"Todo no anda perfecto, hay vulnerabilidades y hay situaciones que tenemos que corregir", reconoció este martes el ministro de Educación, Pablo da Silveira, tras ser consultado por la investigación administrativa que activó la cartera por el caso Astesiano.
El mes pasado, el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) había iniciado una investigación interna en el Registro Civil —órgano dentro de la cartera— sobre el caso. Funcionarios habían denunciado maniobras ilícitas y se busca esclarecer el rol de dicho organismo en las maniobras.
"Todavía no, estamos enfocados en un punto. No hemos encontrado, felizmente, hasta ahora, que son conclusiones primarias, ningún indicio que sugiera que dentro del ministerio se estuvieran fraguando documentos o cometiendo algún tipo de irregularidad. Hasta hoy, no hemos encontrado nada que sugiera eso", respondió esta mañana.
No obstante, luego reconoció: "Lo que hay son vulnerabilidades del sistema, no atribuibles a la responsabilidad de funcionarios específicos, sino al funcionamiento mismo del sistema, que generan riesgos, por ejemplo, de que en la puerta de entrada se acepte como válida una traducción que sea fraguada, que no diga lo que diga el texto original".
"Estamos dando pasos para chequear qué ocurrió en esos puntos que entendemos que son puntos vulnerables, donde el caso ruso es especialmente difícil", porque en este caso, con escrituras en ruso, "está en cirílico, no se entiende nada", dijo en entrevista con Así Nos Va (Radio Carve).
"Alguien viene con un documento en ruso y quiere hacer un proceso para nacionalizarse. En Uruguay, no hay traductores públicos en ruso", señaló. En estos casos, explicó luego, "hay idóneos, un señor que habla ruso, porque por ejemplo es ruso, que hace la traducción, y eso va acompañado de un documento de un traductor público que no es el ruso, pero de algún modo da fe porque conoce a la persona, porque hizo alguna clase de verificación que es confiable".
"Si el señor idóneo que traduce el ruso forma parte de una organización para falsificar documentos, si consiguió engañar al traductor oficial; o si el traductor público es cómplice de la maniobra, la verdad es que nunca en la historia del Uruguay hubo procedimientos para poder descubrir eso", reconoció el secretario de Estado.
"Chequear hoy la fidelidad de una traducción del ruso en Uruguay es complicado, entre otras cosas, porque no sabés quién está afuera del negocio y quién no. Tenés que ir a buscar traductores afuera del país para estar seguro de que no estás simplemente cayendo en manos de los mismos que armaron las cosas", remarcó.
"Nuestros viejos procedimientos, muy, muy viejos, de un país pacífico, que felizmente no ha tenido que defenderse de agresiones y demás, en este mundo globalizado en el que vivimos hoy —donde las organizaciones criminales se han globalizado— tiene fallas, y lo que tenemos que hacer es identificar bien dónde están esas vulnerabilidades e introducir modificaciones para estar más protegidos", manifestó Da Silveira.
Tras explicar el contexto que han detectado, resaltó que busca "no someter a manoteo el nombre o la imagen de funcionarios" del ministerio, "en una situación en la que por ahora nada indica que esos funcionarios tengan responsabilidades personales en este asunto".
En tanto, Da Silveira remarcó: "Si encontramos alguno que haya hecho cosas que supongan responsabilidad personal, por supuesto que iremos hasta el hueso"