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Hallaron el cuerpo de Mariana Rivero, la joven desaparecida hace 20 días; exnovio confesó el crimen

Según pudo saber El País, el exnovio confesó el asesinato este miércoles y guió a la Policía hasta el lugar en el que se encontraba el cuerpo, en Punta Yeguas.

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Mariana Rivero, joven desaparecida
Mariana Rivero, joven desaparecida
Foto: redes sociales

Redacción El País
El cuerpo de Mariana Rivero, la joven de 24 años que estaba desaparecida hace 20 días, fue hallado en la tarde de ayer por la Policía en la zona de Punta Yeguas, según confirmaron a El País fuentes del Ministerio del Interior y de Fiscalía.

El exnovio de la mujer confesó el crimen ante la Policía y guió a los efectivos hasta el lugar donde estaban los restos, en una zona cercana a la playa de Punta Yeguas, dijeron a El País fuentes al tanto de la investigación. El hombre estuvo todo el día declarando ante la Policía y finalmente terminó por conducirlos al sitio en que depositó el cuerpo, que estaba desmembrado.

Ese lugar había sido señalado por el hombre como el terreno al que se dirigió en taxi un día después de la desaparición de Mariana para arrojar escombros. En ese momento la Policía no solo rastrilló su casa, sin encontrar rastros, sino que hizo lo mismo en el descampado de Punta Yeguas, pero sin hallar nada.

Desde el primer momento el exnovio había sido considerado como el principal sospechoso de la desaparición, ya que las cámaras de seguridad registraron a Mariana llegando a su casa, en el barrio Tres Ombúes, pero no había detalles de su salida del lugar. Él dijo que ella estuvo en el lugar y aseguró que luego la chica iría a Tres Cruces, pero esto nunca pudo ser probado, ni por las triangulaciones realizadas con las antenas de celulares, ni con las cámaras de seguridad de la terminal.

Hasta el momento, se había realizado un allanamiento a la casa del hombre, solicitando incluso la presencia de un camión municipal para vaciar un pozo séptico, pero tampoco se encontró nada de utilidad.

En el medio de un total desconcierto provocado por la falta de pruebas, el mismo joven había dicho sin que se le pregunte que el día después de la desaparición de Mariana fue en taxi a un descampado en Punta Yeguas para tirar dos bolsas de escombro.

En respuesta a esto, Policía Científica y todo el personal de la investigación realizaron rastrillajes tanto en la casa del sospechoso como también en ese descampado.

La gran cantidad de irregularidades, pozos y montones de basura que se encuentran en el descampado habían dificultado la búsqueda, sin que se encontraran ni siquiera rastros de ropa, sangre o algún indicio que permitiera avanzar en la investigación.

Según narraron fuentes policiales a El País, se consiguió encontrar al conductor del taxi que trasladó al joven al descampado, aunque su declaración tampoco había sido de utilidad. Solamente declaró que vio al chico dejar una valija y volver.

Ana Hernández, madre de Mariana, habló públicamente en varias oportunidades pidiendo por favor que le den información sobre su hija. “Si la tienen retenida que no tengan miedo, la dejen en algún lado y nos avisen que la vamos a buscar”, había dicho entre llantos a Canal 10 hace algunos días.

Si bien no conocía a la expareja de su hija, dijo que “siempre fue educado por teléfono”, aunque tiene entendido que la relación no estaba yendo bien en los días previos a la ruptura.

Además, aclaró que su hija “no era de salir sin avisar”. Consultada sobre una denuncia de la que existe registro el año pasado dijo que “se trató de un malentendido una vez que se quedó sin batería en el teléfono”.

Si bien todas las sospechas ya apuntaban al exnovio, y el fiscal a cargo de la investigación, Leonardo Morales, consideraba tener elementos que lo incriminarían, hasta que confesó haber cometido el crimen no existían elementos que permitieran colocarlo en la posición de indagado.

Los efectivos policiales y las labores de la Fiscalía ya identificaban que los “intentos de ayuda” que realizó la expareja de la joven podrían ser para despistar a los investigadores. Pero dado que no contaban con pruebas fehacientes para incriminarlo hasta el momento seguía siendo considerado inocente.

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