Redacción El País.
El fiscal Gilberto Rodríguez recibió a una decena de personas que están investigadas por presuntamente haber participado de la estafa al Fondo Social de Vivienda de Obreros de la Construcción (Fosvoc). Tras el encuentro, en el que los puso al tanto de su situación, Rodríguez dijo en rueda de prensa que les adelantó que habrá un "impasse" en la investigación.
Esto se debe, explicó el fiscal, a que las próximas dos semanas tendrá lugar la feria judicial menor (receso para la actividad ordinaria de jueces y fiscales) y luego su sede debe cumplir con otras actividades judiciales. Luego de la feria, su Fiscalía estará abocada al juicio contra Alberto Iglesias, el expresidente de Casa de Galicia.
Respecto del caso de Fosvoc, afirmó que "hay mucha información que agregar" al expediente y que ello marcará los pasos a seguir.
Consultado sobre si hubo novedades sobre los legisladores comunistas Óscar Andrade y Daniel Diverio —a quienes los condenados señalaron por estar al tanto del esquema delictivo—, el fiscal afirmó que "no han habido cambios" y que por el momento no están siendo investigados. Eso, sostuvo, podría cambiar si surgiera prueba que abonara esa hipótesis.
La Fiscalía estima que se desvío más de 1 millón de dólares pertenecientes a Fosvoc a través de maniobras delictivas que se dieron, al menos, de tres maneras. La primera fue a través de transferencias irregulares que hizo, según la teoría fiscal, la persona encargada de pagar los sueldos.
La segunda y tercera maniobra tienen similitudes entre sí. Una de ellas refiere al uso de las “partidas especiales”, que son aquellas que se utilizan para los trabajadores que sufrieron, por ejemplo, incendios en sus casas, o se encuentran pasando por un problema de salud. Este beneficio no es reembolsable. Según la Fiscalía, en 2023 se presentaron 43 solicitudes para esta partida y “solo tres correspondían a usuarios que existían”. Los otros 40 “literalmente no existían en el mundo y mucho menos eran afiliados al Sunca”, afirmó la fiscal adscripta Gabriela Gómez en la audiencia judicial en la que se acordaron las tres condenas.
La última maniobra se realizó utilizando como pantalla las “partidas espejo”. Estas partidas se destinaban a ayudar a organizaciones sociales seleccionadas tanto por los representantes empresariales como por los sindicales. Estas organizaciones o fundaciones presentaban recibos de sus gastos y, eventualmente, Fosvoc autorizaba una partida para compensarlos. Uno de los condenados, Bruno Bertolio, compró una camioneta con esta partida y como el vehículo costaba menos que el dinero previsto en el cheque que él había retirado, pidió que depositaran en su cuenta bancaria la diferencia (4 mil dólares). Esa camioneta, después de un tiempo, fue entregada a la cooperativa.