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Muerte de adolescente en cerco eléctrico: se cerró el caso con un acuerdo reparatorio

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Un mecanismo de seguridad mediante cables fue conectado a la red de UTE. Ello generó una descarga que mató a un adolescente. Foto: Archivo

DOLORES

El productor agropecuario pagó en el momento, mediante una letra de cambio, la suma de US$ 40.000. El acuerdo implica, además, que ninguna de las partes asume responsabilidades penales.

El caso generó conmoción en todo el país. José Ignacio, un adolescente de 15 años, murió electrocutado al querer ingresar sin permiso a una chacra de Dolores, Soriano. El dueño del campo la había electrificado cansado de los continuos faltantes de herramientas o papas, según declaró un testigo en la Fiscalía.

La investigación dio un vuelco tras la intervención de una semióloga solicitada por la Fiscalía de Dolores. La experta concluyó que el peón Walter A. mintió en varias partes de su declaración y ello le restó responsabilidad al dueño de la chacra en la muerte.

Probablemente no haya antecedentes de casos en los que el dictamen de una semióloga sobre los dichos de uno de los indagados resulta una prueba crucial en un juicio penal referido a una muerte violenta de una persona.

El martes 15, en una audiencia realizada en el Juzgado Penal de Dolores, la fiscal Virginia Sigona explicó que nuevas pruebas la llevaron a modificar la imputación al propietario de la chacra, Diego Duarte (71), la cual pasó de un homicidio a título de dolo eventual a homicidio culposo. Ese cambio de tipificación del delito habilitó a la realización de un acuerdo reparatorio entre las partes.

En la misma audiencia, los abogados de Duarte, Andrés Ojeda y Fernando Posada, llegaron a acuerdo con el asesor legal de familiares de la víctima, Norberto D’Andrea, sobre la indemnización a abonar a los deudos del adolescente.

En el juzgado, el productor agropecuario pagó en el momento, mediante una letra de cambio, la suma de US$ 40.000. El acuerdo implica, además, que ninguna de las partes asume responsabilidades penales.

Duarte resolvió pagar la reparación porque sabía que, en un juzgado civil, debería abonar una indemnización por el error de uno de sus empleados, dijo Ojeda. “Después del informe de la semióloga quedó claro que Walter A. mintió y Duarte siempre dijo la verdad. Desde el punto de vista penal no caben dudas de que Duarte es absolutamente inocente y que el verdadero culpable del homicidio de José Ignacio es Walter A., quien -lamentablemente- quedó impune”, señaló el penalista a El País.

El juez de Dolores, Daniel Athaides, archivó la causa, ya que el acuerdo reparatorio entre las partes está establecido en el Código del Proceso Penal.

El momento de la muerte.

La chacra donde ocurrió la muerte de José Ignacio está ubicada a dos kilómetros de la ciudad de Dolores. El lugar se conoce como Paso de Ramos.

A las 6:00 horas del 1° de febrero de este año, el peón Walter A. (48) llegó al campo donde realizaba changas en un cultivo de papas.

El dueño de la chacra, Diego Duarte, aún no había llegado. Walter A. ingresó por un lugar donde sabía que la cerca no estaba electrificada y guardó su moto en un pasillo, ubicado al costado de una pequeña casa.

Alrededor de las 11:00 horas, estaba por terminar la jornada laboral de Walter A.

Duarte le dijo que se iba a ir más temprano porque pensaba dirigirse a Villa Soriano con su familia. Posteriormente, el propietario de la chacra instruyó al peón a que encendiera el pastor eléctrico para evitar que animales, sobre todo caballos sueltos, ingresaran a la propiedad.

Walter A. entró a la casa. Observó los cables y los conectó directamente al sistema eléctrico. No vio o desconoció al pastor eléctrico que estaba a poca distancia.

Ello se desprende de la declaración que realizó en la Fiscalía el 2 de febrero de este año. Es decir, el empleado se olvidó de conectar el “pastor eléctrico” que otorga una descarga más corta y de menor amperaje que la del sistema eléctrico de UTE.

Pasadas las 16:00 horas de ese 1° de febrero, Walter A. recibió una llamada de la esposa de Duarte señalando que debía ir a la chacra a llevar las llaves porque ocurrió “una desgracia”.

Policía Científica ingresa a la Fiscalía. Foto: Daniel Rojas
Fiscalía de Dolores. Foto: Daniel Rojas (Archivo)

En la Fiscalía, el empleado dio dos versiones contradictorias sobre la conexión del sistema eléctrico antes de irse.

