Redacción El País
El pasado viernes fue enviada a prisión la mujer de 42 años sospechosa de haber emitido mensajes amenazantes con animales muertos y provocado incendios que aterrorizaron a las localidades de Cardozo Chico y Cuchilla de Peralta durante dos años.
"Cuando sepan ya estaremos muy lejos, pero antes vamos a explotar la escuela de Peralta con los gurises, las maestras y las cocineras adentro", reza uno de las amenazas que fue atribuida a una auxiliar de la escuela rural de Cardozo Chico.
En una primera instancia, la mujer fue considerada inimputable, por lo que se dispuso su internación en el Hospital Vilardebó. Ahora, con el resultado de una nueva pericia psiquiátrica llevada adelante por el Instituto Técnico Forense, se determinó que la mujer es imputable, por lo que el Juzgado Letrado de Primera Instancia de Paso de los Toros de 2º turno dispuso su formalización, según indica el parte policial de la Jefatura de Policía de Tacuarembó.
Los delitos por los que se la investigan son la presunta comisión en calidad de autora de "reiterados delitos de amenazas y de violencia privada agravados por realizarse con escritos anónimos, reiterados delitos de incendio agravados por tratarse en uno de ellos de un lugar público y en los restantes sobre edificio destinado a habitación, y de reiterados delitos de simulación de delito todos en régimen de reiteración real entre sí”.
Ahora, la imputada deberá cumplir una medida cautelar de prisión preventiva por el término de 120 días.
Los detalles del caso
La escuela rural de Cardozo Chico fue incendiada en marzo el día que comenzaban las clases, según explicó en su momento Teresa Ferraz, de Ademu Tacuarembó, a los Medios Públicos (Canal 5).
El siniestro dejó el local inutilizable. En el lugar la responsable escribió en la pared "vamos por más".
"Posteriormente fueron incendiadas dos viviendas, también de la comunidad. Además, dejaron un texto escrito en donde nombran menores de edad y funcionarios de la escuela de Cuchilla de Peralta", explicó Ferraz.
Más adelante la escuela N°67 de la localidad de Cuchilla de Peralta fue amenazada, lo que llevó a que el centro educativo pasara a contar con un servicio de patrullaje policial.
Ambos hechos generaron gran conmoción entre las familias de la zona y los maestros, llevando a que Ademu solicitara la "suspensión de clases" hasta que se garantizaran las condiciones de seguridad.
Edgardo Gutiérrez, edil departamental de Tacurembó, fue quien afirmó en diálogo con el medio CW33 Florida que la situación comenzó dos años antes. "Empezaron a mandar cartas y animales muertos a la escuela", sostuvo.