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Yanina Cuello y las claves de un caso de explotación sexual

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Protestas frente al juzgado por el caso Yanina Cuello. Foto: Marcelo Bonjour

INVESTIGACIÓN

Las personas le ofrecían dinero o ropa a la menor a cambio de sexo. Alguna de esas veces le pagaban $ 300 y otras $ 500.

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La fachada era aparentar ser una cantina de barrio, pero atrás de ese antifaz había otra cara: la de una whiskería. El local ubicado en el “corazón” de Barros Blancos, donde fue explotada sexualmente Yanina Milagros Cuello, tenía habitaciones en el fondo para que las mujeres recibieran a los clientes.

Según la imputación de la fiscal de Pando, Alicia Ghione, “las trabajadoras tomaban copas con sus clientes, marcando los tragos con pulseras de colores con las que luego cobraran su comisión” al dueño del local.

Yanina concurría al lugar en la época de su desaparición con otras tres personas, incluida su hermana. Ahí fue víctima de explotación sexual por “varias personas”. La adolescente fue vista por última vez el sábado 3 de diciembre de 2016 luego de recibir un mensaje de texto.

El pedido de procesamiento de Ghione indica que testigos declararon ante la fiscal que en ese lugar “se expedían bebidas alcohólicas”. Además asistían “hombres y mujeres mayores y menores de edad, mujeres trabajadoras sexuales y trans” que “bailaban o tomaban como forma de conseguir clientes”.

Los sábados Yanina iba a la whiskería con frecuencia. La fiscal agrega que otra de las formas de explotación sexual era el intercambio de mensajes a través de WhatsApp y de Facebook. Por esa vía, las personas le ofrecían dinero o ropa a la menor a cambio de sexo. Alguna de esas veces le pagaban $ 300 y otras $ 500. Alguna vez, incluso, la explotación sexual se daba “intercambiando regalos, como ropa o championes”.

Concentración este miércoles en la puerta del Juzgado de Pando por la desaparición de Yanina Milagros Cuello. Foto: Marcelo Bonjour
Concentración en la puerta del Juzgado de Pando por la desaparición de Yanina Milagros Cuello. Foto: Marcelo Bonjour

“Los amigos de la adolescente manifiestan que vestía con ropa de marca que era cara y tenía unos championes nuevos, poco antes de su desaparición; lo que les llamaba la atención dada la situación de vulnerabilidad económica de la familia de la adolescente”, dice la fiscal en su pedido de procesamiento.

Por otra parte Ghione sostiene que en la whiskería existen “indicios de posible trata de personas” y que es “necesario profundizar” la investigación. Yanina y otras tres personas que iban a la whiskería eran llevadas hasta allí en el auto de un hombre que ingresaba con ellas al lugar. Este declaró como testigo el pasado martes, pero la Justicia dispuso que ahora lo haga en calidad de indagado.

Tres procesados.

El pasado miércoles fueron procesados tres hombres. El juez Emilio Baccelli hizo lugar al pedido de la fiscal y remitió a la cárcel a los tres individuos: el cantinero por “ofrecer” a la menor a clientes de la whiskería y a los otros dos hombres -uno de ellos de nacionalidad peruana- por pagar a una menor por sexo. Uno de los procesados declaró que tuvo relaciones con Yanina a cambio de dinero durante un año. El ciudadano peruano, por su parte, dijo que había intercambiado sexo con la menor y que en dos oportunidades le había realizado un giro de dinero.

Uno de ellos por $ 500 y otro por $1.000. Como Yanina era menor de edad le dio al hombre el número de cédula de su hermana y le dijo que fuera a retirar plata que le había enviado un amigo, según indica la investigación. La hermana y el hombre no se conocían.

El día que desapareció, el 3 de diciembre de 2016, la joven había recibido un mensaje y luego le dijo a sus padres “voy hasta la plaza y ya vengo”. Ahí salió de su casa (Pando) hasta la plaza. Ningún procesado reconoció ser el autor del mensaje.

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