"Una verdadera atrocidad": Fiscalía pidió pena máxima para acusados del primer séxtuple homicidio en el Comcar

La cárcel más grande del país, una noche de verano cuando casi se cerraba el año 2023, se convirtió en el escenario de un "macabro plan". El desenlace, en palabras de la Fiscalía, fue "trágico": un grupo de presos prendieron fuego una celda cerrada con candado en la que había ocho reclusos que no tenían forma de escapar.Seis de ellos murierony dos sobrevivieron, pero llevan consigo un recuerdo imborrable. A fines de agosto, se presentó la demanda acusatoria contra los cuatro hombres a los que acusan de haber cometido el crimen. La Fiscalía de Homicidios de 3^er Turno pidió que sean condenados a 30 años de prisión y 15 años de medidas de seguridad eliminativas.

La demanda la firmó la fiscal Adriana Edelman, quien a fines del año pasado había adelantado a El País en un informe especial sobre el caso que "probablemente" pediría la pena más alta posible. Así lo hizo. La ley uruguaya establece que 30 años es el límite máximo que se puede imponer por un mismo delito. A los delincuentes extremadamente peligrosos, además, se le pueden sumar hasta 15 años más de prisión bajo la modalidad de "medidas de seguridad eliminativas". Esto es lo que la fiscal pidió que ocurra en este caso.

Si la Justicia le diera la razón, los acusados podrían pasar 45 años tras las rejas por el crimen en el que fueron asesinados Leonel Rodríguez (24 años), Lauro Rivero (25 años), Carlos Olivera (31 años), Carlos Barreto (41 años), Gustavo Fernández (31 años) y Héctor Dutra (26 años). También corrieron riesgo de vida dos hombres de 32 y 28 años, pero lograron sobrevivir.

El homicidio se desarrolló en el Módulo 4 del exComcar. La teoría del caso de la Fiscalía, plasmada en la demanda a la que accedió El País, es que cuatro presos de la celda 71 del sector B1 se fugaron a través de una ventana de 0,70 metros que tenía vandalizados los barrotes y se dirigieron a la puerta de la celda 49 del sector B0, donde estaban las víctimas, para cometer el homicidio.

El mismo día del crimen, pero al mediodía, uno de los agresores —siempre según la teoría fiscal— había ido a increpar a Olivera. Lo había llamado "canalla" porque supuestamente la víctima le había enviado una solicitud de amistad en Facebook a su pareja. Así, le dijo que si esa noche no "partía para afuera" le iban a "tocar fuego" la celda.

Por eso, sostiene la Fiscalía, esa misma noche el agresor salió de su celda con otros compañeros y fueron hacia donde estaba recluido Olivera. Llevaron consigo lanzas caseras, polifón, pequeñas botellas con nafta y bombitas de luz que tenían combustible adentro.

La celda de las víctimas tenía una ventana que daba al patio. Parados del otro lado de esa ventana, los homicidas prendieron fuego la punta de polifón que habían puesto a las lanzas y lanzaron el combustible. En cuestión de instantes, el incendio devoró la celda.

"Surge claro que si el llamado 'canalla' en la jerga carcelaria hubiera querido salir a enfrentarse mano a mano no lo podía haber hecho porque ya era de noche y estaban todos trancados, situación que se sabe entre los reclusos, por lo que generaron una verdadera atrocidad, a sabiendas de lo que ocurriría prendiendo fuego una celda con 8 personas encerradas totalmente", indicó la fiscal en la demanda.

En medio del caos, presos de la celda vecina a la de las víctimas atinaron a hacer un boquete para tratar de sacarlos. Así fue que lograron salvar su vida dos de ellos. En su momento, uno de los sobrevivientes declaró: "Nos desesperamos, nos pusimos todos en el baño tratando de aguantar sinceramente pensé que me iba a morir". Y el segundo explicó: “Atiné a meter la cabeza dentro del water, por eso me quemé el cuerpo y no tanto la cabeza".

La Fiscalía pidió que se condene a los cuatro acusados por la coautoría de un delito de homicidio muy especialmente agravado por el concurso y por haberse cometido mediante incendio. A uno de los acusados también pidió que se le compute el hecho de que ya fue condenado por el mismo delito antes, dado que él estaba recluido por un delito de homicidio cometido en el año 2020.

Además, Edelman debió justificar porqué los consideraba "extremadamente peligrosos" como para pedir los 15 años de medidas de seguridad eliminativas. Sobre ese punto, advirtió: "La Fiscalía concluirá que de acuerdo a la forma en que se ejecutó el macabro plan los imputados denotan extrema peligrosidad y un desprecio absoluto por la vida de sus semejantes, no solo de una victima sino de ocho, seis de ellos encontrando una muerte horrenda y dos un recuerdo que los marcará por el resto de sus vidas".

Los abogados de los acusados se encuentran en plazo para responder la demanda acusatoria presentada por la Fiscalía. Allí podrán exponer sus propias teorías del caso y presentar la prueba que entienden necesaria para probar que sus defendidos no participaron en el hecho. Después de eso, se llevará adelante un juicio oral donde un juez definirá si los acusados son culpables o inocentes.

En el año y medio posterior a este crimen hubo dos casos más con el mismo modus operandi. El siguiente fue en setiembre de 2024 y también se cobró la vida de seis presos del mismo módulo. Según la investigación fiscal, el motivo de la pelea fueron las comisiones que se cobran como fajinero para trabajar en la cárcel. A las víctimas las agredieron 35 personas, de las que se identificaron e imputaron a siete reclusos. En junio de este año volvió a pasar lo mismo. Esta vez en el Módulo 11. En ese caso, cuatro presos fueron prendidos fuego vivos en su celda. Todavía no hay responsables imputados por ese episodio.