Vecinos de Cerro Norte creen que la violencia se desatará en pocos días cuando se vaya la Policía del barrio

Redacción El País
Se siente en el aire de Cerro Norte. Es la calma que anticipa a una nueva tormenta. Según vecinos consultados por El País, el ataque realizado el miércoles 19 a balazos contra Luis Alberto Suárez Correa, alias Betito, elevará aún más los altos niveles de violencia en el barrio.

En Cerro Norte se cree que la agresión contra Betito, efectuada en la noche del miércoles en la esquina de Egipto y Berna, es una venganza por la balacera sufrida en la tarde del domingo por uno de los integrantes de la banda de los Colorados en la rambla del Buceo. En la ocasión, una mujer de 24 años, recibió un disparo en la cabeza y otro en el pecho.

Betito Suárez estuvo internado en el Hospital del Cerro, donde fue operado, mientras en los alrededores se desarrollaba un fuerte operativo policial. De acuerdo a lo que apuntaron las fuentes policiales consultadas, Suárez Correa perdió mucha sangre, pero al ingresar fue estabilizado. Más tarde, según señalaron fuentes médicas a El País, fue trasladado al Hospital Maciel.

Allí se encontraba internado un integrante de la banda de Los Colorados. Ello determinó el traslado de ese individuo al Instituto de Ortopedia y Traumatología (Inot). Poco después, Betito se retiró del Hospital Maciel pese a estar herido, según las fuentes.

Los últimos incidentes violentos sacudieron Cerro Norte. El vecino Juan Francisco (nombre ficticio) vive hace 20 años en la zona. "Antes era un barrio tranquilo. Desde hace 10 años comenzó a complicarse y empezaron a pasar cosas raras (alude al tráfico de drogas). Hoy es una zona roja", afirma.

Señala que trata de no salir de noche por precaución y no por miedo. "La escalada de violencia va a seguir. La situación está muy difícil. Cuando se vaya la Policía, la balacera comenzará otra vez", vaticina.

Lo mismo opina una vecina que vive en el corazón del Cerro Norte. "En dos días comienzan otra vez los tiros. Ahora viene la venganza de los Suárez. El problema es que muchos inocentes quedan en el medio de esta guerra; hay personas fallecidas y heridas que no tienen nada que ver", dice María Eugenia. Y agrega que, por las noches, también se tranca en su casa para evitar ser baleada.

Luis Demetrio vive en una esquina. Dice que una pared de su casa está llena de balazos y agrega que cuando siente el primer disparo, corre hacia un dormitorio. "Las balas no pasan dos paredes. Por eso el dormitorio es el lugar más seguro de mi casa", afirma con determinación.

El vecino señala que, después del ataque al Betito, hubo un tiroteo en Cerro Norte. "A nosotros (los habitantes del barrio) no nos importa quien manda. Nos importa vivir tranquilos; ellos (las dos bandas de traficantes de drogas) no están dejando vivir a los vecinos", sostiene Demetrio.

El vecino afirma que la seguridad de día es bastante buena porque la presencia policial es elevada. "Vemos a toda hora las camionetas policiales y el furgón (de la Guardia Republicana). Pero los delincuentes saben a qué horan pasan los patrulleros y otra vez arman 'candela (lío)", agrega.