Incendio con pérdidas totales en importadora del Barrio Reus: harán pericias para conocer el origen

Al mediodía de este jueves, desde varios barrios de Montevideo podía verse una tupida columna de humo que emergía de algún punto cercano al Palacio Legislativo. El segundo y tercer piso de un importador de juguetes ubicado en el barrio Reus ardía en llamas. No hubo heridos, pero el techo colapsó y controlar el fuego costó horas de trabajo, pese a que en el lugar se apersonara un plantel de más de 20 bomberos, entre los que había voluntarios.

Según reconstruyó El País, en la mañana de este jueves había seis empleadas en la empresa. Estaban en el primer piso, donde los juguetes son exhibidos para la venta, cuando comenzaron a sentir olor a quemado. Subieron por las escaleras y se dieron cuenta que en el tercer piso había fuego. Era el lugar donde tenían mercadería nueva que habían recibido esta semana. Principalmente juguetes, muchos de ellos de plástico y peluches. Que ese fuera el material fue lo que produjo tanta cantidad de humo negro.

Pidieron auxilio a los vecinos y el dueño de un autoservice que está en la esquina de Marcelino Berthelot y Ramón del Valle Inclán, a media cuadra de la importadora, quiso ayudarlas utilizando un extintor, pero fue inútil. Intentaron subir las escaleras para llegar al foco, pero ya en ese momento el humo no se los permitió.

Foto: Ignacio Sánchez.

Los bomberos llegaron rápidamente, pero para ese entonces el fuego ya había tomado prácticamente todo el tercer piso. Debieron trabajar con extrema cautela por miedo a que ocurriera lo que luego sucedió: el techo, que era de isopanel, se destruyó totalmente. No hubo heridos porque, mientras la mayoría de los funcionarios trabajaban para apagar el fuego desde distintos puntos, había otro que verificaba que no se rajaran las paredes o hubiera otros indicios que pudieran anticipar un derrumbe. Llegaron a atacar el fuego desde seis puntos diferentes.

Pese a eso, llegó a extenderse al segundo piso. La planta baja, aunque fue dañada por el agua que utilizaron los bomberos, no fue alcanzada por las llamas. Cuando el fuego ya estaba prácticamente extinto, a media tarde, se podía ver los juegos infantiles cubiertos por hollín.

Pasadas las 11:30 de la mañana, los vecinos de la acera de enfrente se habían enterado de lo que sucedía al sentir el calor que emanaba el fuego que se propagaba velozmente gracias al plástico de los juguetes. Tras la intervención de los bomberos esto se aplacó, lo que permaneció durante horas fue el humo.

Aunque Bomberos no recomendó la evacuación, hubo al menos un negocio de la misma manzana que resolvió cerrar y sus trabajadores autoevacuarse. Una de las viviendas lindera al edificio del incendio estaba abandonada y tapiada, por lo que no había gente en peligro allí, y del otro lado la casa estaba vacía. Durante las primeras horas, hubo riesgo de que el fuego se extendiera hacia un galpón en el fondo de la construcción, pero lograron contenerlo y evitarlo. Únicamente se generó una fisura, informó Víctor Fagúndez, vocero de Bomberos.

Foto: captura de Telemundo (Canal 12).

Entre las complicaciones que surgieron a la hora de apagar el fuego, estuvo el hecho de que había mucha mercadería y objetos, lo que dificultaba el pasaje de los propios bomberos.

Luego del mediodía, lograron contener el fuego. Luego los bomberos dedicaron horas a levantar la estructura que se había caído y realizar tareas de “enfriamiento”. Una vez que esa etapa culminara, estaba previsto que concurriera un arquitecto que dirá qué debe hacerse con la fachada, dado que hay riesgo de derrumbe.

De todas formas, advirtieron desde Bomberos, si esto pasara, los escombros caerían hacia el interior de la construcción.

Durante las más de cuatro horas que costó reducir el fuego, decenas de personas se juntaron en las inmediaciones del lugar. Sacaban fotos, grababan videos y comentaban entre ellos cuál podría haber sido el origen del incendio. Será la pericia de la Dirección Nacional de Policía Científica la que determine dónde estuvo el foco y si se debió a un cortocircuito u otro motivo.

También deambulaban por la calle las propias empleadas de la importadora —notoriamente afligidas— y de otros depósitos de la misma cuadra, que miraban con expectativa el recorrido del fuego para preservar sus propias empresas. Además, se hicieron presentes los dueños de la empresa.

No es la primera vez que hay un incendio en esta zona, típicamente ocupada por depósitos, negocios y algunas viviendas. En la esquina de Marcelino Berthelot y Ramón del Valle Inclán, se encuentra un autoservice, cuyo dueño colaboró con las empleadas apenas comenzó el fuego, llevando un extintor.

Él ya vio, según contó, varios incendios. Uno a media cuadra hacia un lado. Otro a media cuadra hacia el otro y un tercero, afirmó, a algunas centenas de metros. De hecho, hace más de una década murieron parientes suyos producto de una construcción que se prendió fuego.