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La historia detrás del adolescente de 14 años a quien la Justicia permitió quitarse el apellido de su padre

Con 11 años denunció a su progenitor y confesó que pasó "por muchas cosas". Un año más tarde, la Justicia le quitó la patria potestad al hombre por incumplir con sus obligaciones.

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Cartel sobre la ruta en la entrada a la ciudad de Durazno. Foto: El Acontecer
Cartel sobre la ruta en la entrada a la ciudad de Durazno
Foto: Archivo

Un fallo histórico de la Justicia tuvo lugar esta semana en Durazno. Un adolescente de 14 años logró que un juzgado civil le permitiera quitarse el apellido de su padre para pasar a tener los dos apellidos de su madre, tras un largo y doloroso camino en el que confesó a su abogada, "entre lágrimas", que pasó "por muchas cosas".

El País tuvo acceso a la sentencia definitiva de la jueza de 2° Turno de Durazno, María Alejandra Casullo, quien accedió a la petición del joven tras una serie de pruebas testimoniales.

La sentencia detalla que el 29 de junio de 2020 le fue retirada la patria potestad al padre del chico, que entonces tenía 11 años, por no haberse "preocupado ni ocupado" del niño por más de un año.

Juzgado penal, Poder Judicial
Juzgado penal, Poder Judicial.
Foto: Archivo/El País

Los testigos de la causa manifestaron “que el padre del niño llegó a abusar de este sexualmente, mostrándole videos pornográficos y exponiéndolo a que realizara actos obscenos”.

La sentencia recoge tres testimonios con fechas de 2017, 2019 y 2020 donde se afirma que el hombre cometió delitos repetidos de violencia privada y atentado al pudor.

Luego de todo esto comenzó el camino del menor para conseguir, definitivamente, desprenderse de todo lazo con su progenitor.

"Le he dicho a mamá que quiero sacarme el apellido, quiero ser F. M. como mi mamá. Quiero que todo lo que tenga que ver conmigo sea solo mi mamá", dijo el pequeño a su abogada.

Un caso singular

El País consultó con fuentes del Poder Judicial si este se trataba de un caso inédito, y confirmaron que no hay noticia de que se haya accedido previamente a "un cambio de nombre fundado en un hecho como este".

Es que según el artículo 73 del Decreto-Ley 1430, una "justa causa para el cambio de nombre" refiere a los nombres de carácter ridículo u oprobioso.

La defensa, citando al profesor Cestau, también señala que otro motivo para acceder a un cambio de nombre u apellido es cuando "invoca y prueba motivos graves y serios que evidencian que el nombre que lleva le perjudica moral o materialmente".

Ejemplo de esto es "cuando se lleva un nombre deshonrado públicamente; cuando el nombre que se lleva sugiere la idea de algo vergonzoso o despreciable".

Con esta base, la defensa del menor apuntó que llevar el apellido de su padre "le genera gran malestar emocional y rechazo". "Produce repudio, dolor, sufrimiento y el recuerdo de vivencias de actos y hechos delictivos" de los que el menor fue víctima.

Con todos estos argumentos, la jueza Casullo falló a favor del menor y acreditó a que un plazo de 30 días pase a tener sus nuevos apellidos.

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