Redacción El País
El exdiputado frenteamplista integrante de Fuerza Renovadora Gustavo “Tato” Olmos falleció el 22 de setiembre a causa de un cáncer de lengua, enfermedad que lo mantuvo internado durante los dos últimos meses de su vida. El exlegislador, que tuvo un activo desempeño parlamentario durante el período pasado, fue recordado y homenajeado en el primer congreso de su sector político el sábado 6. Pero así como la figura de Olmos fue reivindicada por prácticamente todo el sistema político tras su fallecimiento, los principales dirigentes de Fuerza Renovadora no evitaron pronunciarse sobre el episodio que marcó los últimos años de su vida. Y hubo pases de factura hacia la interna del Frente Amplio (FA) por la forma en que se gestionó la denuncia por acoso sexual que pesó sobre él.
En el encuentro, una de las más duras en hacer alusión al proceso que se dio en la interna de la coalición de izquierda fue la senadora Liliam Kechichian, que apuntó directamente -aunque sin mencionarlas- a las dirigentes políticas que participaron de la secuencia de episodios y decisiones que se tomaron durante el devenir de la denuncia.
“Muchos nos acompañaron en ese período de calvario. El homenaje a Tato es de justicia. Tengo un eterno agradecimiento a su don de gente, a su bonhomía, a su trayectoria política y humana. A su inteligencia. Vimos a veces cómo las mejores reivindicaciones políticas -la lucha contra la violencia contra las mujeres, el acoso, la identidad de género- son una bandera que seguimos levantando porque costó mucho. Pero cuando ingresa en el terreno del fanatismo no solo son factores de arbitrariedad como sucedió en este caso, sino que desconstruyen. Vamos para atrás en equidad de género y perdemos un montón en lo que hemos avanzado”, disparó.
Incluso, en el video homenaje presentado durante el Congreso no faltó la mención a lo que, para los dirigentes de la fuerza política liderada por Mario Bergara, fue una “infame denuncia” que le “destrozó la vida” a Olmos.
En noviembre de 2023, Olmos fue denunciado en la interna de la agrupación Marea Frenteamplista por su suplente, Martina Casás, por acoso sexual y laboral. La acusación, que fue informada por El País, disparó los protocolos y mecanismos formales que el FA tiene previsos para accionar en estos casos, entre ellos, la elevación de la denuncia al Tribunal de Conducta Política (TCP). “Tato resistió los intentos de linchamiento político y las instancias jurisdiccionales internas del FA. También a las externas, como la Fiscalía. Ninguno hizo lugar a las denuncias”, se afirmó en el video, en alusión al fallo favorable del TCP y al archivo de la causa.
“La sindicata"
Más allá de las molestias que se mantienen por parte de los dirigentes de Fuerza Renovadora con los procesos internos que se dieron en el FA, en particular a la gestión de la que en ese entonces era la presidenta de la comisión de Género, Patricia González, los principales reproches apuntan contra un grupo de dirigentes que se autodenominaban “La Sindicata”.
El grupo estaba conformado por la exdiputada Micaela Melgar (actual directora del Instituto Nacional de Alimentación), la diputada suplente Dayana Pérez, la actual representante del MPP Margarita Libschitz -las dos últimas tuvieron una participación mediática menos activa- y la propia Casás. En el caso de González, desde Fuerza Renovadora incluso se consideró retirarle la confianza política luego de que trascendiera que al notificar la denuncia a Kechichian en noviembre de 2023 le reclamó “la cabeza” de Olmos, haciendo referencia a que renunciara a su banca como lo había hecho Gerardo Nuñez en marzo de 2023 también al ser denunciado por violencia de género.
“Podés luchar contra denuncias, pero el daño que te hacen es irreversible”, declaró el exdiputado en entrevista con Montevideo Portal luego de que la Justicia archivara las acusaciones en su contra.
En esta línea, las fuertes molestias desde Fuerza Renovadora, que persisten, se focalizan en la falta de respeto a los procesos institucionales establecidos en el FA para dirimir situaciones tan delicadas como las del acoso laboral y muy particularmente el sexual. Para los seregnistas, hubo una campaña y un “raid mediático” del entorno de Casás -que incluyó a su abogado Juan Raúl Williman- con el fin de “linchar públicamente a Olmos” antes de que hubiera fallado la Justicia o el TCP. A su vez, destacan que tanto Olmos como los principales dirigentes del sector optaron por mantenerse en silencio.
Días atrás, Ximena Baraibar, quien fuera pareja de Olmos desde 2014, publicó dos columnas en las que relató su visión de los hechos y apuntó contra Melgar, González, Casás, Williman e incluso contra la vicepresidenta del Frente Amplio, Verónica Piñeiro, por presiones para que Olmos abandone su banca antes de haber pronunciamientos formales. Entre otras denuncias, Baraibar dio cuenta de que hubo una “persisistente denuncia pública por parte de Casás y su entorno” basadas “en mentiras”.
“Muchas personas expresaron preocupación por la gestión de la denuncia, alejada de los procedimientos que la sociedad y el FA se han dado para dirimir estos asuntos. Más grave es que fuera realizado por personas con relevantes responsabilidades políticas”, sentenció. Esta postura, supo El País, es compartida por la cúpula de Fuerza Renovadora.
Un proceso doloroso para Fuerza Renovadora
El líder de Seregnistas e intendente de Montevideo, Mario Bergara, reivindicó la figura de Olmos y lo calificó como el “mejor legislador del período pasado”. “Ya hizo referencia Liliam a lo que nos sale de las vísceras, lo que nos impulsa a la reivindicación de Tato. Hubo un proceso que fue doloroso para él, para su familia, para Fuerza Renovadora y para la mayor parte del FA”, aludió.
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