Redacción El País
El Ministerio del Interior compartió un nuevo informe elaborado por el Área de Estadística y Criminología Aplicada (Aeca) que revela datos sobre delitos vinculados a armas de fuego, así como al consumo de drogas y otros "facilitadores de violencia". Se trata de un documento complementario al ya publicado diagnóstico de seguridad realizado por la cartera.
El motivo de la realización de este trabajo, según se asegura en el propio informe, es que el diagnóstico realizado "no agota el análisis que la temática requiere". En ese documento, la cartera había indicado que el país "exhibe síntomas claros de expansión de redes delictivas autónomas y de mercados ilegales en crecimiento".
En ese caso, se había abordado múltiples aspectos de la criminalidad en el país, contextualizados con datos de la región. En el último informe, se hizo especial énfasis en las armas de fuego, consumo de drogas, percepción ciudadana de la seguridad y la respuesta penal.
Según los datos presentados, Uruguay es el país con mayor cantidad de armas de fuego por cantidad de habitante y una de las tasas más altas de consumo de drogas ilegales en América Latina y el Caribe.
Para diciembre de 2024, el número de armas de fuego legalmente registradas era de 617.327 (17,5 por cada 100 habitantes). Según una estimación de la organización Small Arms Survey citada por el informe —aunque luego el propio documento asegura que "carece de la robustez metodológica necesaria"— para 2018 Uruguay habría contado con 34,7 armas de fuego, tanto registradas como irregulares, por cada 100 habitantes.
El ministerio no solo manifestó su preocupación por la cantidad de armas, sino por el impacto que estas tienen en los episodios violentos. En 2013 se registraron 453 denuncias por delitos vinculados a armas de fuego, mientras que para 2024 el número ascendió a 1.826. Esto significó un aumento superior al 300%.
El departamento con la tasa más alta de delitos de armas entre 2022 y 2024 es Durazno, con 109,7. En los últimos años ha vivido una escalada de violencia producto de conflictos entre grupos criminales locales, lo que llevó al Ministerio del Interior a evaluar en estos días la colocación de un destacamento fijo de la Guardia Republicana.
Con respecto a las víctimas, los hombres casi duplican a las mujeres, mientras que la mayoría de ellas son jóvenes entre 18 y 28 años. El rango etario de 13 a 17 tiene una tasa mayor que el de 49 a 58.
Suicidios son el doble que en la región
Entre las incidencias con arma de fuego mencionadas por el Ministerio del Interior en el informe se encuentran los suicidios. En Uruguay la tasa es de 18,8 cada 100.000 habitantes, el doble que el promedio de la región.
Si bien se ha visto una "tendencia general al alza" en los últimos años el número se ha estabilizado. El 17,6% se cometieron con armas de fuego, por lo que en el informe se plasma la necesidad de restringir el acceso a las armas durante momentos críticos de la persona.
Treinta y Tres y Cerro Largo registraron los valores más altos de suicidios consumados con armas de fuego, con casi un tercio del total.
Consumo de drogas
Otro de los aspectos analizados por la cartera fue el consumo de drogas como facilitador de la violencia y el delito. La sustancia más consumida históricamente, que no fue excepción en 2024, fue el alcohol. El 89% de las personas entre 15 y 65 años declaró haber consumido alguna vez, y más de la mitad en los 30 días previos a la encuesta.
La edad con la que se comenzó a consumir es de 17 años, mientras que son 106.000 las personas que tienen un consumo riesgoso.
El número comienza a descender con el resto de las drogas. En el caso del cannabis (la droga psicoactiva no médica más difundida en la población), una de cada tres personas dijeron haberlo consumido. La edad promedio de comienzo de consumo es de 20 años.
En 2024, únicamente el 37,4 % de los consumidores accedía por vías legales (farmacias, clubes o autocultivo). Según el informe, las restricciones con las que cuenta el sistema para el consumo de esta sustancia "favorecen" el crecimiento de un "mercado gris".
El consumo de cocaína es todavía menor. El 8,4% dijo haber consumido alguna vez. Pero los valores son más preocupantes en el área de consumo problemático, ya que el 35% de los que dijeron haber consumido en el último año tienen este problema.
Finalmente, se describe a la pasta base como característica de una "situación de vulnerabilidad extrema, vinculada a contextos de exclusión social, precariedad habitacional, experiencias de institucionalización y contacto frecuente con servicios de salud, refugios o el sistema penal". Según estimaciones, la cartera asegura que el número de adictos bajó desde 2012 hasta la fecha.
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