Una funcionaria policial de 28 años, que estaba certificada hace tres años,se arrojó en la noche de este viernesal vacío desde el sexto piso de un edificio en el barrio Pocitos con su bebé de dos meses en brazos. Ambas fallecieron en el lugar.
La mujer, que además tenía dos hijas de 12 y tres años, intentó lanzarse del balcón con las tres menores, pero la mayor logró zafarse y rescatar a su hermana para inmediatamente ir a solicitar auxilio a los vecinos del edificio.
Al llegar varios móviles policiales al lugar, en el cruce de las calles Bartolito Mitre y Baltasar Vargas, un médico de una emergencia móvil que se hizo presente constató el fallecimiento de la mujer y de la bebé.
Tras el trágico hecho, el Ministerio del Interior informó que las niñas de 12 y tres años fueron inmediatamente trasladadas al Hospital Policial para ser evaluadas y contenidas tras el episodio.
Por su parte, el juez de Familia de 6° turno Juvenal Javier dispuso la entrega de las menores a un familiar responsable. Mientras tanto, ambas serán asistidas por el Centro de Atención a las Víctimas de Violencia y el Delito de la cartera en coordinación con el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU).
Reclamo sindical
El Sindicato Policial Nacional (Sipolna) emitió un comunicado este sábado en el que lamentó “profundamente el fallecimiento de Alicia López y de su hija de dos meses”.
“Este hecho evidencia las graves falencias en los protocolos de salud mental policial: pese a estar certificada desde hace tres años, no recibió atención ni el acompañamiento necesario. Los problemas relacionados con la salud mental afectan a toda la sociedad, pero quienes cuidan y protegen a la ciudadanía deben tener atención efectiva. La Policía no puede ser desatendida en un aspecto tan sensible”, indicó el gremio policial que más trabajadores agrupa, en referencia a una fuerte demanda que vienen llevando adelante desde hace varios años sobre mejorar la atención en salud mental para los servidores a cargo de velar por la seguridad pública.
En esta línea, reafirmaron la necesidad de “fortalecer de forma urgente los mecanismos de prevención, seguimiento y contención, con recursos reales y personal especializado”.
Años duros
El último trabajo de la funcionaria policial había sido en el Centro de Comando Unificado (CCU). Había sido desarmada en 2021 tras una certificación médica. En ese mismo año fue que realizó una denuncia contra su expareja por una situación de abuso, el padre de las niñas de 12 y tres años, y un expolicía que fue dado de baja. Este fue condenado y estará en prisión hasta el año 2030.
Según pudo reconstruir El País, en los últimos años la mujer vivió situaciones intrafamiliares “bastante complejas”, potenciadas por la reducción salarial que le implicó estar certificada: pasó a cobrar el 60%.
Además del expolicía con quien tuvo a sus dos primeras hijas, posteriormente tuvo una relación con otro hombre —también con un historial de violencia—, que es padre de la bebé que falleció con ella.
Por todo esto, fuentes policiales confiaron a El País que la mujer vivió años muy duros. Era también “el sostén” de su madre —que tenía patologías psiquiátricas— y hermana, y junto a sus tres hijas vivía en un monoambiente que no tenía ni siquiera camas.
“Estaban durmiendo en colchones en el piso, en condiciones muy precarias”, afirmaron fuentes policiales.
En redes sociales, el exportavoz del Sindicato Único de Policías del Uruguay (SUPU) Miguel Barrios escribió: “Como seguramente sepan, tristemente anoche en Montevideo, una compañera se lanzó al vacío con su pequeña hija de 2 meses. Tenía dos hijas más de 12 y 3 que, gracias a la rápida reacción de la primera, lograron mantenerse a salvo. Lo que tuvimos oportunidad, años atrás de conocer por su boca algo de su historia de vida sabemos que, mientras su salud mental la acompañó, vivió y luchó probablemente contra las cosas más difíciles que un ser humano puede luchar en esta vida. Merecías vencer Ali…”
Por su parte, la presidenta del sindicato policial, Patricia Noy, reclamó que la “salud mental es una problemática real y debe ser tomada con la seriedad y urgencia que amerita”. “Más aún en la Policía Nacional que son quienes están a cargo de velar por la seguridad de la sociedad. Basta de mirar para el costado”, agregó.