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El curioso puente entre los frentistas y el nuevo gobierno

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Los educadores Renato Opertti y Fernando Filgueira presentaron el “A-B-C” de la reforma educativa que planea Eduy21. Foto: Marcelo Bonjour

RELACIONES POLÍTICAS

La izquierda moderada busca ser parte de la reforma educativa que plantea el gobierno que asumirá el próximo 1° de marzo.

En la sede de Luis Lacalle Pou ocurrió ayer un hecho inaudito. Las autoridades de la educación del gobierno electo recibieron a los representantes del colectivo Eduy21. Hasta ahí la curiosidad es que un colectivo educativo que tiene menos de un lustro consiguió ser escuchado por la futura administración. Pero hay más: de los seis representantes de Eduy21 en la reunión de ayer, cuatro eran frenteamplistas -o al menos no oficialistas.

Durante las administraciones del Frente Amplio, la educación pasó a ocupar el podio de los principales problemas del país que identificaban los uruguayos. No en vano, dos frases “célebres” de los presidentes del partido de coalición de izquierda refieren a la educación: “hay que cambiar el ADN de la educación”, dijo Tabaré Vázquez, y “educación, educación, educación”, repitió José Mujica en su asunción.

Pero así como la educación fue clave en el período frenteamplista, también fue bisagra en la división partidaria. La renuncia de Fernando Filgueira a la subsecretaría del Ministerio de Educación y de Juan Pedro Mir a la dirección de Educación de la misma cartera, fueron la punta de un iceberg que con el tiempo fue quedando al descubierto.

Y ayer fue la coronación. “Eduy21 no va a ser un portavoz del gobierno”, señalaba ayer el director ejecutivo del colectivo, Renato Opertti, de origen colorado y ahora abocado a la academia. A unos metros lo escuchaban otros representantes de ese grupo, la mayoría izquierdistas, entre los que estaba el propio Mir.

Durante la campaña electoral, Eduy21 había recibido el apoyo explícito de Banderas de Líber (Begaristas), de Álvaro García, Cristina Lustemberg y varios socialistas moderados. Pero en buena medida, el colectivo se transformó en el puente entre aquellos frenteamplistas que veían necesario una reforma educativa y que no se identificaban con la manera en que lo venía haciendo la línea de Wilson Netto (desde el gobierno) y los sindicatos (desde las corporaciones).

El futuro ministro de Educación, Pablo da Silveira, viene de otra trinchera política, pero formó parte de Eduy21. Tal vez por eso las medidas que quiere impulsar el nuevo gobierno -algunas de las cuales figuran en el anteproyecto de ley de urgente consideración- no difieren tanto con algunos señalamientos de Eduy21.

De hecho en la reunión de ayer, solo hubo dos discrepancias (o matices): Eduy21 planteó que la nueva directiva del Ineed debería tener un apoyo político amplio y no ser electa por el Poder Ejecutivo como propone el anteproyecto. Lo otro, dijo Opertti, es que “todas las formaciones educativas (militar, policial, común) tendrían que tener un formato educativo común… la formación ciudadana deber ser igual para todos”.

En el resto hubo acuerdo, incluso en una reforma de la currícula, tendiendo a poner fin al sistema de asignaturas.

¿Qué significa? Parecería haber acuerdos por dónde debería ir el cambio, y tal vez por eso le fue ofrecida la presidencia del Ineed a Fernando Filgueira (puesto que declinó al igual que hizo Opertti).

Cuando Daniel Martínez había presentado a su equipo de educación, había buscado un balance de los sectores (de hecho el MPP tenía al menos tres representantes). Y la línea Eduy21 había quedado desdibujada.

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