Por Rosina de Armas
La llovizna empezó a caer a las 21:56 horas del jueves en Montevideo. De la Coordinadora N del Frente Amplio, en la Avenida 8 de Octubre y Estero Bellaco, comenzaron a salir militantes de base que repetían lo “bueno”, “buenísimo” y hasta “interesantísimo” que había sido el encuentro de las últimas horas.

Fernando Pereira, presidente de la fuerza política, acababa de dar por finalizada la cuarta de 18 asambleas que mantendrá con las coordinadoras capitalinas en mayo. “Nuestro candidato es el FA” es el nombre de esta gira, que busca incentivar la participación de la militancia en el ciclo electoral que irá de junio de 2024 a mayo de 2025. Especialmente en la elección interna, con la convicción de que la coalición de izquierda tiene “condiciones” para ganar en primera vuelta si da los pasos correctos y “mantiene su unidad y amplitud”.

“Debe haber fortaleza militante, un programa popularmente discutido y un vínculo más potente con la sociedad”, resumió el presidente de la Comisión de Organización del Frente Amplio, Manuel Ferrer, ante los militantes de la Coordinadora N.

Sentadas en sillas plegables de madera y de cara a parte de la dirigencia frenteamplista, unas 50 personas se acercaron al local a contar los problemas organizacionales que aquejan en esta zona de la capital, donde funcionan seis de los 442 comités de base que el FA contabilizó al finalizar 2022.

Bajo la premisa de que “Montevideo es clave para el triunfo” y de que en 2019 “la gente sintió en general que el FA se había alejado de la gente”, los militantes se explayaron sobre varios temas.

Algunos se mostraron preocupados por la baja participación en los comités de base. Otros pidieron consejos para comunicarse mejor en redes sociales, ante la paradoja de que, en el mano a mano, “el frenteamplista sale, pone la mesita en la calle, habla con la gente y no le cuesta nada”.

También hubo quienes comentaron los desafíos para convocar a militantes jóvenes. O cuestionaron “el uso de la ironía” por parte de los potenciales precandidatos al referirse al gobierno, un discurso que “para ganarse a la barra es buenísimo”, pero quizás no para conquistar al resto de la ciudadanía.

Sin embargo, uno de los rumbos claros de la dirección frenteamplista es que el triunfo, si se da, será con el apoyo de votantes oficialistas desencantados con el gobierno. Pereira pidió “paciencia” al hablar con blancos, colorados y cabildantes que -aseguró- ya “se están yendo” de sus partidos. “La peor política de redes es decir: ‘Por tu culpa estoy viviendo mal’, porque si los tratás así, ¿por qué te votarían? Si en realidad lo que quisieron fue mejorar la situación del país”, afirmó, y luego hizo una recomendación a sus correligionarios: “Cuando entren a este local, los tienen que tratar como si fueran frenteamplistas militando desde 1971”.

Por estas semanas la coalición de izquierda debate su política de alianzas con agrupaciones y figuras por fuera de la fuerza política. Aunque no hay nada definido, una de las opciones que resuena es la creación de un “nombre de fantasía” para definir a ese gran paraguas electoral que se presentará como la alternativa. Fuentes políticas señalaron a El País que son partidarias de incluir la referencia a “Uruguay”, que ya comienza a verse en algunas convocatorias del FA. Por ejemplo, el mismo jueves, dirigentes habían viajado a Paysandú en una gira denominada “Por el agro, por Uruguay”.

La gran apuesta del FA es incluir en su propuesta todos los insumos, desde las reuniones en el interior hasta los aportes técnicos. “El programa más importante es el que tiene más gente atrás. Y para convocar gente la dirección va a hacer lo que pueda porque realmente ustedes son imprescindibles”, prometió Ferrer.