Mientras, el propietario en todo momento señaló que era inocente. “Yo no enchufé esos cables”, sostuvo.

El precario sistema generó una descarga tal que mató al adolescente. El 7 de febrero de este año, en su pedido de procesamiento de Duarte, la entonces fiscal, Viviana Maqueira, recordó que la víctima había sufrido quemaduras en un hombro y en las dos manos como consecuencia del choque eléctrico recibido al cruzar el alambrado lindero de la chacra.

Las dos versiones del peón en la Fiscalía

El 2 de febrero de este año, el empleado de la chacra, Walter A., declaró en la Fiscalía que fue él quien conectó los cables que electrificaron un alambrado y no su patrón, Diego Duarte.

Fiscal Viviana Maqueira: Para que me cuente lo que recuerda de lo que pasó el día 1° de febrero de este año.

Walter A.: Yo estaba con Duarte trabajando. Yo dejaba de trabajar a las 11 de la mañana. Duarte después me dijo que él tenía que irse porque tenía unas cosas que hacer. Agregó que yo, antes de que me fuese para mi casa, debía enchufar el pastor eléctrico. Pero, como en cuestión de electricidad no sé nada, vi unos alargues, los agarré y los enchufé. Eché la llave de la chacra en mi bolsillo y marché hacia mi casa.

Fiscal: ¿Era usted el que se encargaba siempre de enchufar el pastor al irse?

Walter A.: No. Yo nunca. Él se encargaba de esas cosas.

Fiscal: Cuando usted entró en diciembre de 2019 a hacer changas en la chacra, ¿ya estaba ese pastor con electricidad?

Walter A.: Lo puso Duarte por los caballos que entraban a comer las papas.

Cuatro días más tarde, brindó una versión distinta en la Fiscalía. Dijo que había tenido un accidente con la moto y que Duarte le había prometido pagarle una nueva y la multa si se inculpaba afirmando que él había enchufado los cables que habían electrificado el alambrado.

Fiscal: El lunes usted dijo que había enchufado la conexión eléctrica. ¿Por qué lo dijo?

Walter A.: Porque él no me dio la moto ni nada.

Fiscal: ¿Usted era consciente de que no estaba diciendo la verdad?

Walter A.: No entiendo nada. Él, Duarte, me dijo: “Vos no vas a tener problemas, vos sos peón”. Fue una mentira que me quiso hacer decir. Y ahora estoy contando la verdad porque no me dio nada.

“En gran parte de la entrevista el peón no fue veraz”, dice informe

En una audiencia realizada el martes 15, la fiscal titular de Dolores, Virginia Sigona, mencionó el informe de la semióloga de Policía Científica sobre una pericia realizada al peón Walter A.

La fiscal expresó que la especialista concluyó que existía “grave riesgo” de que “todo lo vertido” por Walter A. pudiera considerarse como “no válido”. Y agregó que la semióloga advirtió que el peón, en la entrevista para la pericia, mantuvo un comportamiento gestual “restrictivo”, lo que sucede cuando una persona debe cuidar lo que dice o cómo lo dice. “En dicha entrevista se pudo apreciar por parte de Walter A. varios actos fallidos que fueron corregidos en el momento por el entrevistado”, dijo la fiscal. “Basado en esta disciplina (la semiología), se puede decir que, en gran parte de la entrevista, el señor Walter A., no fue veraz”, dijo la fiscal.

El propietario de la chacra, Diego Duarte, también fue periciado por la semióloga. “Este mostró en la entrevista una gestualidad abierta y participativa, siendo concordante lo gestual con lo verbal”, dijo la fiscal leyendo el informe de la semióloga.

Y agregó: “Esto sucede cuando una persona es veraz con su relato”.

Un lugar que padece hurtos de “rastrillos”

La chacra de Diego Duarte está ubicada sobre el camino vecinal de Paso Morlán, a unos dos kilómetros de la ciudad de Dolores. Las granjas del lugar enfrentan dos problemas: pequeños hurtos realizados por jóvenes de herramientas y de cultivos. En esos callejones, además, hay animales sueltos que tratan de ingresar a las chacras a comer papas y hortalizas. Ello se desprende de las audiencias realizadas sobre la muerte del adolescente José Ignacio. De todas formas, la seguridad en las afueras de Dolores es superior a la que viven productores de Montevideo y Canelones, los que ya no tienen casi animales por continuos robos.

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