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Edgardo Novick: “Lo mejor que puede pasar es que no gane el FA”

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Edgardo Novick. Foto: Fernando Ponzetto

LA ENTREVISTA DEL DOMINGO

Edgardo Novick, precandidato a la Presidencia por el Partido de la Gente. 

Las últimas mediciones de las consultoras de opinión pública muestran que el Partido de la Gente está a la baja. La colectividad política que lidera Edgardo Novick también ha sufrido la salida de figuras claves. Pero el precandidato se siente confiado, dice que “a lo mejor no está comunicando bien” y que sigue en pie hasta que el juez pite el final del partido.

-Dice que, en el fútbol, no da un partido por terminado hasta que pite el juez. ¿Y en política?

-Lo mismo. Vale la analogía. He visto dar vuelta muchos partidos sobre la hora (risas).

-En la elección de Peñarol, en 2008, se bajó a mitad de camino, ¿qué asegura que no hará lo mismo?

-Fue algo distinto. Ahí era la ilusión de un grupo de amigos y nos metimos en una interna muy complicada. La política es otra cosa, es intentar mejorar la vida de la gente.

-¿Cómo viene este partido, al menos hasta el entretiempo del 30 de junio?

-Hay mucha gente indecisa. Me animaría a decir que hay entre un 25% y 30% de la población que no le interesa la política o que no sabe a quién votar. Entonces es difícil hacer un pronóstico. Puedo decirle que presentamos unas 200 listas.

-¿Y su competidor en la interna partidaria, Fernando Carotta?

-No sé, supongo que alguna lista.

-¿En qué se diferencia de Carotta?

-Lo conozco poco. Presentó una agrupación nacional y luego quiso ser precandidato. Bienvenidos los nuevos partidos políticos y los nuevos candidatos. Eso, contrariamente a lo que dicen algunos, es bueno para el sistema democrático uruguayo.

-“Bienvenidos los nuevos candidatos”: ¿Hubiese preferido una interna contra Zubía o Faccelo?

-Me daba lo mismo.

Edgardo Novick. Foto: Fernando Ponzetto
Edgardo Novick. Foto: Fernando Ponzetto

-Dijo, también, “bienvenidos los nuevos partidos”. Los cientistas políticos insisten que a los nuevos candidatos les es más beneficioso incorporarse a un partido ya consolidado: ¿Por qué insistir con su partido?

-Si uno lo viera desde un punto de vista utilitarista y de que le es mejor a uno, tal vez le convendría un partido ya armado y a lo mejor se queda con un puestito, con un carguito. Pero yo ingresé a la política porque hay cosas que no se hicieron y quiero hacer cosas diferentes.

-¿Por ejemplo?

-Un partido nuevo te da libertad. No tenemos compromisos políticos, como los partidos de siempre a la hora de llegar al poder. Prefiero poner a los mejores y no a los que estoy comprometido. El objetivo de estar en política es, o debería ser, que la gente viva feliz y no encontrar un carguito. Uruguay necesita un cambio de cabeza. En la próxima elección lo mejor que nos puede pasar es que no gane el Frente Amplio, que gane la oposición y, dentro de esa oposición, creo que la nuestra es la mejor alternativa de cambio. El resto son los de siempre.

-¿Piensa en clave de coalición?

-Cuando salimos de la Concertación, tras las elecciones departamentales pasadas, dijimos que el país necesita un cambio. El Frente Amplio ya está cansado y es bueno que haya una rotación. Propusimos a blancos y colorados hacer una Concertación. Dijeron que no. Entonces trabajaremos por la Concertación solo en lo departamental. Yo no iré de candidato a intendente, pero sí habrá un candidato por el Partido de la Gente.

-¿Quién?

-¿Nombres? Luego de noviembre.

-Dice de elegir a los mejores y por eso impulsó la curiosa propuesta de que los candidatos a intendentes se elijan como consultorías empresariales. En el primer intento terminó ganando un político, Daniel Peña, ¿es una muestra de que la política no se maneja como una empresa?

-En realidad eso ocurrió en Canelones. Hubo dos candidatos, ninguno aplicaba y luego la gente le pidió a Daniel Peña que se postulara. Pero del resto de ciudades vamos a hablar luego de las elecciones.

-Reitero: ¿puede que la política no se maneja como una empresa?

-Creo que toda la gente que está en el ámbito privado puede entrar a la política. El tema es que no todos los que están en la actividad privada están dispuestos a dedicar su tiempo a la política. Ese es el problema.

-¿Cómo ve a sus pares empresarios?

-Preocupados por la seguridad y los temas de trabajo. Hoy estos dos son los principales problemas. Nuestro partido tiene propuestas para estos dos temas. Yo no sé nada de seguridad y he ido a buscar a los más capaces, incluyendo a (Rudolph) Giuliani. De ahí salió el plan de “tolerancia cero” con 50 medidas.

-En el tamaño de un tuit, ¿cuál de esas propuestas es prioritaria?

-Preparar la Policía. Combatir los delitos desde los más pequeños. Cambiar las leyes para que los delincuentes estén presos el tiempo que sea necesario para estar rehabilitados.

-¿Aumento de penas?

-Aumento de penas para los menores. No puede ser que un menor que es un asesino o un violador tenga un máximo de cinco años de reclusión y que, cuando llega la mayoría de edad, se le borran los antecedentes.

-Sin embargo, en Uruguay no se borran los antecedentes y eso que contraviene la Convención del Niño...

-Una persona puede entrar a ser policía teniendo antecedentes, así que, en la práctica, se les borran.

-Algunos dicen que “no subirán” los impuestos. Otros dicen que “sería necesario” subirlos. ¿Usted?

