El Movimiento de Participación Popular (MPP) cumplió 34 años el jueves pasado, y lo hace en medio de un recambio generacional y embanderado con la precandidatura de Yamandú Orsi a la Presidencia de la República.
El 28 de mayo, será la elección de las nuevas autoridades de la Dirección Nacional, lo que dará cierre así al proceso congresal que comenzó en setiembre del año pasado.
Esta instancia permitirá determinar quiénes serán los 45 titulares y 15 suplentes del órgano de conducción que acompañará la campaña electoral de 2024, posiblemente, con una de sus principales figuras como postulante.
Cualquiera de los congresales podrá presentarse como candidato a la directiva con el respaldo de un espacio orgánico como las departamentales y zonales del sector.
Para que el intendente de Canelones se lance oficialmente al ruedo aún quedan varias instancias formales, que culminarán con el Congreso del Frente Amplio de diciembre. Pero el MPP, la “casa” del jefe comunal, ya está trabajando en pos de una victoria de la coalición de izquierda, un objetivo para el cual se busca la alianza con otros sectores de la sociedad, no solo políticos.
En tal sentido Julieta Sierra, que integra la directiva como suplente y fue parte de la Mesa del pasado Congreso Nacional, destacó las conversaciones preparatorias de este encuentro a mediados de marzo en el Club Cordón. Temas como la religión, la agroindustria, la economía y los impuestos se pusieron a consideración en espacios abiertos no solo a simpatizantes. “Se abrió la cancha y se convocó a escuchar y debatir con otros actores que no necesariamente están en nuestras filas”, planteó a El País.
Un ejemplo sonado de ello fue el encuentro en Florida con Carmelo Vidalín, el intendente blanco de Durazno, que se fundió en un abrazo con Orsi en una charla sobre “descentralización y federalismo en el Uruguay del siglo XXI”, organizada por el MPP en setiembre. El caudillo nacionalista se fue de allí con el compromiso de pedirle a su partido que “exhortara” a invertir en el interior.
Definición
Todos los aportes que surgieron en los intercambios se incorporaron a un documento que abrió la discusión en el Congreso, donde el sector oficializó el respaldo a Orsi y definió las principales líneas políticas para los próximos años.
La versión final del texto, que sumará nuevas ideas y pulirá las originales, se conocerá en los próximos días.
La reforma constitucional para profundizar la descentralización, que formaba parte del documento original, no estará en la síntesis. Sierra precisó que el documento hace más hincapié en las líneas estratégicas a largo plazo que en los contenidos programáticos y, por lo tanto, que la iniciativa no esté incluida no quiere decir que “no sea una discusión que el MPP tenga que dar con mayor profundidad” más adelante.
“En este documento planteamos un rumbo, no un programa determinado (...), que se construye con el Frente Amplio por sobre todas las cosas”, dijo.
No obstante, de cara a la contienda electoral, el MPP ya fijó algunas prioridades que podrán ser la base del programa frenteamplista si tienen quórum en la interna. Estas son: políticas para combatir el desempleo y la pobreza, la defensa de los recursos naturales en términos de soberanía nacional y la descentralización como una perspectiva transversal de toda la propuesta.
En la primera entrevista que Orsi dio después del Congreso -en el programa La Letra Chica de TV Ciudad- destacó la posibilidad de llegar a un “gran acuerdo interpartidario”. Mencionó el combate al crimen organizado, la atención de la primera infancia y la salud mental, y la aplicación de un modelo de desarrollo con la ciencia y la tecnología como protagonistas.
Recambio
La renovación de las autoridades del MPP coincide con una coyuntura política en la que sus principales referentes han dado paso a nuevas figuras. El expresidente José Mujica, líder del sector, renunció al Senado junto a su colega colorado Julio María Sanguinetti en 2020. El mismo paso dio la exvicepresidenta Lucía Topolansky.
El exministro Eduardo Bonomi, uno de los pilares del MPP, falleció el año pasado y fue recordado en el último Congreso, que llevó su nombre.
Según Sierra, una de las voces más jóvenes, Mujica y Topolansky han propiciado la incorporación de nuevas figuras. El proceso se ha dado “sin mayores esfuerzos”, “en términos generacionales y también desde una perspectiva de género”, planteó. Si bien no está pautada la paridad, la actual Dirección Nacional quedó conformada por casi la misma cantidad de hombres y mujeres.
El consejo del “anciano de la tribu”
“Como anciano de la tribu”, José Mujica dio un mensaje a su barra en el último Congreso, dedicado exclusivamente a quienes participaron de las dos jornadas.
El expresidente reflexionó que los militantes no son “peores ni mejores” humanos que el resto, sino que a lo largo de la historia han tenido el propósito de representar el verdadero sentir de las masas para dar “pasos de futuro”.
Así, “todos los derechos conquistados tuvieron detrás el sacrificio de los militantes”. Ellos “hacen que pasen al terreno de lo consciente las causas que siente el pueblo”, incluso cuando no tiene registro de ello.
Sin embargo, el exmandatario advirtió que el proceso no está exento de equivocaciones. Los militantes también cargan “con las grandezas y los defectos de los grupos humanos”, como el deseo y la esperanza, pero también la vanidad y el egoísmo.
Y, en ese sentido, instó a no desconectarse de los reclamos populares. “No se puede ir más allá de lo que el pueblo siente y necesita y no se puede sustituir la voluntad profunda de las masas con el sueño de nuestra cabeza. Tenemos que estar en guardia con nosotros mismos, (no) pretender que la gente haga lo que nosotros soñamos, porque en ese caso nos desconectamos de la masa y tendemos a funcionar con un sentido gerencial de ‘ordeno y mando’”, alertó.
“Cuando uno es joven se manijea y tiende a confundir deseo con realidad y cree que tiene el derecho de pedirle al pueblo lo que el pueblo no puede dar; y nos divorciamos del pueblo, y divorciados del pueblo somos un montón de ruido”, agregó.
Mujica señaló que el MPP es una “herramienta para luchar por la mejora del pueblo” y no “una iglesia para adorar”.