Directora de Inmujeres: "Falta voluntad política" para una mayor representación femenina en el Parlamento

A pocos días de que asumiera el nuevo gobierno de Yamandú Orsi, la nueva presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) contó que marchará hoy 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, primero en Casavalle y después en la concentración en el Centro. También opinó que falta "voluntad política" para aumentar la representación de las mujeres en el Parlamento, y dudó que sean "auténticas" las "rectificaciones" en el proyecto de algunos legisladores del Partido Colorado que proponía estudiar la "historia sexual" de la presunta víctima.

—De enero a octubre hubo 19 femicidios, ¿qué hará el gobierno para reducir ese número?

—La respuesta debe ser integral. No alcanza con lo que pueda hacer exclusivamente el instituto porque sería muy corto el alcance. Inmujeres tiene por mandato legal transversalizar la perspectiva de género en todo el Estado. Por lo que, conseguir la mayor articulación con todas las dependencias estatales es lo que nos posibilitará dar las respuestas más integrales a temas que no están solo vinculados con el Ministerio del Interior, Fiscalía y el Poder Judicial. Porque, entre otras cosas, para tratar de prevenir la violencia hay que llegar antes de que sus consecuencias sean fatales. Uno de los puntos para lograrlo es la autonomía económica y de vivienda de las mujeres, en lo que hay mucho por hacer. Por otra parte, una de las funciones del instituto es la capacitación de los funcionarios en coordinación con otras dependencias del Estado para intentar tenerlos lo más actualizados posible en los abordajes. Hoy sentimos que se necesita una actualización.

—¿Por qué?

—Porque la realidad del crimen organizado, en particular el impacto del narcotráfico en la vida de la sociedad, es muy grande y genera otros componentes que atraviesan las diversas situaciones de violencia. Pero también hay un elemento muy importante que se ha agravado, pandemia mediante, que es la salud mental de nuestra población. Nuestro gobierno estableció durante la campaña que constituía una verdadera emergencia, por lo que allí, además de la afectación mental que sufre una mujer víctima de violencia sistemática —y sus hijas e hijos—, se le suman estos otros impactos. Analizamos la declaratoria de emergencia (en materia de violencia basada en género) de 2019 que, salvo en materia de tobilleras, no tuvo mayor despliegue porque no se le dio financiamiento a las diferentes medidas. Sentimos que, sin duda, la emergencia sigue vigente pero atravesadas por estas realidades que suponen el mejor análisis en espacios que convoca el instituto.

—Desde Inmujeres, ¿hay algún plan o programa en concreto que quieran aplicar?

—Hay cosas que necesitamos ver ahora que hemos ingresado, más allá de que no tengo nada que objetar a la transición que compartimos con Mónica Bottero, (la anterior directora del instituto). Somos una dirección dentro del Ministerio de Desarrollo Social y hay que compatibilizar los recursos de una cartera que tiene desafíos enormes como es la situación de calle, los liberados de las cárceles, los mayores, y así podemos seguir. Nos vemos enfrentados a la realización de un presupuesto nacional en el que pretendemos que exista la mayor perspectiva de género de forma tal que, los diferentes ámbitos del Estado, puedan implementar políticas donde esté jerarquizada la respuesta a las situaciones de violencia.

—Usted estuvo en el Parlamento varios años, y hoy la representación de las mujeres no llega al 30% de los legisladores. ¿Qué falta para achicar la brecha?

—Voluntad política. Está muy estudiado porque siempre hemos tenido una gran sinergia en nuestra actuación política con la academia y los movimientos sociales. La dificultad inequívocamente está en el cuello de botella en las direcciones de los partidos políticos. Cuando un partido adopta medidas afirmativas, como puede ser la paridad en el Frente Amplio, tiene como resultado una bancada que notoriamente tiene varias representantes. En nuestro caso es mayor la representatividad en el Senado dada nuestra ingeniería electoral. Cuando los partidos no tienen ninguna medida afirmativa salvo la ley de cuotas que nos rige —que, además, la aplican de manera minimalista— tenés la expresión de los otros dos partidos en el Senado: uno solo una representante y el otro no tiene ninguna titular.

Foto: Leonardo Mainé.

—¿Y en la Cámara de Representantes?

—Otra realidad es la de la Cámara de Representantes dado que la mecánica es diferente para la representación. Pero se ve cómo, con un Frente Amplio que toma la medida de la paridad, impacta en la representación. Aspiro a que este periodo legislativo finalmente culmine con una ley de paridad. Ya no existe la posibilidad de colocar cupos, hay que dar un salto cualitativo. Aún así, al no limitar las bancas a 50% y 50%, se da muchas veces una representación menor a la que se presenta en la oferta electoral de las distintas listas porque determinado partido obtiene votos hasta tal cantidad de legisladores. Y, sobre todo, porque lamentablemente son muy escasas las hojas de votación que están encabezadas por mujeres. Una situación diferente cambiaría la representación en la Cámara de Representantes.

