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De familia acaudalada a líder narco: ¿quién es el joven que ordenó los disparos que mataron a Nadia?

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La banda disparó por lo menos una decena de disparos contra la casa de un almacenero. Foto: Marcelo Bonjour
Casa de la niña asesinada en Felix Laborde y Tibidabo, Montevideo ND 20210420 foto Marcelo Bonjour - Archivo El Pais
Marcelo Bonjour/Archivo El Pais

HOMICIDIO DE NIÑA DE 12 AÑOS EN LA UNIÓN

En Campo Galusso, un asentamiento enclavado en el barrio La Unión, es conocido como “el Gordo”. Se hizo un “lugar” a base de dinero de su familia y logró armar su propia banda, dijo una fuente.

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Los investigadores de la Zona II quedaron sorprendidos cuando descubrieron la identidad del jefe de la banda de traficantes de drogas que ordenó, el viernes 9, los disparos que causaron la muerte de Nadia, una niña de 12 años.

En Campo Galusso, un asentamiento enclavado en el barrio La Unión a poca distancia del Hospital Pasteur, ese hombre es conocido como “el Gordo”. Acostumbra sacarse fotos con pistolas automáticas y subirlas luego a las redes sociales. Tiene un antecedente por porte ilegal de armas. Cuando fue procesado por ese delito, contó con el asesoramiento de un prestigioso abogado penalista, dijo una fuente del caso. Y agregó que “el Gordo” se hizo un “lugar” en Campo Galusso a base de dinero de su familia. De esa forma, explicó, logró armar su propia banda de traficantes.

A principios de este mes, el delincuente tuvo un entredicho con un almacenero de la zona. Aún no se sabe el motivo de la disputa. Su “mejor” idea fue ordenar a varios individuos que le dieran un “susto” al comerciante, que vive a media cuadra de Campo Galusso.

A las 20:00 horas del viernes 11, un auto se detuvo en la esquina de Félix Laborde y Tibidabo. En el interior del vehículo se encontraban cinco personas. Por lo menos dos de ellas extrajeron armas automáticas y dispararon una decena de veces hacia la casa del almacenero.

Una de las balas se dirigió hacia una vivienda vecina, cruzó un portón negro de lata e impactó en el abdomen de Nadia, una niña de 12 años que en ese momento estaba haciendo los deberes. Además de estudiar, Nadia ocupaba un puesto de delantera del Club Malvín Alto y su sueño era jugar en la selección uruguaya de fútbol femenino.

Al sentir el impacto, la niña se levantó y caminó hacia su madre. Relató que la habían lastimado. Luego fue llevada al Hospital Pasteur donde falleció poco después. La niña vivía en la casa con su madre y cinco hermanos.

Las siguientes horas después del crimen corrieron a favor de los investigadores de la Zona II. Indignados con la muerte de la pequeña, los vecinos dieron pistas sobre las identidades del grupo que llegó al lugar en un auto.

“Se trató de una situación totalmente inusual. En ocasiones las investigaciones en los barrios duran semanas. Los vecinos tienen miedo de hablar por las represalias de los narcotraficantes locales. En esta ocasión eso no pasó”, dijo una fuente del caso a El País.

Búsqueda incansable.

Poco después de tener esa preciada información, los policías se contactaron con la fiscal de Homicidios, Mirta Morales, quien ordenó nuevas actuaciones tendientes a cercar a la banda de Campo Galusso.

Cinco personas fueron detenidas por la Policía el viernes 16 y llevadas a declarar ante la fiscal Morales. A las pocas horas, cuatro de los detenidos fueron liberados. Un joven de 26 años, sospechoso de ser uno de los que se trasladaron en el auto hasta la esquina de Félix Laborde y Tibidabo, quedó detenido. Tras ser indagado nuevamente por Morales, fue liberado. De todas maneras, las investigaciones dieron sus frutos.

Patrullero. Foto: Estefania Leal
Patrullero. Foto: Estefania Leal

La búsqueda del “Gordo” era incansable. La primera hipótesis que manejaron los agentes de Zona II era que estaba escondido en el asentamiento de Campo Galusso, su “cuartel general”. Con el correr de las horas, esa hipótesis fue descartada. El narcotraficante supuso que ese sería el primer lugar adonde lo irían a buscar, temió una delación y se fue a otro barrio.

Entre el viernes 16 y ayer, la pista de la ubicación del “Gordo” jamás se perdió. Los investigadores sabían que, de un momento a otro, iban a dar con su paradero. Al mediodía de ayer, policías de la Zona II, acompañados por el Grupo de Respuesta Táctica (GRT) y el equipo de drones, se dirigieron hacia una vivienda ubicada en el barrio 19 de Abril, precisamente en Avenida Luis Batlle Berres y Ruta 5.

La casa oficiaba de “aguantadero” (lugar de refugio para delincuentes). Es posible que se alquile para tal fin, según sospecha la Policía. Adentro de la casa solo estaba “el Gordo”, que se entregó sin resistencia. Todavía no está fijada la audiencia para pedir su procesamiento.

Un barrio afectado por bandas narcos

Hace años que el barrio 19 de Abril, habitado mayormente por personas de trabajo, se ve asolado por guerras de bandas dedicadas al narcotráfico.

El barrio, cuya calle principal es Emaus, se creó a raíz de un asentamiento iniciado en la década de 1980. En esa época, según relataron los vecinos a El País, el lugar era tranquilo. Hoy la situación es muy distinta. Los pobladores se acostumbraron a escuchar disparos por las noches y a las muertes por ajustes de cuentas por deudas de drogas. También están acostumbrados a ver pasar frente a sus casas personajes cuyos nombres salen a menudo en las crónicas policiales: el adolescente “Kaká”, los “Negros Congo” y “la banda de los Gordos”.

A mediados de febrero de este año, el barrio volvió a ser noticia: los cuerpos de dos jóvenes -una de ellas denunciada como desaparecida- estaban enterrados en la entrada de una casa.

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