Obra pone al descubierto 15 metros de la vieja muralla en Calle Brecha

Patrimonio. Presentan proyecto para integrarla a edificio en construcción

 20100120 600x358

ANDRÉS LÓPEZ REILLY

Preocupación, es lo que le quedó al inversor tras demoler una estructura y toparse con un vestigio colonial. Los arquitectos presentaron a la Comisión de Patrimonio una propuesta para integrarlo a la obra y recibirán una respuesta en breve.

Los arquitectos a cargo de la obra, Aníbal Piovani y Esteban Dieste, hicieron un planteo a la Comisión de Patrimonio -dependiente del Ministerio de Educación y Cultura- para dejar un "testimonio" del hallazgo en el edificio que están construyendo en la calle Brecha, casi Reconquista.

Lo hicieron el 23 de diciembre, a los cinco días de haberse topado con el vestigio arqueológico, pero hasta ayer no habían recibido una respuesta. Por ese motivo, las obras avanzaron lentamente, durante casi un mes, sin "tocar" la muralla que atraviesa el terreno de lado a lado.

"Dejamos actuar a los arquitectos de la Comisión, medimos la muralla con un agrimensor y le hicimos una propuesta para dejar una traza. Tenemos entendido que la Comisión de Ciudad Vieja lo aprobó; nos falta la aprobación de la Comisión de Patrimonio", declaró ayer a El País el arquitecto Piovani.

Horas más tarde, el abogado Alberto Quintela, integrante de la Comisión de Patrimonio -que se encuentra acéfala desde la renuncia del arquitecto William Rey en diciembre de 2008- dijo a El País que la propuesta fue aceptada, lo cual será comunicado a los responsables de la obra en las próximas horas.

El hallazgo corresponde a un tramo de la muralla que conectaba el Parque de Artillería -hoy "reconstruido" simbólicamente con piedras de granito rojo en Plaza España, frente a la sed de AEBU- con el Baluarte de la Ciudadela, del cual subsiste un vestigio, desde hace años identificado con una placa, frente al Teatro Solís.

El tramo que quedó al descubierto en la calle Brecha tiene unos 15 metros de largo, un metro de ancho y 40 centímetros de altura. Corresponde al basamento de la fortificación, sobre la tosca.

El investigador Andrés Barrera considera que se trata de un hallazgo de importancia, aunque cuestionó el rol que ha jugado la Comisión de Patrimonio en el manejo de este tipo de casos.

"Forma parte de los uruguayos conocer las raíces de nuestra patria. Pero todo tiene un velo de ocultamiento. Y por otro lado, mucha gente que hace obras en la Ciudad Vieja está enojada, porque presenta ideas para integrar descubrimientos a nuevos edificios y siempre surge la Comisión de Patrimonio, de la que no se conocen sus integrantes, ni las potestades que tiene como para detener la obra privada", declaró Barrera a El País.

CONTEXTO. La calle donde se realiza la obra tiene una estrecha vinculación con la muralla. Lleva su nombre por la famosa "brecha" que abrieron los ingleses para ingresar a Montevideo y tiene el mismo trazado de la muralla (ver infografía).

La historia de las fortificaciones españolas de Montevideo comenzó a mediados del siglo XVIII y terminó el 25 de agosto de 1829, cuando una Asamblea Constituyente resolvió la demolición de todas las murallas y fuertes de Montevideo y Colonia del Sacramento.

Aquellos fuertes, baluarte y murallones comenzaron a caer y sus piedras sirvieron de relleno para los fosos, o se utilizaron para la construcción de distintas obras.

El avance de la "piqueta fatal del progreso" era inexorable. El viejo murallón acotaba una ciudad que ya se había comenzado a extender por la costa y tierra adentro hacia la zona del Centro, que hoy tiene como eje la avenida 18 de Julio. El fuerte conocido como La Ciudadela dejó entonces lugar a un mercado público que funcionó dentro de sus mismos muros, que luego fueron derribados completando el diseño de la actual Plaza Independencia.

La Ciudad Vieja creció entonces sobre los cimientos de aquellos vestigios coloniales, algunos de los cuales aún pueden verse, o permanecen ocultos en medianeras y sótanos de casas y edificios, públicos y privados.

Recuperación con fondos españoles

El intendente de Montevideo, Ricardo Ehrlich, viajó la semana pasada a Santiago de Compostela a recibir el "Premio de Cooperación Urbana", que le permitirá a Montevideo poner en valor el tramo más largo de la antigua muralla-de algo más de 60 metros- en Piedras y Bartolomé Mitre. El año pasado, el proyecto "Muralla Abierta", promovido por la Intendencia, recibió por unanimidad el primer premio del concurso, tras competir con 29 iniciativas de 14 países de Latinoamérica. Se trata de un bono de 180.000 euros, que según anunció la Intendencia, permitirá dar un rápido inicio a una obra que fue valuada en 215.000 euros. El proyecto incorporará un amplio espacio de uso público, biblioteca, escuela de danza y talleres culturales.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar