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"Estoy pensando en venir a vivir a Uruguay durante un tiempo"

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Cristian Castro. Foto: Wikimedia
E04061311.JPG MÉXICO, D. F.- Music/Música-Cristian. El cantante Cristian Castro durante ensayo para su presentación en el Auditorio Nacional el próximo sábado 8 de junio. Foto: Agencia EL UNIVERSAL/Agustín Salinas. ASV.
Agustin Salinas/

CRISTIAN CASTRO

Con 43 años, 65 discos de oro y 31 de platino, Cristian Castro se presentará mañana en el Enjoy Conrad para rendirle tributo a uno de los máximos ídolos de la canción argentina: Sandro.

En entrevista con El País, el intérprete de “Azul” y “Por amarte así” habla de todo. Del compromiso que representa recrear la música del “gitano”, del público rioplatense, de La Vela Puerca y de No Te Va Gustar. También de su reciente fracaso matrimonial (se casó y se separó en la luna de miel) y del problema que tiene su madre, la actriz Verónica Castro, para ver a sus nietos, los hijos que el cantante tuvo con su segunda esposa. También confiesa que piensa vivir un tiempo en Uruguay.

Ponerse en la piel de Sandro, un ídolo absoluto en Argentina, no es para cualquiera, ¿tuviste miedo en algún momento de no estar a la altura?

Me siento muy comprometido con su repertorio, porque creo que de alguna manera se parece al mío, en una época muy distinta. Pero las canciones más o menos dicen lo mismo. Obviamente el estilo de Sandro es inigualable, nadie lo puede imitar a la perfección, él tenía sus ademanes y una manera muy gitana, muy sensual de cantar. También un histrionismo increíble, era un gran actor y un gran poeta, además de un gran compositor y un galán. Así que la verdad es que no hay como igualar una figura así. Solamente pretendo brindarle mi respeto en este tiempo, siendo una generación más joven que él, haciéndolo a mi estilo. Pero me siento cercano con las canciones, porque se parecen a lo que yo digo en las mías, creo que los estilos están juntos. Es un pop romántico lo que hace Sandro, con cierto rock and roll también; tuvo varias etapas en su vida, al igual que como actor. Me siento muy influenciado y también agradecido, creo que es un lindo tributo el que puedo ofrecer, recordando cosas lindas de una persona tan grata como él.

—Hace poco estuviste en Argentina en un espectáculo de tango con Mora Godoy ¿Qué es lo que te seduce de la cultura rioplatense?

Siento la alegría que manifiesta la gente. La pasión que veo en el Sur está muy acentuada. En comparación con algunos países más al Norte, veo que el Sur se siente muy apasionado por sus artistas, por su música. Y encuentro muchas cosas de mí en la gente que me gustan, en el trato, que es tan grato como cuando estoy entre familia. Me siento con muchos amigos, con gente que me quiere de verdad, que es sencilla como yo y que le gusta muchísimo la música. Son cosas que me atraen de Argentina, de Paraguay, de Bolivia, de Perú, de Brasil. La gente del Sur me llena el corazón, por eso extiendo mis estadías y trato de tener más lazos con ustedes.

—¿Es diferente en un show el comportamiento del público uruguayo y argentino con respecto al mexicano o al centroamericano, por ejemplo?

La forma es diferente. Yo veo que en los uruguayos, en los argentinos, los paraguayos, en todo el Mercosur hay un contagio de alegría muy grande. Creo que cantan muchísimo más, que participan más. Eso me gusta mucho del Sur y me hace sentir muy lleno como cantante, me pone muy contento. El público mexicano es muy respetuoso, también muy apasionado, pero mantiene más una línea de escuchar la canción, explotando de repente en el aplauso.

—¿Te volverías a casar después de tantas separaciones a tus 43 años de vida?

Sí, obviamente. A mí no me da ninguna vergüenza intentarlo y fracasar. No me parece nada que sea para agachar la cabeza, o que nunca voy a poder hacer mi sueño realidad de tener una relación firme con una pareja. Yo me precipito al matrimonio más que nada; lo he hecho en las tres ocasiones, lo que después empieza a desenlazar muchos problemas que terminan en un divorcio lamentable, que nadie quiere.

—En el último caso tu matrimonio duró menos de un mes. ¿Qué fue lo que pasó?