—¿Qué le hace creer que podría tener éxito una ley de paridad cuando fracasó en la legislatura anterior, incluso con el apoyo de la entonces vicepresidenta Beatriz Argimón?

—Lo decís en relación a decisiones de otras colectividades políticas porque, en el caso del Frente Amplio, volvería a implementar lo que ya implementa sin ley. Tienen que comprender que es de justicia que las mujeres estemos representadas en un porcentaje similar a como estamos en la sociedad pero, además, es un tema de calidad democrática. Somos una de las pocas democracias consolidadas pero tenemos un gran déficit que nos lo señalan todos los organismos internacionales, que amplifican algo que las mujeres políticas venimos reclamando desde hace tiempo. Entonces, hay disposiciones que ayudan a veces a que se reflexione de mejor forma, y son estímulos o desestímulos que puedan existir en la ley de financiamiento de los partidos políticos. La cual, si bien tuvo modificaciones en este periodo, es un tema que tiene que seguir en agenda por los desafíos que tiene el sistema político con relación a determinadas amenazas.

—El Partido Colorado propuso una modificación a la ley de violencia hacia las mujeres basada en género. Primero planteó que se comenzara a estudiar la "historia sexual" de la presunta víctima, algo que después modificó a "historia". ¿Qué opinión tiene sobre la propuesta?

—Primero, dudo que sean auténticas esas rectificaciones. Es difícil e inconveniente muchas veces prejuzgar pero esto no es nuevo, en particular en alguno de los firmantes que han expresado conceptos con los que estamos absolutamente en desacuerdo. Conceptos que tienen que ver con adoptar una posición negacionista y quitar los derechos de las mujeres en lugar de fortalecer su protección. Hoy nuestra sociedad tiene indicadores muy fuertes de violencia de género, de violencia vicaria, que es la ejercida contra niños, niñas y adolescentes para hacerle daño a la mujer por su condición de tal. Entonces, debería ser de todos los decisores políticos una obsesión ver cómo fortalecemos la respuesta integral del Estado y no cómo la debilitamos. Habrá próximamente estudios sobre lo que se denominan denuncias falsas. Realmente es no ponerse en el cuerpo de una mujer que pasa por la respuesta del Estado con una serie de restigmatizaciones para pensar que alguien lo está haciendo de gusto. Seguramente alguien diga "en tal caso", "en tal situación", "en tal año". Siempre habrá algún tipo de excepción pero no puedo dejar de conmoverme con situaciones que sabemos que seguimos dando una respuesta muy limitada. La violencia es muy democrática: se ejerce en todos los segmentos de la población, sin importar situación económica, cultural, rangos etarios. A cualquiera de nosotros nos puede tocar.

—El lunes se desarchivó un proyecto de ley que busca generar un indicador de la brecha salarial de género en el mercado laboral, que involucra a Inmujeres. ¿La propuesta de que vuelva a tratarse salió desde el instituto?

—El martes tuve la información de la diputada Inés Cortez, que es una de las coautoras, de que había obtenido media sanción en el Senado en el periodo anterior. No he tenido tiempo de estudiarlo pero todo lo que sea poder poner datos a las realidades nos ayuda a reconocer los hechos. Pero, además, no existe una política pública que no pueda estar basada en la mejor evidencia.

—A nivel del Estado, ¿se va a aplicar alguna medida en especial o se realizará algún relevamiento sobre acoso sexual laboral?

—Hoy, concretadas no porque no hemos entablado los cruces necesarios con diferentes dependencias, en este caso el Ministerio de Trabajo. Sí se ha trabajado a iniciativa del Ministerio de Trabajo y del sistema de cuidados de nuestro ministerio la posibilidad de una firma de un convenio en donde podamos incorporar a la negociación colectiva nuevamente el impulso de cláusulas que permitan la generación de centros que, por iniciativa sindical o empresarial, puedan generar espacio de cuidados de la manera más descentralizada posible en el territorio.

—¿Va a marchar este 8 de marzo?

—Sin lugar a dudas. Las mujeres del gobierno marchamos en la actividad central de 18 de Julio a las 18:00 y más temprano, a las 9:30, en la marcha en Casavalle. Nuestra voluntad es tener el mayor diálogo y la mayor cercanía con la sociedad civil que lleva adelante estos temas. Y, lógicamente, respetando a cada una en el lugar y la responsabilidad que tiene pero encontrando la mayor sinergia.