanzó una taza de 19,43 donantes por millón de habitantes, liderando el ranking regional por encima de países como Argentina y Brasil. El pico, no obstante, sigue siendo 2006, con 25,3. Actualmente, Uruguay se ubica en el puesto 12 a nivel mundial.
La ley establece que “toda persona mayor de edad que, en pleno uso de sus facultades, no haya expresado su oposición a ser donante por alguna de las formas previstas (...) se presumirá que ha consentido a la ablación de sus órganos, tejidos y células en caso de muerte, con fines terapéuticos o científicos”.
Luego, se añade que “en los casos en que la causa de la muerte amerite pericia forense, la ablación deberá ser realizada con la autorización del Juez Penal de turno al momento del fallecimiento, previo informe del Médico Forense, la que será inapelable y debidamente fundada”.
Y se agrega: “La ablación deberá realizarse preservando el área de prueba necesaria y constando en un protocolo que se adjuntará a las pericias. En el caso de menores de edad o personas incapaces, el consentimiento a la ablación deberá ser otorgado por su representante legal, al momento de constatarse el deceso”.
Quienes quieran negarse a ser donantes pueden expresarlo de cuatro maneras: inscribiendo su negativa directamente ante el Registro Nacional de Donantes del INDT; indicándolo al momento de afiliarse a una institución de asistencia médica colectiva, al gestionar o renovar el carné de asistencia que expide la Administración de los Servicios de Salud del Estado o al gestionar la obtención o renovación del carné de salud ante cualquier institución pública o privada habilitada; cuando le dan el alta de internación de un establecimiento hospitalario público o privado; o ante escribano público, sea en escritura pública o por acta notarial.
Desbalance
Para la directora general de Salud, Fernanda Nozar, “es indudable” que la ley generó “un aumento de los donantes”. Aunque aclaró que “si bien el marco legal impacta, también impacta la evolución de los tratamientos médicos tanto para eventuales donantes así como eventuales receptores”.
“Hoy Uruguay tiene un número de trasplantes que no responde a la lista de espera. Seguramente se deben analizar otras estrategias para disponibilizar eventuales donantes o, mejor dicho, herramientas de atención luego de ocurrida la muerte que permitan vehiculiar la viabilidad de algunos órganos”, sostuvo Nozar.
Por su parte, el director general del INDT entiende que el uruguayo “es alguien solidario que tiene voluntad para la donación”. Aunque hasta ahora la lista de personas que requieren un órgano sigue siendo muy superior a los trasplantes que se pueden realizar (ver aparte).
Más allá de quienes estén dispuestos a donar en vida, la mayoría de los donantes, según Cacciatori, son personas que fallecen en las unidades de cuidados intensivos por criterio neurológico o muerte encefálica.
Existe una estadística a nivel internacional que podría guardar relación con lo que sucede en Uruguay -aunque no hay medición al respecto- que indica que en toda unidad de cuidado intensivo que cuente con camas con respirador existe la posibilidad de generar entre 0,5 a una muerte encefálica por año de promedio.
Unas 1.500 personas aguardan en listas de espera actualmente
El director general del Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Células, Tejidos y Órganos, Armando Cacciatori, reconoció que la lista de personas que aguardan por un órgano o tejido aún sigue siendo elevada. Actualmente, hay unas 1.500 personas en espera.
El especialista en Medicina Intensiva detalló a El País que al 29 de mayo existían unas 830 personas registradas para recibir transplante de córneas. Luego, a nivel de órganos, la lista de espera para transplante pulmonar se encuentra en 25, de los cuales en situación de urgencia hay tres personas mientras que otros 22 están en situación electiva, siendo casos que pueden esperar a una coordinación. Hay 14 personas que requieren transplante hepático, ninguno de urgencia. Otras 510 esperan por un transplante renal, de los cuales uno está en situación de emergencia, dos hiperinmunizados y 10 sensibilizados. Por su parte, aguardan un transplante cardíaco 62 personas, de los cuales en urgencia hay dos. Cacciatori destacó que en lo que va del año se han realizado seis transplantes cardíacos, uno menos que el total del año anterior.