A tan solo siete meses de iniciado el gobierno de Tabaré Vázquez, la posibilidad de que la educación encamine una profunda reforma, tal como se prometió en campaña electoral, se aleja y complica con la renuncia del subsecretario de Educación y Cultura, Fernando Filgueira, la que se suma a la del director de Educación, Juan Pedro Mir.

Se trata de los dos jerarcas que proyectaron la reforma (que proponía cambiar el ADN de la educación) y la dejaron estampada en el programa de gobierno del Frente Amplio. Con su alejamiento, el gobierno se sumerge en una crisis política, aunque ayer la ministra María Julia Muñoz le quitó dramatismo a la situación al sostener que con la dimisión de ambos jerarcas ni ella ni el país "pierden" porque "nadie es imprescindible".

La crisis detona con Vázquez ausente dado que ayer emprendió una gira por Francia y Japón. La semana pasada, el presidente hizo uso de su autoridad al exigir la renuncia de Mir, director nacional de Educación e integrante de Asamblea Uruguay, por afirmar que no se cumplirá la promesa electoral de "cambiar el ADN de la educación".

En tanto, Filgueira, según dijeron a El País desde el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), dejó el cargo en solidaridad con Mir, pero también luego de continuas fricciones con la ministra María Julia Muñoz y las disputas con el presidente de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Wilson Netto (ver aparte).

"Hace rato que Filgueira se quería ir y ahora aprovechó lo de Mir para dejar definitivamente el cargo", sostuvo una fuente de la cartera.

El alejamiento de Filgueira también generó un nuevo enfrentamiento entre el gobierno y el Frente Amplio. La noticia despertó el enojo de los astoristas, la preocupación de los socialistas y hay quienes advierten que la reforma educativa, principal promesa de campaña, está en riesgo.

En tanto, Muñoz no solo le quitó trascendencia a las renuncias, sino que con una actitud provocadora aseguró que "el país no pierde nada" con el alejamiento de ambos jerarcas. "No me sorprende porque llegaron juntos y se fueron juntos (...) Nadie es imprescindible", dijo al retirarse ayer del Consejo de Ministros.

La respuesta no tardó en llegar y el malestar astorista se hizo evidente. "Si como dijo la ministra, con la renuncia de Filgueira el país no pierde nada, ¿ella aceptó un vice descartable e inútil? ¿Eso es compañerismo?", preguntó el operador político del Frente Líber Seregni, Esteban Valenti.

"Con la salida de Filgueira y Mir el país no pierde nada... subordinados descartables", insistió.

La salida de Mir y Filgueira fue interpretada como "una noticia muy triste para el gobierno del Frente", dijo a El País el diputado José Carlos Mahía (Asamblea Uruguay). "Cuando hablamos de Filgueira, nos referimos a una de las figuras que se mostró más cercana a Vázquez. Las dos renuncias son una pérdida, opino lo contrario a la ministra. Ojalá que no estemos más lejos que antes de la reforma del ADN, pero me temo que es así", consideró.

En la misma línea se expresó el senador Rafael Michelini (Nuevo Espacio) al ejercer la defensa de Mir, a quien describió como "una persona sumamente inteligente". Y agregó: "Son pérdidas importantes. Tendremos oportunidad de conversar con el presidente a su regreso".

A su vez, la senadora socialista Mónica Xavier manifestó su "enorme preocupación" por las renuncias de los jerarcas. "Cualquier alteración de esta naturaleza complejiza. Todos los esfuerzos son imprescindibles", sostuvo Xavier. "Perdemos todos con la renuncia de Fernando Filgueira al MEC", consideró la exdiputada socialista María Elena Laurnaga.

Anoche, el Ejecutivo del Partido Socialista analizaba el distanciamiento de Filgueira, quien pertenece al sector y es parte de un grupo de intelectuales junto al director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto Álvaro García y al economista Gabriel Oddone, quien recientemente renunció al PS. Además, Filgueira pertenece a la Nueva Agenda Progresista (NAP), grupo vazquista que surgió en la campaña electoral para divulgar las principales líneas programáticas.

En tanto, en el Movimiento de Participación Popular (MPP), sector al que pertenece el presidente de la ANEP, Wilson Netto, se le restó trascendencia a los efectos de las renuncias. El diputado Alejandro Sánchez (MPP) dijo a El País que "no está en crisis el proyecto educativo del Frente Amplio y en todo caso lo que está en crisis es un equipo determinado en el Ministerio de Educación".

"No tengo la visión tremendista de que la educación está en crisis, creo que los desafíos son muy grandes, que los compromisos del Frente son muy exigentes y hay que ver cómo se recomponen los equipos de trabajo para llevarlos adelante. Le quito dramatismo", acotó el legislador.

En consonancia con la ministra de Educación, Sánchez concluyó que "el país depende del Frente Amplio y no de una persona".

Hoy la ministra de Educación comparecerá ante la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Senadores para defender el proyecto presupuestal enviado. Filgueira la acompañará dado que resolvió que, pese a entregar la renuncia, se mantendrá en el cargo hasta que sea reemplazado. Ya están elegidos los sustitutos de Mir y Filgueira, y se trata de un hombre y una mujer, coincidieron fuentes del Ministerio y de la ANEP consultadas por El País.

No obstante, hay versiones encontradas sobre el origen de los jerarcas. Una versión apunta a que serían profesores de secundaria, otra sostiene que ascenderán a directores del MEC. El sucesor de Mir se nombraría en las próximas horas en una resolución que deberá firmar el vicepresidente Raúl Sendic, según señaló ayer Muñoz. En tanto, el jerarca que ocupará el cargo de Filgueira será nombrado recién cuando vuelva Vázquez.

Las fuentes también confirmaron que las designaciones tendrán en consideración perfiles que puedan mantener un buen vínculo con las autoridades del Codicen ya que, a la luz del mal relacionamiento que tuvieron Filgueira y Mir, no se quiere cometer el mismo error.

Si es así, queda la duda de que se puedan cumplir algunos de los cambios que se prometen en el programa del Frente Amplio.

Filgueira renunció al MEC y desencadenó una crisis política en el oficialismo