Redacción El País
Más de una vez se planteó que la residencia donde vivía Mujica, la chacra de Rincón del Cerro, era una suerte de epicentro al que acudían personalidades de las más variadas y desde los rincones más recónditos del planeta.
A mediados del año pasado, por ejemplo, pocos meses antes de las elecciones presidenciales en su país, un senador estadounidense, perteneciente al Partido Demócrata, -como parte de una gira por América del Sur- acudió a ver al exmandatario José Mujica y a su esposa y exvicepresidenta, Lucía Topolansky.
Preocupado, les planteó si “podían hacer algo” para que su partido nominara a otro candidato y que el entonces presidente Joe Biden retirara su postulación. La razón del pedido era que el mandatario “no era competitivo”, frente a Donald Trump. El visitante, cuyo nombre Topolansky no logró retener, venía recorriendo varios países de la región, buscando dirigentes con conexiones con la política en Washington.
Ante el requerimiento, Mujica y Topolansky preguntaron si había alternativas, y el senador mencionó varios nombres.
Mujica no llegó a hacer ninguna gestión. La enfermedad ya lo estaba complicando, y además en ese momento, pese a que tenían contactos en el Partido Demócrata, no tenían a ninguno con el peso suficiente para cumplir con el pedido que le habían hecho.
“Si hubiera estado Julissa (Reynoso) se podría haber hablado”, aseguró a El País Topolansky, en alusión a la exembajadora de Estados Unidos en Uruguay, con quien cultivaron una excelente relación. En esos momentos, Reynoso estaba cumpliendo deberes diplomáticos en España, sin posibilidad de incidir.
El destino de “La Puebla”
El comentario formó parte de una extensa charla, en la que Topolansky se refirió al legado de Mujica. Uno de ellos, el relacionado con el futuro de la chacra. Un prolijo cartel en madera, a la entrada de la casa en la que ahora Topolansky reside sola, avisa que ese lugar se llama “La Puebla”. El nombre lo eligió Mujica, y hace referencia a una pequeña comunidad situada en Euskadi, la tierra de sus ancestros.
Sin hijos, Topolansky piensa legarla al Movimiento de Participación Popular (MPP). Ya los “compañeros”, según dijo, están acomodando uno de los galpones, donde harán actividades de formación. El énfasis, afirmó, estará en tercer nivel de gobierno. La idea es formar a los que aspiren a alcaldes y concejales en la normativa, el digesto municipal o cómo organizarse en el territorio.
Asimismo, en la próxima edición del Día del Patrimonio, los regalos que Mujica recibió como presidente serán exhibidos en la sede del MPP. Otros, personales, quedarán atesorados en la chacra. Como el origami que le acaba de llegar a Topolansky desde Japón. “Mirá lo que me mandaron, es una maravilla. Qué paciencia”, dijo, al mostrarlo sorprendida de que “alguien, desde las antípodas, se tome el trabajo de traerlo”.
Topolansky sostuvo que eso representa lo que fue Mujica y constituye parte de su legado. Repasó la biblioteca y, después de reparar en unos amuletos -“no sirvieron de mucho”, afirmó- se detiene en otro de sus tesoros: una armónica que les regaló el argentino León Gieco.
También destacó una carta “hermosa” que tras la muerte de Mujica le acercó el capitán Panagiottis Tskakos, el dueño del astillero que hasta hace poco operaba en Montevideo. O uno de los preferidos de Mujica: una humilde tetera de cobre, obsequio de la República Árabe Saharaui Democrática, que ese pueblo acostumbra a usar para hacer té en pleno desierto.
La UTU sigue funcionando frente a la chacra, y es otra parte del legado de Mujica. Este año inició cuarto año y nocturno. También dan cursos de informática. “Los veteranos del barrios querían aprender”, contó. El terreno fue cedido en comodato, pero, según dijo, está “arreglando los papeles” para la donación definitiva. “Estamos dispuestos cooperar. La educación es lo que nos va a salvar”, concluyó.
Un municipio para la zona rural de Montevideo
La chacra en que vive Topolansky, y en la que residía Mujica, está ubicada en la jurisdicción del Municipio A, de Montevideo, que abarca a unas 260 mil personas. Junto a un grupo de vecinos, Topolansky aspira a corto plazo a que la zona en la que vive se convierta en un municipio aparte. “Tenemos otras prioridades” dijo la referente del MPP, al referirse a la zona rural en la que reside, con otros intereses que los de otras áreas, de la misma alcaldía más urbanizadas.
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