En la puerta de Emergencias del Hospital del Cerro prácticamente todas las noches se repite la misma imagen. Es la de un hombre que se baja de un auto particular o un taxi tomándose alguna parte del cuerpo. Es otro herido de bala. Pero quien llegó el miércoles y se bajó de un taxi con cuatro tiros en el abdomen no era otro herido de bala más. EraLuis Alberto “Betito” Suárez.
Tres días antes, en una apacible y calurosa tarde de domingo en Buceo, uno de los barrios con los índices de homicidios más bajos de la capital, se dispararon al menos 17 tiros. Se dirigían al conductor de un auto, Axel Mattos, su pareja —que está internada y gravemente herida— y su hijo de cinco años. Los tres sobrevivieron.
En menos de 72 horas, sufrieron ataques dos personas a quien la Policía señala como los líderes de las principales bandas de Cerro Norte, que a su vez son de las más poderosas de Montevideo. Sobre Mattos, apodado “El Colo” —y a quien la Policía indica como líder de “Los Colorados”— no es el primer atentado. En octubre del año pasado mataron a tiros a su hijo de un año y balearon a su pareja (la misma que fue herida el fin de semana), quien sobrevivió de milagro.
"Betito", que parecía ser intocable, en la noche de este miércoles recibió un ataque en el que se dispararon más de 30 tiros. Aunque las guerras entre bandas territoriales se cobran decenas de vidas año a año, lo más usual es que quienes mueran sean jóvenes del escalafón más bajo de la organización (apodados "perros"). Uno de los puntos cruciales que alerta a la Policía es que, en los episodios de esta semana, las víctimas fueron los líderes.
Y aunque los motivos parecen ser claros —el dominio del territorio y la comercialización de estupefacientes—, diferentes actores vinculados al caso discuten qué abarca ello. Hay una hipótesis policial que indica que los cercanos a “Betito” —por su histórico vínculo con bandas extranjeras— manejan parte del acopio de droga que existe en Uruguay y que después se trafica al exterior. Esto, además de regentear bocas locales. En algún punto de ese negocio, apuntan, podrían haberse querido inmiscuir “Los Colorados”, lo que podría haber desatado el conflicto.
Pero esa es tan solo una de las hipótesis que hay sobre la mesa. Otra es la que esgrimen, por ejemplo, aquellos que entienden que esto es un conflicto relacionado únicamente al mercado local y que algún motivo banal podría haberse desatado, como ya ha ocurrido en otros barrios. Esto va en línea con lo que ha argumentado históricamente el ministro del Interior, Nicolás Martinelli, quien ha dicho que en Uruguay hay “crimen desorganizado” puesto que las bandas no tienen estructura ni poderío económico considerable, sino que son clanes familiares.
En este contexto, una de las líneas que sigue la Policía —señalaron fuentes de esa institución a El País— es la posibilidad de que se le haya puesto “un precio” a la “cabeza” del líder de “Los Colorados” y que eso haya desatado la última ola de violencia.
Pese a la fuerte presencia policial que hubo en el barrio este jueves —ya que se esperaban represalias— un adolescente de 15 años resultó baleado en una mano.

"Betito" y "Los Colos"
“Betito” Suárez hacía tiempo que estaba fuera del radar mediático, al menos desde que salió de la cárcel en 2023. No así sus parientes, que hace meses que están en guerra abierta contra “Los Colorados” en el barrio. En 2012, “Betito” había sido catalogado como el “delincuente más peligroso del país” por el juez de Crimen Organizado, Néstor Valetti. Llegó a decir que él tenía "50 sicarios a su disposición".
Esa calificación respondía a que se habían detectado sus vínculos con el Primer Comando de la Capital (PCC), uno de los grupos delictivos más grandes de América del Sur.
Suárez inició su carrera delictiva formando parte de bandas de asaltantes en los años 90. En una época en la que el efectivo se usaba para prácticamente cualquier transacción, asaltaba casas de cambio y otros negocios. Luego, pasó a formar parte de las “superbandas” que hacían este tipo de trabajos ilícitos, pero a mayor escala.
Con el paso de los años, una estadía en prisión alrededor de los años 2000 y el boom que generó el ingreso de la pasta base poco tiempo después, “Betito” se reconvirtió. Había aprendido cómo era el negocio del narcotráfico de extranjeros con los compartió tiempo en la cárcel. Esto era más seguro para él y —ante la caída del uso de efectivo— también más rentable. Así se convirtió en el distribuidor de la zona oeste de Montevideo, donde logró aumentar su capital. Su presunto contacto con el PCC, indican fuentes policiales, siempre fue lo que hizo la diferencia con otros grupos.
En tanto, el fortalecimiento de "Los Colorados" es una cuestión de los últimos tiempos. Quien es señalado como su líder, Mattos, perdió a su padre —que fue asesinado en julio del año pasado— en el marco de la misma guerra por la que mataron a su hijo de un año y balearon dos veces a su pareja. El domingo recibió un roce de bala su otro hijo, de cinco años. Las imágenes de cómo quedó el auto tras el ataque muestran que el ataque no solo iba dirigido al conductor. La puerta trasera, donde viajaba el niño, también recibió impactos directos.
Tanto Mattos como más integrantes de su familia han sufrido múltiples intentos de homicidio. Uno de sus dos hermanos recibió 12 disparos, pero continúa con vida. El otro está en prisión.
El Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (Inau) trabaja con la familia debido a que parientes de la mujer baleada llevan a uno de sus hijo a un centro CAPI. Luego del tiroteo, la familia manifestó su intención de abandonar el territorio e irse al interior del país, aunque lo mismo habían dicho luego de la balacera en octubre y no sucedió, según dijeron fuentes del instituto a El País.
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