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Caso filicidio: padre no padecía ninguna patología psiquiátrica y tampoco se arrepintió de matarlos

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Patrullero. Foto: Estefanía Leal.
Patrullero en operativo policial.
Foto: Estefanía Leal / Archivo El País

ESTUDIO DEL ITF

Condenaron a 28 años de prisión al hombre que asesinó a sus dos hijos, de 8 y 9 años, en el Centro en abril

El 24 de octubre se conoció la resolución de uno de los casos de homicidio más sonados del año. Condenaron a 28 años de prisión a Andrés Barrios, de 48 años, que mató a sus dos hijos, de 8 y 9 años, mientras dormían en su apartamento ubicado en el Centro de Montevideo, en la esquina de Soriano y Ejido, en abril pasado. La pena es por un delito de homicidio especialmente agravado por el parentesco y muy especialmente agravado por el concurso (brutal ferocidad).

El hombre asesinó a sus hijos con un cuchillo de cocina y llamó al 911 para notificarle a la Policía lo que había hecho. Luego se hirió a sí mismo, aunque no logró quitarse la vida. Los policías entraron al domicilio y lo encontraron tirado en el suelo del living y a los niños en sus habitaciones.

La fiscal de Homicidios de 3er Turno, Adriana Edelman, había solicitado la pena máxima para Barrios, pero dado que el hombre asumió la responsabilidad del crimen se le descontaron dos años de pena. El proceso fue simplificado porque ni el hombre ni la víctima (su exesposa) querían enfrentarse a un juicio oral, por lo que se acordó la pena y hubo una única audiencia.

Si bien al inicio de la investigación el hombre estuvo internado en una sala de seguridad del Hospital Vilardebó, el Instituto Técnico Forense (ITF) luego determinó que Barrios no padecía ninguna patología psiquiátrica. El padre nunca tuvo una alteración de conciencia cuando asesinó a sus hijos ni tampoco tuvo un brote psicótico o paranoico, según informó a El País una fuente cercana al caso.

La fuente, además, detalló que el hombre le manifestó a su abogada, la defensora de oficio Yésica Biquez, que estaba arrepentido por haber matado a los niños, pero los técnicos del ITF -por medio de estudios psiquiátricos y psicológicos- no constataron que esto fuera así.

El crimen de Barrios se enmarca en un caso de violencia vicaria, que es el mayor grado de violencia de género. El hombre quiso dañar a su expareja al quitarle lo más preciado que tenía en la vida, que eran sus hijos. Es la forma que encontró para vengarse de la mujer y provocarle el mayor sufrimiento. “Siempre tuvo claro lo que estaba haciendo”, explicó la fuente cercana al caso.

El hombre ya tenía una denuncia por violencia de género y había atravesado un proceso de divorcio “traumático” con su primera esposa, lo que generó que no pudiera ver a su primera hija. A raíz de esto, el hombre tuvo una depresión y fue internado en un hospital psiquiátrico.

Días antes del filicidio, Barrios y la madre de las víctimas -con la que iba 12 años de casados- tuvieron una pelea debido a un episodio de infidelidad, por lo que el hombre le exigió a su pareja que se vaya de la casa. Ella se fue a la casa de su madre en el interior, y fue en esos días que ocurrió la tragedia.

Por eso, una de las justificaciones que da el hombre es que quería “evitar” el dolor de no poder verlos si optaba por el divorcio, algo que había tenido que afrontar con la hija de su primer matrimonio.

Cuando la madre de los niños declaró a la Policía el día que se conoció el hecho, dijo que jamás había sufrido un incidente de violencia doméstica y tampoco sus hijos. “Todo lo contrario, mi esposo cuidaba y criaba a los niños ya que yo trabajaba todo el día”, contó la mujer. Y enfatizó que Barrios “amaba a sus hijos, los adoraba”.

Incluso, en la noche del día previo al asesinato mantuvieron una conversación. Hablaron de cómo se iban a arreglar para llevar a los niños a la escuela y después, cuando se pusieron a hablar de ellos, él le dijo que “no estaba soportando la situación” porque su padre estaba internado por cáncer terminal y su matrimonio estaba llegando a su fin. “Pero siempre normal, nunca me demostró que tuviera intenciones de hacerles daño a nuestros hijos”, indicó la mujer ese día.

Abogada: “Estamos satisfechos con la pena”

Andrés Barrios está cumpliendo su pena en al Unidad N° 4 “Santiago Váquez” (Ex Comcar). Desde que está detrás de las rejas no ha sido agredido por otros reclusos y tampoco ha intentado suicidarse, algo que su abogada temía que sucediera. Se mantiene como una persona tranquila y de buen trato. “Quedamos satisfechos con la pena que se obtuvo”, dijo su abogada, Yésica Biquez, y agregó que le podrían haber dado 30 años sumado a 15 de medidas de seguridad.

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