PASADO RECIENTE

El archivo militar que se encontró en el Grupo de Artillería 5 de Montevideo, y que a principios de mayo se entregó formalmente a la Fiscalía y a la Institución Nacional de Derechos Humanos (Inddhh), no tiene una utilidad concreta para ninguna de estas dos instituciones.

El archivo consta de cinco libros y dos carpetas que registran órdenes del Servicio de Información y Defensa (SID) y del Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA) de la dictadura militar. Contiene informes de inteligencia y documentos de investigación de personas, entre otras cosas.

A pesar de la expectativa que se generó en el momento -a días de la Marcha del Silencio-, fruto de que el presidente Luis Lacalle Pou y el ministro de Defensa, Javier García, confiaron en la relevancia de la información, los encargados de analizarla dijeron que finalmente no hay elementos relevantes a los efectos de determinar responsabilidades penales, ni para la búsqueda de desaparecidos.

“Sí, lo revisé. Importante no hay nada”, dijo a El País el fiscal especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe. “Solo sirvieron unos 10 documentos para puntos tangenciales, nada sustancial. Con ellos no se resuelve nada”, agregó el fiscal.

Mencionó como ejemplos la requisitoria de Héctor Gutiérrez Ruiz y la de toda la dirección de la CNT. Esos documentos serán incorporados a las causas que ya existen a modo de contexto.

En tanto, en la Inddhh, donde ya habían adelantado que difícilmente hubiera material relevante para avanzar en la búsqueda de desaparecidos -que es su cometido esencial, por ley de 2019-, un grupo de investigadores y personal técnico de la institución analizó detenidamente el archivo y concluyó lo mismo: no tiene relevancia para el fin trazado.

Wilder Tayler, presidente de la Inddhh, contó a El País que esta semana recibió un “informe oral” de quienes leyeron el archivo “renglón a renglón”. “No hay un solo caso de búsqueda que se vea modificado por este material. Es interesante para historiadores, periodistas, pero no para la búsqueda de desaparecidos”, afirmó Tayler.

En la Inddhh se comenzó revisando lo de 1976, 1977 y 1978 -los años de más desapariciones-, y al no encontrar nada se continuó con los demás años. Se analizaron todos los partes policiales y las órdenes de detención, y se cotejó con otras informaciones disponibles. Pero de allí no surgió nada.

El material es “muy interesante” y “quizás deba ir a la Biblioteca Nacional”, concluyó Tayler, que aún así valoró el gesto del gobierno de entregarlo.