Faltaban unos minutos para las siete de la mañana del sábado 26. El joven se subió al ómnibus de la Línea 121, con destino al barrio Pocitos, en la parada ubicada en la intersección de las calles San José y Julio Herrera y Obes. El pasajero se dirigía a su trabajo, una conocida clínica ubicada en Pocitos, donde se desempeña como fisioterapeuta.

Cuando le entregó el dinero del boleto al chofer, notó que el conductor le habló de mala manera. Luego le arrancó el dinero de un manotazo, demostrando que el chofer estaba muy nervioso.

El joven caminó por el pasillo del ómnibus y se sentó en los bancos del fondo. En las paradas siguientes percibió como el conductor del vehículo también tuvo un comportamiento belicoso con otros pasajeros. Eso le extrañó.

Foto: Leonardo Mainé

Minutos más tarde, vio que el conductor no se detenía en algunas paradas, sino que lo hacía a unos 10 o 15 metros de distancia. Al llegar a la plaza Varela, ubicada en Bulevar Artigas y Avenida Brasil, el ómnibus ya iba rápido, según percibió el joven.

El vehículo dobló por Avenida Brasil. En la primera parada sobre esa vía de tránsito, clavó los frenos de golpe. Luego aceleró con vehemencia y en las siguientes esquinas de Avenida Brasil no frenó.

Como muestran los videos del interior del ómnibus difundidos en las redes sociales, a la altura de Avenida Brasil y Libertad, al menos dos personas le gritaron y le interpelaron pidiendo al chofer que bajara la velocidad. "Por favor, pare. Nos va a matar a todos", dijo una pasajera al conductor.

En ese momento, el conductor del ómnibus le hizo un gesto como que todo estaba bajo control y tocó un botón en una consola —se supone que es el que hablita la circulación marcha atrás—. Sin embargo, según supo El País, antes de apretar ese botón, el conductor debió hacer accionado otra tecla del tablero, algo que no sucedió.

Segundos más tarde, el chofer cruzó el vehículo de senda y comenzó a circular a gran velocidad a contramano por Avenida Brasil. En ese momento, los pasajeros le gritaron que se detuviera y alguno lo insultó. "Por favor vas a provocar un accidente. ¿Qué te pasa?", le reclamó uno de ellos.

Al ver que el choque era inminente, el joven pasajero se encogió en el asiento siguiendo las tácticas sugeridas por las azafatas en un viaje de avión. Cuando el ómnibus rompió el muro de la rambla y cayó a un 1.20 metros de altura hasta la arena, el pasajero voló por el aire y se pegó contra el techo.

Con los golpes se fracturó la cuarta vértebra. Yacía en el suelo del vehículo cuando intentó mover las piernas y no pudo. Pensó que había quedado paralítico. Minutos más tarde, fue asistido por un paramédico. Ahí pudo mover algo una de ellas.

Internado en una mutualista, el pasajero se contactó con el abogado Gumer Pérez para iniciar una demanda civil por daños y perjuicios contra Cutcsa y el conductor del ómnibus. También solicitó al profesional que presentara una denuncia penal por lesiones.

"En este momento estamos juntando toda la documentación para presentar los escritos", dijo Pérez al ser consultado por El País. Y agregó que el joven le relató lo drámatica que fue su situación. "Pensé que había quedado paralítico por el choque", le afirmó según relató Pérez.

El resto es conocido. El ómnibus cruzó la rambla. No embistió a una camioneta, de color negro, por unos segundos. Luego, el vehículo de pasajeros rompió el muro de la rambla, rozó una duna y, al llegar la parte mojada de la arena, se detuvo.

Foto: Francisco Flores

Ayer el joven pasajero estaba muy dolorido pese a los calmantes que le suministraron en una mutualista. Será intervenido en la mañana del próximo sábado.

En tanto, los familiares de una joven que sufrió una fractura en una pierna también contactaron a Pérez para que los asesora legalmente.

Asimismo, el abogado Rafal Silva patrocina a otras cuatro víctimas. El martes 29, presentó una denuncia penal por un delito de lesiones.

El caso es investigado por el fiscal de Flagrancia de 8° Turno, Leonardo Morales, quien dispuso que efectivos de la Prefectura de Trouville tomaran declaraciones a las víctimas que sufrieron lesiones menores en el accidente.