-Hay que bajarlos. Eso se puede hacer bajando los gastos del Estado, no despilfarrando. ¿Uruguay necesita 300.000 empleados públicos para 3.000.000 de habitantes? No, con 200.000 el país funciona. No queremos echar a ningún empleado pero, todos los años dejan de trabajar en el sector público 27.000 trabajadores; porque se mueren, jubilan, enferman o cambian de empleo. Si de esos que se van solo reponemos los 7.000 más necesario, maestros, policías y enfermeros, y bajamos 20.000 administrativos llegamos a la meta en cinco años. Eso es un ahorro de US$ 1.500 millones por año. Los primeros que tienen que dar esa señal de gasto son los políticos.

-¿En qué sentido?

-¿Son necesario 99 diputados, 30 senadores, 589 ediles, miles de cargos de confianza? Proponemos que el sistema político dé el ejemplo. Vamos a proponer, de llegar al Parlamento, que haya una reducción a la mitad de todos esos cargos. Incluso habría que reducir los sueldos de senadores y diputados. ¿Para qué tantos coroneles y generales en Uruguay? Prefiero que los soldados ganen más y no tanto cargos altos.

-¿Teme a las palabras “ajuste fiscal” para reducir el déficit?

-Es que no es necesario. Tenemos, simplemente, que hacer un Estado pequeño, bien gestionado y competente. ¿Necesitamos tantos embajadores que vayan a comer a los cócteles sandwichitos?

- “Los políticos son los primeros que tienen que dar el ejemplo”. Usted publicitaba en televisión, previo a la autorización legal, algo más de cuatro minutos diarios. ¿No se contradice entre lo que dice y lo que hace?

-En estos últimos meses, muchos hicieron publicidad. Yo también. Todo lo que tengo (de dinero) lo hice trabajando e invirtiendo en este país. Lo que gané, lo volví a invertir en este país. Le doy de comer a 500 familias. Lo que ahora le voy a dejar al país, a mis 62 años, es el tiempo que tengo por vivir. Creo en la política. La verdadera política, no la de un carguito. Si soy presidente o senador voy a donar los 60 sueldos a la obras de beneficencia que más lo necesite. Y tampoco le daré un cargo a alguien de mi familia.

-¿Recibió el apoyo de otros empresarios?

- (Risas). No, por ahora yo solo. Espero que algún amigo me dé una mano.

-¿Cuánto gastó?

-US$ 350.000

-¿Nada más, con todos esos segundos televisivos?

-Nada más.

-¿Cuál será el presupuesto para la segunda etapa?

-No lo planificamos aún.

-Sartori le ganó por “billetera” y Manini Ríos por “mano dura”. ¿La baja del Partido de la Gente en las encuestas viene por ahí?

-Manini Ríos tiene todo el derecho a ser candidato y a hacer un partido que se preocupa por los militares. Nosotros estamos preocupados por los trabajadores. No son los mismos votos.

Edgardo Novick. Foto: Fernando Ponzetto
Foto: Fernando Ponzetto

-¿Pero la “tolerancia cero” y el “delincuente va a pagar caro” no se parecen demasiado?

-Una es una propuesta militar y la nuestra va por la profesionalización de la Policía.

-¿Acepta que un político se autodefina de derecha?

-¿Quién lo hace?

-¿Usted se autodefine de derecha?

-La discusión no es entre izquierda y derecha. El debate es entre el que hace las cosas mal o bien, entre el despilfarro o la gestión, los corruptos o los honestos. Si ser de izquierda es darle una mejor educación a los que más lo necesitan y distribuir mejor, soy de izquierda. Si ser de derecha es mano firme con la delincuencia, soy de derecha. Hay que hacer lo que está bien para que se viva mejor.

-La evidencia demostró que la corrupción no escapa a ningún partido, tampoco el que haya gente de bien. ¿Realmente piensa que por ahí va el debate?

-Va por ahí. Hemos dado el ejemplo que, ante la mínima falta, alguien no puede estar en un partido político. Y eso que he tenido que tomar la decisión con un amigo (Daniel Bianchi).

-Hablando de amigos, ¿se siente solo?

-No, para nada. A lo mejor siento que no estoy comunicando bien lo que está pasando en el partido. Tenemos grupos con más de 200 asesores y técnicos, agrupaciones nacionales y departamentales. Si algo he aprendido es a armar equipos.

-Tiene que armar su equipo y puede elegir a un dirigente del Frente Amplio, ¿a quién incorpora?

-(Largo silencio) El Frente tuvo dos personas muy capaces en educación: Fernando Filgueira y Juan Pedro Mir. Desearía que ellos me asesoraran en educación.

-¿Va de lleno con la propuesta de Eduy21?

-Sí, pero agregaríamos alguna cosa. Cuando yo era joven, había un montón de chilenos que venían a estudiar a Uruguay porque en su país la educación era mala. Ahora, en cambio, solo cuatro de cada diez uruguayos termina Secundaria y en Chile es el doble. ¿Qué hace de interesante Chile? Distribuye vales para que en los hogares más pobres puedan elegir qué tipo de educación quieren para sus hijos.

-¿Cómo sería?

-Hay escuelas público-privadas subsidiadas y el Estado le paga la “cuota” según los alumnos. Cada padre elige qué escuela quiere. Hoy solo uno de cada diez de los barrios más pobres termina Secundaria. En parte porque en sus barrios se concentran los centros con peores resultados y peores docentes.

-¿Sigue viendo al sindicalista como un enemigo?

-Creo en los sindicatos, pero hay que modernizarlos. Quiero dirigentes sindicales que no estén pensando en ser senadores, sino por las condiciones de los trabajadores. Tampoco quiero sindicalistas que le quiten el derecho de trabajar a otros trabajadores. He dicho: no a las ocupaciones.

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