Por mis precipitaciones, nunca termino de conocerlas. Y no terminan de conocerme. Entonces, en la precipitación viene el conflicto, empiezan a haber desajustes, roturas y molestias de personalidad, que si no nos hubiéramos casado hubiéramos podido probablemente resolver. Yo creo que el error está en la precipitación. Voy a tratar de que la próxima vez, que ojalá la haya, no sea precipitado aunque tenga muchísimas ganas de casarme. Voy a intentar otra técnica: la paciencia y durar con la pareja antes de concretar el matrimonio. Pero a mí no me da vergüenza volverlo a intentar, al contrario. Si bien el divorcio es una tristeza, siempre me voy a casar, voy a intentar de otra manera. Aunque mucha gente ya no cree en el matrimonio y hace unión libre como para probar, yo creo que el matrimonio es una celebración tremenda.

—Tu madre, Verónica Castro, dijo recientemente que no podía ver a sus nietos, tus hijos mayores Simone y Zaratustra. ¿Qué es lo que está pasando?

Lo que pasa es que ellos viven con la madre en Miami. Están estudiando en un muy buen colegio y la madre los tiene muy ocupados. Ella no quiere viajar a México porque dice que es muy peligroso. Es un criterio de la madre, y una madre es una madre. Yo no puedo hacer nada con respecto a que no quiera viajar o mandarme a los chicos. La abuelita Verónica está muy ocupada también y de pronto no viaja para Miami. Y eso hace un poco el conflicto, que ninguna de las dos sale de su territorio; es difícil. La cosa es que se amiguen un poco más la madre de los niños y la abuelita Verónica, para que empiecen a frecuentarse más. Yo creo que en un futuro muy próximo mi vieja ya va a poder ver a Zaratustra y a Simone. Dependemos mucho de la madre, hay que recordar eso.

—¿Qué proyectos tenés en carpeta para este 2018?

Voy a hacer un disco en tributo a Juan Gabriel y mi disco en inglés. También tengo un proyecto B llamado La Esfinge con el que vamos a sacar un disco (el segundo) en 2018.

—Así como Sandro fue una figura fundamental en Argentina, Juan Gabriel lo fue para México. Se podría establecer un paralelismo entre ellos en cuanto a la huella que han dejado en sus respectivos países. ¿Cómo te impactó la muerte de Juan Gabriel?

Absolutamente, son dos personas de mucha pasión y muy diestras para su oficio. Lo que me deja Juan Gabriel es una enseñanza muy grande, una influencia enorme. Y su amistad, que fue muy importante para darme mucha valentía y mucho vuelo. Tenemos sus canciones, con su personalidad tan hermosa que se me impregna mucho, como las personalidades de José José y de Sandro. Son tres figuras de gran personalidad, como Julio Iglesias. El día que murió Juan Gabriel no paraba de llorar. Por lo menos una semana estuve llorando, nunca me había visto tan llorón, salvo cuando se murió mi perra. Lloré menos con mi perra que con Juan Gabriel. No sabés cómo nos ha tenido de tristes a todos los mexicanos esa muerte, esa partida. Por eso es que en este momento es muy importante enfrentar sus canciones, para revivir a este gran cantante y mantenerlo junto conmigo y mi carrera.

—¿Qué conocés de la música uruguaya?

Me gusta La Vela Puerca, eso lo descubrí hace algunos años, me parece un grupo muy firme. Me gusta No Te Va Gustar, que me parece que también son de allá. Son divinos. De pronto hay muchas agrupaciones y me dicen: "Todos esos que te gustan son uruguayos". Y yo pensé que eran argentinos (risas). También me gusta el hecho de que Gustavo Cerati se fue a vivir mucho tiempo a Uruguay. Finalmente lo escogió, así como lo escojo yo. Sinceramente creo que voy a terminar en Uruguay. Me gusta mucho Argentina, la quiero mucho, pero en algún momento voy a terminar algún tiempo en Uruguay porque lo disfruto muchísimo en todos los aspectos. Creo que la gente es muy bien educada, respetuosa, y que está muy bien informada. Tienen otro tipo de manejo que me apetece muchísimo. Siempre que voy a Montevideo siento que está detenido en el tiempo, que algo ayudó a ese lugar para no perder lo que han perdido tantos países, incluyendo el mío. Hay algo en Montevideo que ya no se respira en otros lugares. Punta del Este creció muchísimo, pero me gustaría que ya frenaran un poco, porque están llegando a un lugar a donde probablemente se tengan que arrepentir un poco de haber construido tanto. Punta se tiene que quedar como algo maravilloso, pero en chico, tipo paraíso, no como lugar de explosión turística.

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